Condenadas la Generalitat y la Iglesia por despedir a un profesor de religi¨®n que les gan¨® un pleito
La sentencia dice que el Arzobispado de Barcelona atent¨® contra el derecho a la tutela judicial
Despedir a un profesor, aunque sea de religi¨®n cat¨®lica, por haber ganado un pleito contra el empleador atenta contra derechos fundamentales de la persona, seg¨²n una sentencia dictada en Barcelona por un juzgado de lo social. La Generalitat, como ejecutora, y el Arzobispado de Barcelona, como responsable directo de la vulneraci¨®n del derecho a la tutela judicial, son los protagonistas de la reprimenda judicial. El Gobierno catal¨¢n orden¨® inmediatamente la readmisi¨®n del profesor, a pesar de que ¨¦ste hab¨ªa sido sustituido por otro docente designado precipitadamente por el Arzobispado.
Un despido 'discriminatorio', producto del 'feudalismo industrial', adoptado por 'pura represalia' y 'totalmente inaceptable' desde el punto de vista de los derechos fundamentales. La sentencia 62 del Juzgado de lo Social n¨²mero 33 de Barcelona, dictada el pasado siete de febrero, no deja lugar a dudas, con estos calificativos, sobre el criterio que le merecen al magistrado los comportamientos de la Generalitat y del Arzobispado de Barcelona para con Francesc Joan Viger Sol¨¦, profesor de religi¨®n en el Instituto Barres i Ones de Badalona.
Viger Sol¨¦ perdi¨® el empleo hace un a?o despu¨¦s de ganar un pleito contra la decisi¨®n episcopal de reducirle a la mitad la jornada y su salario. En ambos casos, el Departamento de Ense?anza de la Generalitat dijo que se hab¨ªa limitado 'a cumplir lo que el arzobispado le hab¨ªa propuesto'. El magistrado Joan Agust¨ª Maragall, autor de esta resoluci¨®n judicial, considera que el despido posterior a la primera sentencia fue una represalia y, por tanto, un atentado contra el derecho a la tutela judicial que ampara a todos los espa?oles. Ordenada la readmisi¨®n del trabajador, la Generalitat ejecut¨® inmediatamente, en marzo pasado, esta segunda sentencia, desalojando para ello al profesor colocado en el mismo puesto por el arzobispado, que no puso objeci¨®n alguna. Para el curso que acaba de empezar, el profesor represaliado sigue en su puesto de trabajo con un contrato que la Iglesia especifica haber emitido 'en cumplimiento de sentencia'.
'Supraconstitucional'
Viger Sol¨¦ llevaba 13 a?os ininterrumpidos impartiendo 37,5 horas de clase de religi¨®n cat¨®lica en el instituto Barres i Ones mediante sucesivos contratos anuales, pero en el curso 1999-2000 el Arzobispado de Barcelona decidi¨® rebajarle el horario a la mitad, con la consiguiente reducci¨®n del sueldo (160.286 pesetas brutas mensuales, en lugar de 321.300 pesetas). Un juzgado de lo social de Barcelona fall¨® a favor del profesor contra esa medida unilateral, obligando a la Generalitat y a la Iglesia a reponerle en sus derechos. La implacable respuesta del arzobispado, en forma de despido definitivo al finalizar aquel curso y con la primera sentencia todav¨ªa en v¨ªa de recurso, es lo que ahora deja juzgado el magistrado Maragall en una sentencia de 20 folios, redactada en catal¨¢n, que abre una nueva v¨ªa de discusi¨®n en la agria pol¨¦mica sobre si los obispos pueden, o no, despedir a los profesores de religi¨®n al margen del ordenamiento jur¨ªdico espa?ol e incluso en contra de principios constitucionales que amparan al resto de los ciudadanos.
La respuesta de la sentencia del juez Maragall es tajante. El convenio entre Espa?a y el Estado de la Santa Sede, de 1979, al que acudi¨® en auxilio el abogado del Arzobispado de Barcelona, Leopoldo Gay, para justificar el despido de Viger Sol¨¦ tras la primera sentencia contraria a su defendido, puede ser 'supraconstitucional', dice el magistrado, pero no puede ir contra la Constituci¨®n ni contra 'la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos y el Convenio Europeo de Derechos Humanos'.
Dicho de otra manera, los obispos tienen un derecho absoluto para renovar -o para no renovar- los contratos que cada a?o vinculan a sus profesores de catolicismo con las administraciones educativas del Estado siempre que no pisoteen derechos fundamentales de las personas a sus ¨®rdenes como el 'derecho a la tutela judicial efectiva' en el caso del profesor de Badalona.
El magistrado reconoce que la relaci¨®n laboral entre el profesor de catolicismo y los obispos 'es objetivamente especial' y que el despido hubiera sido aceptable de haberse producido por incapacidad del docente razonada, o por adoptar actitudes inconvenientes como profesor de religi¨®n, o por motivos religiosos -cita, entre otros, 'p¨¦rdida de fe, no seguir la l¨ªnea pastoral o doctrinal del obispo'.
En cambio, al declarar el juez probado absolutamente que el despido de Viger Sol¨¦ se produjo por haber llevado sus discrepancias laborales a los tribunales, la no renovaci¨®n de su contrato, comunicada por escrito por el Departamento de Ense?anza de la Generalitad, resulta 'anticonstitucional' por mucho 'tratado internacional' que se ponga por testigo de 'esta singular¨ªsima relaci¨®n triangular entre los profesores de religi¨®n, la Administraci¨®n docente y la Iglesia cat¨®lica', advierte la sentencia.
'B¨²scate la vida'
Otro de los motivos que guiaron el despido, seg¨²n ha quedado probado en el proceso, fue que Viger Sol¨¦ accedi¨®, en la fecha de su demanda, a la vicepresidencia de la Asociaci¨®n de Profesores de Religi¨®n, un sindicato de docentes de religi¨®n que disgusta sobremanera a los prelados espa?oles.
Pendiente de lo que vaya a suceder con los recursos presentados por el Arzobispado y la Generalitat, Francesc Joan Viger Sol¨¦ declar¨® ayer estar viviendo 'una situaci¨®n kafkiana'. 'Ahogado con medio sueldo', con problemas de salud y con unos padres ancianos necesitados de su atenci¨®n, este t¨¦ologo acudi¨® primero al delegado diocesano de Ense?anza, Francesc Riu, para rogarle que no se le rebajase la jornada laboral y sus salarios. 'Si no tienes salud, b¨²scate la vida', lleg¨® a decirle el poderoso representante episcopal despu¨¦s de largas y desagradables discusiones.
Viger Sol¨¦, hijo de fundadores de Convergencia Democr¨¢tica de Catalunya -su padre fue tambi¨¦n socio promotor del diario Avui-, recurri¨® m¨¢s tarde a los despachos oficiales para afear que toleraran 'tales atropellos' eclesi¨¢sticos, y m¨¢s tarde a los tribunales. No le dejaron 'otra salida'. Orgulloso por lo logrado, no quiere 'protagonismos, sino soluciones', as¨ª que deposita la esperanza, sobre todo, en su abogado, Pablo Enciso, 'por su gran capacidad jur¨ªdica'.
El 'feudalismo industrial'
?Qui¨¦n ech¨® al profesor Viger Sol¨¦ de su trabajo en el instituto Barres i Ones de Badalona? La sentencia relata como hechos probados que fue el Arzobispado de Barcelona el que tom¨® la decisi¨®n, pero que la ejecut¨® el Departamento de Ense?anza de la Generalitat, con el que el profesor manten¨ªa 'una relaci¨®n contractual' ininterrumpida desde 1987. 'La legitimaci¨®n pasiva [de la Generalitat] resulta incuestionable desde el momento en que es la entidad que contrata, retribuye y, finalmente, rescinde el contrato', dice el fallo. En cambio, 'la condici¨®n formal' de empresario, directo responsable del despido, corresponde al arzobispado, que actu¨® avalado por una 'relaci¨®n laboral especial' establecida por un 'tratado internacional'. Sostiene tambi¨¦n la sentencia que, a partir de un tratado internacional que los obispos espa?oles consideran 'supraconstitucional', no se pueden justificar despidos como el del profesor de Badalona, porque eso atenta a derechos fundamentales que no s¨®lo est¨¢n amparados por la Constituci¨®n, sino tambi¨¦n por tratados internacionales de derechos humanos aceptados por el Estado de la Santa Sede. El juez acude en apoyo de su tesis a una sentencia del Tribunal Constitucional del a?o 1985, que ata?e 'a toda relaci¨®n laboral' y que dice: 'La celebraci¨®n de un contrato de trabajo no implica en modo alguno la privaci¨®n para una de las partes, el trabajador, de los derechos que la Constituci¨®n le reconoce como ciudadano a trav¨¦s del proceso laboral. Las manifestaciones de feudalismo industrial repugnan al Estado social y democr¨¢tico de derecho y a los valores superiores de libertad, justicia e igualdad...'.
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