'Todos aceptamos que el 11 de septiembre se rompi¨® un modelo de vida'
El viernes pasado por la tarde, Pedro Solbes acababa de regresar a Bruselas tras asistir a una reuni¨®n del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE). En su despacho de la capital belga, el comisario europeo de Asuntos Econ¨®micos, de 59 a?os, habla de las repercusiones econ¨®micas de los atentados del 11 de septiembre. Reconoce que la UE ve alejarse 'cada vez m¨¢s' su objetivo de crecer un 2% en 2001, pero se niega a hablar de 'crisis' y prefiere hablar de 'periodo de incertidumbre'.
Pregunta. ?C¨®mo describir¨ªa el cambio que los atentados contra EE UU han supuesto en el mundo de la econom¨ªa?
Respuesta. Todos aceptamos que el 11 de septiembre se rompi¨® algo, un modo de vida. Pero no aceptamos las consecuencias. Las cosas son distintas y, cuando tenemos que enfrentarnos a ello, cuesta acostumbrarnos. Pero tenemos que trabajar para hacer frente a estos nuevos riesgos y a esta nueva situaci¨®n. No cabe duda de que el 11 de septiembre nos pone de relieve que la fragilidad de nuestras sociedades para muchos temas que consider¨¢bamos adquiridos es mucho mayor de lo que pens¨¢bamos.
'Lo sucedido en EE UU ha alejado m¨¢s el objetivo de crecimiento del 2% para la UE en este a?o'
'No tiene sentido hablar de recesi¨®n. Hablamos de un peque?o bache en la actividad que se recompondr¨¢'
P. ?Se revisar¨¢ el crecimiento de la zona euro para 2001?
R. En noviembre publicaremos los nuevos datos. Tenemos una duda b¨¢sica: c¨®mo incorporar las incertidumbres que existen para las previsiones futuras. Es evidente que las ¨²ltimas previsiones de este a?o no se van a cumplir. La semana anterior a los acontecimientos del 11 de septiembre dec¨ªa que parec¨ªa dif¨ªcil llegar al 2%. Lo sucedido en EE UU tendr¨¢ un impacto negativo a corto plazo. A medio y largo plazo es dif¨ªcil de valorar. Por tanto, el crecimiento previsto del 2% se nos aleja cada vez m¨¢s. Est¨¢ fuera del alcance para la UE en 2001.
P. ?Alguna estimaci¨®n concreta?
R. Es dif¨ªcil. En nuestro perfil de evoluci¨®n del a?o, en el tercer trimestre deber¨ªa haber un repunte al final, aunque algunos no eran optimistas. Con lo sucedido en EE UU debemos irnos hacia la opci¨®n m¨¢s negativa. El problema es cu¨¢nto remonta el cuatro trimestre. Pensamos que hay elementos, sobre todo el buen comportamiento del consumo privado, que pueden ayudar a recuperar el crecimiento. Pero es cierto que el consumo privado tambi¨¦n se puede ver afectado.
P. ?El crecimiento estar¨¢ m¨¢s cerca del 1% o del 2%?
R. Sabemos que la inflaci¨®n est¨¢ teniendo un efecto de mayor renta disponible para los ciudadanos, que el empleo va a seguir relativamente bien y que las rebajas de imposici¨®n est¨¢n empezando a tener efecto... En lo negativo, todos pensamos que el impacto de la crisis americana ha generado temor en la confianza de los consumidores. Es posible que se haya producido cierta retracci¨®n del consumo y un mayor ahorro. Pero hoy no hay forma a¨²n de cuantificar esos efectos.
P. ?Cu¨¢l es el indicador m¨¢s preocupante de EE UU?
R. Tal vez el dato m¨¢s claro, yo no dir¨ªa preocupante, es el de la confianza de los consumidores en EE UU de septiembre, que ya toma en consideraci¨®n el efecto de los atentados. Hay un factor claramente negativo: la confianza de los consumidores baja del 114 al 97. Es la ca¨ªda m¨¢s importante en un mes desde la guerra del golfo P¨¦rsico. Pero hay otro dato positivo: la cifra no se aleja mucho de las previsiones anteriores al 11 de septiembre. Se podr¨ªa pensar, por lo tanto, que la guerra no ha tenido tanto impacto o que sin la guerra podr¨ªa haber empezado a remontar algo.
P. ?Y en la UE?
R. El ¨²nico indicador en estos momentos muy avanzado y que suele tener una cierta relevancia es el del consumo en B¨¦lgica. Y las cifras son malas.
P. ?Han hablado de estos datos en la reuni¨®n del BCE?
R. De econom¨ªa se ha hablado como se habla siempre. En estos momentos, si tuviera que utilizar un t¨¦rmino que definiera bien lo que est¨¢ sucediendo, es el de incertidumbre. Y desconocemos informaciones b¨¢sicas. La m¨¢s evidente es el precio del petr¨®leo. ?Va a estar a 22 d¨®lares, a 25 como pretende la OPEP, o va a dispararse?
P. En los proleg¨®menos de la guerra del Golfo subi¨® mucho, pero baj¨® dr¨¢sticamente cuando comenzaron los ataques.
R. En estos momentos es muy dif¨ªcil evaluar qu¨¦ est¨¢ sucediendo con el petr¨®leo. Ante el temor a una guerra, suele haber un atesoramiento de cantidades y, a veces, una bajada de la producci¨®n. Pero quiz¨¢s se piense que no estamos ante una guerra en el sentido cl¨¢sico, sino ante una serie de acciones concretas.
P. Esta situaci¨®n de incertidumbre coincide con las presentaciones de presupuestos nacionales. ?No habr¨¢ que cambiarlos despu¨¦s radicalmente?
R. La l¨ªnea presupuestaria sigue bastante de acuerdo con lo que acordamos en su d¨ªa en el Pacto de Estabilidad. Todos los pa¨ªses siguen, en aquellos casos en que tienen margen de maniobra, utilizando parte de ese margen, pero en todo caso manteniendo sus presupuestos bajo control. Los americanos nos piden que gastemos m¨¢s. Nuestra tesis es que nos va bien con la consolidaci¨®n fiscal. Tenemos margen de maniobra con los estabilizadores autom¨¢ticos , pero no hay que ir m¨¢s lejos.
P. Pero las consecuencias de los atentados pueden generar aumentos de d¨¦ficit?
R. Pueden tener un cierto impacto. Estamos hablando, por ejemplo, de incrementos de gasto militar, pero eso se puede financiar con reducci¨®n de otro tipo de gasto. Hay un segundo impacto: si el crecimiento es menor, habr¨¢ una respuesta a trav¨¦s de los estabilizadores autom¨¢ticos. No es tan importante el d¨¦ficit nominal como el estructural. A partir de ah¨ª, hay un debate sobre c¨®mo debe utilizar cada pa¨ªs los estabilizadores. Los pa¨ªses con d¨¦ficit mayor que ya han usado parte de su margen de maniobra ahora tienen menos posibilidades.
P. ?Qu¨¦ opina sobre el impacto burs¨¢til de los atentados contra EE UU?
R. Es un tema importante y afectar¨¢ al consumo privado. Pero hay que tener en cuenta que las bolsas hab¨ªan alcanzado niveles no muy racionales y que en Europa no es tan relevante la figura del inversor a cr¨¦dito.
P. ?Tendremos que hablar pronto de crisis econ¨®mica?
R. No, no tiene sentido. Ni de recesi¨®n. Hablamos de un peque?o bache en el crecimiento, que se recompondr¨¢ y seguir¨¢.
P. Si es as¨ª, no habr¨ªa que modificar el plan de introducci¨®n del euro.
R. En absoluto. No tiene sentido tampoco acelerar el programa porque estamos muy pr¨®ximos. Lo que tenemos que hacer es eliminar incertidumbres y utilizar al m¨¢ximo las posibilidades que el euro ofrece.
P. ?Se presentar¨¢ un plan de urgencia para el euro por si los problemas se agravan?
R. No hay en s¨ª mismo un plan de contingencia comunitario. Lo que se va a presentar es una fotograf¨ªa final antes de empezar a funcionar. Hay, s¨ª, cosas previstas, como que un pa¨ªs pueda aportar a otro billetes o monedas si fuera necesario.
P. A menos de cien d¨ªas de llegar el euro, ?c¨®mo van los preparativos?
R. Comprendo que ante temas de mayor tensi¨®n pase a un segundo plano todo lo relativo al euro, pero su introducci¨®n ser¨¢ un acontecimiento hist¨®rico. Estoy convencido de que ser¨¢ un ¨¦xito, aunque haya fallos y problemas.
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