?Una voz en el mundo?
En julio se constitu¨ªa el ¨²ltimo Gobierno vasco y hace unos d¨ªas se remodelaba como consecuencia de los acuerdos con IU. No han pasado los cien d¨ªas de rigor y media el mes de agosto. No hay, desde luego, elementos para evaluar una gesti¨®n que no ha existido.
Sin embargo, y en v¨ªsperas de lo que se anuncia como primer gran debate de la legislatura tras el de investidura, s¨ª cabe tasar ya el rumbo que va tomando la gobernaci¨®n vasca (que incluye a gobierno y oposici¨®n como alternativa posible). Lo fue ya con motivo de la investidura de Ibarretxe. Ya entonces se present¨® un programa de constituci¨®n de pa¨ªs (desarrollo del Estatuto, '¨¢mbito vasco') m¨¢s all¨¢ de la gobernaci¨®n de sus instituciones. Tambi¨¦n se habl¨® del acoso terrorista y el modo de abordarlo. Qued¨® entonces cierta perplejidad en el ambiente; entre el asombro ante la audacia de alguna propuesta poco o nada cimentada (sin una base social suficiente y sin ning¨²n rigor o desarrollo pol¨ªtico y jur¨ªdico) y la esperanza de cierto pragmatismo entreverado. La esperanza, tambi¨¦n, ante una posici¨®n m¨¢s franca frente al terrorismo. La oposici¨®n estuvo muy discreta entonces; repiti¨®, con apenas variaciones, los latiguillos de la anterior campa?a.
De entonces aqu¨ª se han dado hechos que nos permiten valorar mejor el estado de cosas respecto a la gobernaci¨®n del pa¨ªs. En el verano se han venido sucediendo una serie de detenciones de miembros de ETA que permiten mantener el optimismo sobre la colaboraci¨®n policial. Esperanzas sobre el logro de libertad para los ciudadanos del pa¨ªs. (Por cierto, tram¨ªtese cada denuncia de torturas; ante la duda, pro reo. Dep¨²rense responsabilidades si las hubiere o proc¨¦sese por injurias al infamador. Se le debe al Estado de Derecho.)
Hay m¨¢s, naturalmente. Desde entonces se negocia el Concierto, se vienen formando las comisiones del Parlamento, se ha pactado con IU y se ha remodelado el Gabinete. Y aqu¨ª el juicio ha de ser inevitablemente muy negativo. En general, descubren una gran irresponsabilidad en las tareas de gobierno. Si se defiende el di¨¢logo como manera de suturar las quiebras pol¨ªticas del pasado, ?c¨®mo puede pretenderse controlar cada comisi¨®n del Parlamento? El talante dialogante ha de hacerse expl¨ªcito. Y lo que asoma en realidad es una voluntad exclusivista extraordinariamente arraigada en el PNV. En cuanto al acuerdo con IU, nada aporta al Gobierno. Es pura operaci¨®n de marketing, demasiado evidente para resultar soportable. No hay giro social (s¨ª, claro, alg¨²n dinero que justificar¨¢ a IU ante los movimientos sociales y frente a Batasuna), no hay una nueva base social que sostenga el Gobierno. Lo que hay es la compra de una marca de partido-puente que enajena por s¨ª a parte del propio electorado de IU. Y, prolongando el vodevil, EA protagoniza una rotaci¨®n en sus consejer¨ªas m¨¢s propia de una comunidad de vecinos que de un gobierno. Lo que, unido a la ambig¨¹edad soberanista que introdujo en su d¨ªa Ibarretxe, debilita la posici¨®n del Gabinete en la negociaci¨®n del Concierto. Mala cosa.
Tampoco se ha a?adido nada al debate pol¨ªtico. En v¨ªsperas del pleno sobre pacificaci¨®n, la sociedad lo ignora. Ninguna propuesta lanzada al debate p¨²blico con la necesaria antelaci¨®n ?Acaso se cree seriamente que un d¨ªa de esgrima parlamentaria -lo que no estar¨ªa mal si se produjera- puede despejar el problema de la falta de libertad que padece el pa¨ªs? Todo apunta a que tenemos un Gobierno capaz de una buena administraci¨®n (a la fuerza ahorcan), pero que pol¨ªticamente resulta insignificante, un gobierno de opereta. ?Euskadi, una voz en el mundo? No con este gobierno, desde luego. (Lo que debiera dar que pensar a todo sincero nacionalista. Da, en todo caso, que pensar a cualquier ciudadano de aqu¨ª.)
Y, ?la oposici¨®n? Despu¨¦s de todo, es el gobierno de repuesto que tenemos. Forma parte de nuestra gobernaci¨®n. De la oposici¨®n nada se sabe. El efecto cat¨¢rtico de las elecciones debi¨® ser eso, catarsis, y no anulaci¨®n, silencio, inhibici¨®n. Una buena gobernaci¨®n necesita de una buena oposici¨®n. Nada nos queda hoy aqu¨ª. Ni Gobierno ni oposici¨®n. En fin, dicen que los desenga?os resultan lentos en manifestarse, que siempre surge quien los expresa y lidera. Confiemos que as¨ª sea. Am¨¦n (?usted cree?).
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