Agujero televisivo
El vicepresidente primero y ministro del Interior, Mariano Rajoy, anunci¨® en agosto pasado que un 'objetivo b¨¢sico' del Gobierno respecto a Radiotelevisi¨®n Espa?ola (RTVE) era acabar con su d¨¦ficit presupuestario en 2002 y evitar que la ingente deuda p¨²blica que arrastra se incrementara m¨¢s. Las asignaciones a RTVE fijadas en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2002 desmienten los buenos prop¨®sitos del vicepresidente. El presupuesto de RTVE seguir¨¢ siendo deficitario y la deuda estatal aumentar¨¢. Pese a que la financiaci¨®n p¨²blica desciende levemente, la deuda se incrementar¨¢ en unos 100.000 millones, hasta alcanzar la astron¨®mica cifra de 5.409 millones de euros (900.000 millones de pesetas), m¨¢s del triple de la que se encontr¨® el Partido Popular cuando lleg¨® al poder, en 1996.
?sa es la situaci¨®n en que se encuentra RTVE y que subraya su condici¨®n de pozo sin fondo de los caudales p¨²blicos. Para complicar m¨¢s las cosas, el plan de viabilidad elaborado en junio pasado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), organismo al que desde el a?o pasado est¨¢ adscrito el ente p¨²blico audiovisual, ha sido frenado por el Gobierno para su reelaboraci¨®n por grupos de trabajo mixtos de RTVE y la SEPI.
Es cierto que el plan de viabilidad habr¨ªa exigido definir previamente el modelo de radio y televisi¨®n p¨²blica que se quiere para el futuro, lo que, a su vez, habr¨ªa hecho inevitable un debate en el Parlamento, algo que seguramente el Gobierno no desea. Pero el plan que la SEPI present¨® en junio al Gobierno tiene al menos la virtud de aclarar las futuras v¨ªas de financiaci¨®n de las dos cadenas de la televisi¨®n p¨²blica -La 2, fiel al concepto de servicio p¨²blico, con cargo a los Presupuestos, y la Primera, puramente comercial, financiada v¨ªa mercado- y de poner fin a su gigantesco endeudamiento, endosando su pago al Estado durante un periodo de 15 a?os. A falta de una definici¨®n previa del modelo de televisi¨®n, el plan no predetermina nada sobre posibles privatizaciones -de la Primera, sobre todo- o sobre la vuelta a las subvenciones una vez puesto el marcador a cero.
Es l¨®gico que, dada la indefinici¨®n sobre el modelo televisivo, las sospechas sobre una futura privatizaci¨®n de la Primera se acrecienten, a pesar de que el Gobierno lo niegue. Una televisi¨®n p¨²blica se define por su car¨¢cter de servicio y por su exclusiva financiaci¨®n estatal. Ambos requisitos son expresamente soslayados en el esquema de funcionamiento empresarial de la Primera perge?ado por la SEPI. Su car¨¢cter p¨²blico ser¨ªa, en definitiva, una cuesti¨®n de nombre, de denominaci¨®n jur¨ªdica, una mera ficci¨®n. Ya sucede ahora, pues no parece que los contenidos de esta cadena, en dura competencia con las privadas por la audiencia y la publicidad, con programas a menudo superiores en zafiedad, respondan m¨ªnimamente a criterios de servicio p¨²blico.
En estas condiciones, la carga ideol¨®gica que suele acompa?ar a los debates sobre lo p¨²blico y privado no tiene sentido. Quiz¨¢ por ello, el dirigente socialista catal¨¢n Pasqual Maragall se ha atrevido a pedir la privatizaci¨®n de la Primera, arriesg¨¢ndose a que CiU tilde su propuesta de 'cutre', y Gaspar Llamazares, coordinador de IU, de 'alucinante'. Pero este ¨²ltimo no deb¨ªa referirse a la Primera de Televisi¨®n Espa?ola al replicar a Maragall que el partido socialista y el conjunto de la izquierda coinciden en que es posible una televisi¨®n p¨²blica que ofrezca un servicio de buena calidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.