Granada cierra heridas en Per¨²

A miles de kil¨®metros de Granada, el 22 de abril de 1997, en la embajada de Jap¨®n en Lima (Per¨²), 14 miembros del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) ten¨ªan secuestrados desde hac¨ªa 126 d¨ªas a 72 personas. El entonces presidente Alberto Fujimori decidi¨® que ya era hora de intervenir y envi¨® a 140 militares de ¨¦lite. Por los resultados, las ¨®rdenes eran claras: ni uno de los secuestradores deb¨ªa quedar vivo. Seg¨²n algunos testigos, varios de ellos se rindieron o no fueron tiroteados durante el asalto. Sin embargo, en el recuento final, todos estaban muertos. Sus familias nunca recibieron los cad¨¢veres: el Gobierno los enterr¨® sin dar explicaciones. Durante cuatro a?os, las dudas sobre qui¨¦nes hab¨ªan sido enterrados han sido una constante. Ahora, un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de Granada trabaja para esclarecer la verdad.

En el Per¨² de entonces, totalmente controlado por Fujimori, las familias de aquellos tupacamarus acribillados no pod¨ªan protestar; algunas no tuvieron valor siquiera para reivindicar a sus muertos. En Granada, la experiencia en identificaci¨®n de personas a trav¨¦s del an¨¢lisis de ADN del equipo de Jos¨¦ Antonio Lorente, profesor de medicina legal y forense en la Facultad de Medicina, ha dado un poco de esperanza a esas familias. Los an¨¢lisis ya han ofrecido los primeros resultados: cinco de las muestras corroboran que los enterrados son, efectivamente, quienes se dijo, ya que el ADN de sus restos se corresponde con el de sus familiares. A falta de terminar el trabajo, los datos se?alan que, al menos en este caso, Fujimori no minti¨®. Eso s¨ª, procur¨® poner dif¨ªcil una b¨²squeda futura de los cuerpos enterr¨¢ndolos en 10 cementerios distintos.

La otra duda crucial la resolver¨¢n los forenses peruanos cuando digan si fueron rematados con un tiro en la sien o no. Con esos resultados, la justicia peruana podr¨ªa incriminar a Fujimori en nuevos delitos.

El laboratorio de Lorente no s¨®lo cura las heridas de la sociedad peruana; en su agenda tambi¨¦n est¨¢ el caso de los desaparecidos chilenos, un encargo que han recibido de las m¨¢s altas instancias judiciales de aquel pa¨ªs, pero sobre el que Lorente no quiere dar m¨¢s detalles.

Adem¨¢s, el equipo de Lorente equipo tiene una conexi¨®n muy fluida con el FBI norteamericano, quien suele acudir a ¨¦l para tener una segunda opini¨®n cient¨ªfica de sus propias indagaciones. Hace pocos d¨ªas, tras los atentados de Nueva York y Washington, Lorente recibi¨® un correo interes¨¢ndose por su disponibilidad en caso de que fuera necesaria su ayuda para identificar a las v¨ªctimas: 'Si hacemos falta, contad con nosotros', respondi¨®. Sin embargo, a¨²n no han requerido sus servicios.