Guerra
En realidad la guerra empez¨® el mismo 11 de septiembre, mientras algunos tipos tensaban el arco zigom¨¢tico para luego ponerse serios y enfundarse el envoltorio del pacifismo ante la inminente reacci¨®n. La guerra, en cierto modo, era esto: identificaci¨®n, localizaci¨®n y detenci¨®n de c¨¦lulas durmientes, bloqueo de cuentas bancarias, estrangulamiento de tapaderas empresariales, regeneraci¨®n de los servicios secretos, asedio a madrigueras, dise?o de nuevas medidas de seguridad, cambio de mentalidades... En definitiva, se trata de la incorporaci¨®n de John Le Carr¨¦ a la primera l¨ªnea de fuego: guerra caliente laminada en fr¨ªo. Hasta el punto de que no pocas cadenas televisivas ya han considerado el regreso de los equipos desplazados a Islamabad, puesto que ¨¦sta no es la Guerra del Golfo y la tormenta de hierro no empieza a la hora se?alada. Si el ataque suicida a Nueva York y Washington ha marcado una tendencia in¨¦dita para el terrorismo, la respuesta dada hasta el momento, tras las primeras vacilaciones, ha sido absolutamente sim¨¦trica en cuanto a innovaci¨®n. La l¨®gica de la guerra ha quedado desfasada, aun libr¨¢ndose sobre el tradicional esquema compartido por la comunicaci¨®n y la violencia (emisor, receptor, canal y c¨®digo). ?ste es un choque de complejidades. La complejidad de un agresor en apariencia muy primario, pero que ha tejido una red tan intrincada como los v¨ªnculos familiares urdidos por sus dirigentes (la hija del comandante de Al Qaeda, Mohamed Atef, est¨¢ casada con el hijo de Bin Laden, quien est¨¢ casado con una hija del Pr¨ªncipe de los Creyentes, el talib¨¢n Mohamed Omar, que a su vez est¨¢ casado con una hija de Bin Laden) para convertir en una misma papilla familia y causa, se contrapone a la complejidad social del agredido, cuya primera batalla ha consistido en aplicar una bolsa de hielo sobre su orgullo herido. Lejos de responder con una masacre, provocando la extensi¨®n del conflicto -otra guerra santa medieval- que era el objetivo de la acci¨®n suicida, la reacci¨®n -este nuevo concepto de guerra- se est¨¢ administrando de modo tan quir¨²rgico y pac¨ªfico, que ha pillado con el paso cambiado a m¨¢s de cuatro. Y eso hay que decirlo.
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