Concha de Oro para el chileno L¨¹bbert

No es la primera vez que el festival donostiarra se cierra con la proclamaci¨®n de un disparate del calibre que supone conceder la Concha de Oro al -simple balbuceo cinematogr¨¢fico cercano a la correcci¨®n, pero paren ustedes de contar sus m¨¦ritos y calidades- filme chileno Taxi para tres, primer largometraje de ficci¨®n que dirige el hasta ahora conocido (de la gran escuela de Patricio Guzm¨¢n) documentalista Orlando L¨¹bbert. Cuando, a primeras horas de la tarde de ayer, se oy¨® decir, en todo su mal alcance, esta absurda decisi¨®n en la sala de conferencias del edificio Kursaal, el inapelable coro de los pitidos y los abucheos fue tan cerrado, un¨¢nime y elocuente que nada hay que a?adir al indicio de rechazo frontal generalizado que expresaba.

Hubo un raro acuerdo un¨¢nime en considerar a 'En construcci¨®n' como el mejor filme del festival

Flotan todav¨ªa por aqu¨ª recuerdos vivos, con un toque entre c¨®mico y s¨®rdido, de viejas c¨¦lebres broncas y contestaciones provocadas por otras, de similar grosor esperp¨¦ntico, decisiones de un jurado de supuestos expertos en materia cinematogr¨¢fica. El de este a?o estuvo presidido por el eminente director franc¨¦s Claude Chabrol, cuya preferencia por esta peque?a pel¨ªcula de corto alcance -pero que desarrolla una idea argumental policiaca con ecos de relato muy chabroliano- se filtr¨® a los corrillos festivaleros nada m¨¢s comenzar el festival y ha persistido injusta e incluso temerariamente por encima de la proyecci¨®n posterior de filmes de muy superior entidad que este Taxi para tres que en los paneles de calificaci¨®n de los periodistas acreditados aqu¨ª se limit¨® a alcanzar, y raspando, una media de simple aprobado.

No hay ning¨²n amago de agarrar el mango de la escoba de barrer hacia dentro al constatar la existencia de un abrumador acuerdo ambiental -expresado por una doble un¨¢nime ovaci¨®n, cuando se oy¨® su t¨ªtulo asociado al Premio Especial del Jurado y al Premio de la Fipresci o de la Cr¨ªtica Internacional- que desde el pasado jueves convirti¨® al filme espa?ol En construcci¨®n, creaci¨®n personal¨ªsima de Jos¨¦ Luis Guerin, uno de los escas¨ªsimos directores de ahora que hacen verdadero cine de autor, en el mejor y, con mucho, m¨¢s altamente valorado de cuantos concursaron en esta edici¨®n del encuentro donostiarra.

Es, en efecto, una notoria (no escrita, pero existente) norma de esta muestra cinematogr¨¢fica poner altas cotas de exigencia al cine espa?ol en su propio territorio, y prueba de ello es la resistencia de muchos, casi todos, los productores de aqu¨ª a dejar que sus pel¨ªculas afronten el riesgo de acudir a esta exigente, y para ellos nada c¨®moda, competici¨®n. Pero la evidencia de la extraordinaria elevaci¨®n y del profundo y lib¨¦rrimo buceo formal que lleva dentro En construcci¨®n -viv¨ªsima y compleja obra, atravesada por una temeraria pureza po¨¦tica- presagiaban para ella lo mejor, al tiempo que hab¨ªa temores, como ahora se ve bien fundados, de que el jurado no se atreviera a dar a una obra tan ins¨®lita, tan fuera de norma, la Concha de Oro, buscando para ella el acomodo de un premio menos sonoro y comprometedor.

El, esta vez justo y merecido, desquite del cine espa?ol contra una tan evidente arbitrariedad lleg¨® a trav¨¦s del consuelo que supone el reconocimiento a Pilar L¨®pez de Ayala de la excepcionalidad de su formidable trabajo en el filme dirigido por Vicente Aranda Juana la Loca. Pero este consuelo se aver¨ªa en parte si se atiende a la falta de rigor profesional del que hace un delirante alarde la insostenible concesi¨®n del otro premio de interpretaci¨®n al actor natural, Dug¨¹n Ayhan, protagonista del filme suizo Escape to Paradise, que en realidad se limita a ponerse delante de la c¨¢mara e interpretarse a s¨ª mismo.

Es ¨¦ste un segundo descabellado galard¨®n, que desvela la poca o nula solvencia que deja ver la l¨®gica empleada para la confecci¨®n de la lista de los premiados, porque Escape to Paradise, una inteligente y generosa pel¨ªcula, que bien pod¨ªa haber ganado la Concha de Oro, pues est¨¢ a alturas astron¨®micas por encima de la triunfadora chilena, en cambio no se merece en absoluto un premio de interpretaci¨®n, que es una lamentable decisi¨®n caritativa y paternalista, que deja fuera del juego a gente como el franc¨¦s Jacques Dutronc, refinado protagonista de C'est la vie -filme que, por otro lado, y no se sabe a cuento de qu¨¦ nuevo y absurdo cambalache, ha supuesto el premio a la mejor direcci¨®n para el simplemente correcto trabajo de Jean-Pierre Am¨¦ris- y los ingleses Bob Hoskins, David Hemmings y Michael Caine, que tambi¨¦n compet¨ªan en Last orders y, que aunque el filme es s¨®lo pasable, se merec¨ªan, mucho m¨¢s que el buen ciudadano kurdo que lo ha ocupado, llenar ese importante hueco del cap¨ªtulo final de recompensas.

Y son con toda evidencia justos el premio a la mejor fotograf¨ªa, destinado a las maravillosas im¨¢genes de la pel¨ªcula hind¨² El guerrero elaboradas por Roman Osin; y el que distingue a Philippe Harel, Beno?t Poelvoorde y Olivier Dazat como autores del mejor gui¨®n, que es sin la menor duda el de la trepidante comedia franco-belga La bicicleta de Ghislain Lambert. Nuevo premio impecable si se a?ade que la escritura de este divertido filme hubiera sido mucho mejor de haberse llevado a cabo un peinado de alrededor de quince minutos en el torpe alargamiento de que se resiente la zona del desenlace.

El jurado internacional que concedi¨® estos galardones lo formaban, adem¨¢s de Claude Chabrol, el director italiano Giuseppe Bertolucci, la dise?adora de vestuario inglesa Ivonne Blake, la actriz y directora brasile?a Florinda Bolkan, el director espa?ol Eloy de la Iglesia, el escritor chileno Jorge Edwards y la cr¨ªtica y ensayista brit¨¢nica Sandra Hebron.

Ret¨®rica y tediosa

La sesi¨®n de clausura en la gran sala del Kursaal, donde se entregaron estos premios, se cerr¨® con la proyecci¨®n del ¨²ltimo filme de Carlos Saura Bu?uel y la mesa del rey Salom¨®n, que es una obra ret¨®rica, tediosa y decepcionante, que fue tibiamente recibida en la sesi¨®n de p¨²blico matinal y abiertamente mal recibida en la sesi¨®n dedicada a la prensa de la noche del viernes. Se trata de un filme inconsistente, probablemente el peor que ha hecho Saura, que quiere indagar en la hip¨®tesis de la invenci¨®n por Luis Bu?uel de la trama de una pel¨ªcula que nunca lleg¨® a rodar, y que Saura visualiza con las im¨¢genes y las situaciones menos bu?uelianas que cabe imaginar, movi¨¦ndose y movi¨¦ndonos en los bordes del puro dislate.