Bomberos superventas en EE UU
Masivas compras de camisetas, juguetes y otros objetos sobre los atentados
Todo se vende. Incluso la tragedia. En las esquinas de Nueva York han surgido puestecitos de recuerdos del World Trade Center y camisetas con mensajes patri¨®ticos. 'America nunca olvidar¨¢', 'El mal ser¨¢ vencido', 'No me puedo creer que haya conseguido escapar' o 'He sobrevivido al ataque' existen en medium, large y extra large, son 100% algod¨®n y cuestan cinco d¨®lares. Fish Eddy, una cadena de tiendas del hogar, ha agotado las existencias de su producto m¨¢s vendido: una vajilla con el perfil de Manhattan en la que resaltan, en sombras sobre un fondo blanco, el edificio de Chrysler, el Empire State y, por supuesto, las Torres Gemelas.
La camiseta m¨¢s popular sigue siendo la que lleva el rostro de Bin Laden con el lema Wanted. Dead or Alive. Tambi¨¦n es m¨¢s cara, 20 d¨®lares (casi 4.000 pesetas). Las banderas est¨¢n omnipresentes. Se calcula que se han vendido millones (la mayor¨ªa con un muy visible Made in China). El ¨¢nimo patri¨®tico promete ser la moda de oto?o. Old Navy, una popular marca de ropa, ha anunciado que los colores nacionales marcar¨¢n la tendencia de los pr¨®ximos meses.
Se agotan libros sobre las Torres Gemelas, Oriente Pr¨®ximo y las predicciones de Nostradamus
Los atentados no s¨®lo est¨¢n alimentando un lucrativo comercio; tambi¨¦n han cambiado, al menos de momento, algunas pautas de consumo. En estas ¨²ltimas semanas, los fabricantes de juguetes se han visto desbordados por la demanda de camiones y trajes de bomberos y polic¨ªas, ahora que se acercan las fiestas de Halloween. Spiderman y Batman ya no dan la talla en la imaginaci¨®n infantil.
Fisher Price ha aumentado en 100.000 ejemplares su producci¨®n de Billy Blaze, su bombero m¨¢s popular, para empezar a distribuirlos a mediados de noviembre por las tiendas de las regiones m¨¢s afectadas: Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut. Los beneficios ir¨¢n a un fondo para los familiares de los equipos de rescate.
El estilo Rambo es comercialmente desaconsejable. Lego Systems ha preferido retirar de la venta el Alpha Team: Ogel Control Center, un juego de acci¨®n cuyo libro de instrucciones muestra un avi¨®n volando a toda velocidad por encima de una ciudad antes de bombardearla. Fao Schwartz, la emblem¨¢tica tienda de juguetes de Manhattan, ya no vende los helic¨®pteros lanzamisiles fabricados por Mattel: en la caja se menciona un 'enemigo diab¨®lico' que hace estallar el World Trade Center.
Ni qu¨¦ decir que los neoyorquinos se est¨¢n abalanzando sobre las m¨¢scaras de gas. Van desde los 89 d¨®lares (unas 15.000 pesetas) de los modelos de la II Guerra Mundial hasta las marcas israel¨ªes m¨¢s codiciadas por 499 d¨®lares (algo menos de 100.000 pesetas). Tambi¨¦n hay una fuerte demanda de vacunas contra el ¨¢ntrax. Military Sales Plus, el mayor proveedor por Internet de restos del Ej¨¦rcito, est¨¢ vendiendo como rosquillas kits antibacteriol¨®gicos como el US Army Chemical Field Circular FC 3-7, que detalla los distintos tipos de armas qu¨ªmicas.
Los norteamericanos tambi¨¦n han comprado m¨¢s armas. Wal-Mart, la mayor cadena de tiendas de Estados Unidos, no daba abasto en rifles y municiones en los primeros d¨ªas tras el ataque. Ahora las ventas se han estabilizado.
El efecto de los atentados tambi¨¦n se ha notado en las librer¨ªas. En las listas de best-sellers aparecen ahora t¨ªtulos como Germs, una obra sobre la guerra bacteriol¨®gica que ha vendido m¨¢s de 150.000 ejemplares en pocos d¨ªas. Casualmente sali¨® el mismo 11 de septiembre.
Fighting terrorism (Luchar contra el terrorismo), del ex primer ministro israel¨ª Benjamin Netanyahu, y Fire, un relato sobre las luchas en Afganist¨¢n de Sebastian Junger (el autor de la Tormenta perfecta), van viento en popa. Se han agotado las obras sobre la historia de las Torres Gemelas, sobre Oriente Pr¨®ximo y, quiz¨¢s m¨¢s sorprendentemente, sobre las predicciones de Nostradamus.
El culto a las reliquias a veces roza lo francamente escabroso. Ebay, la mayor p¨¢gina web de subastas, tuvo que prohibir la venta de recuerdos de los atentados, fragmentos de cristal, trozos de escombros e incluso objetos m¨¢s anodinos como postales y calendarios de las torres que aparecieron entre sus abonados a las pocas horas de los atentados.
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