El s¨ªnodo de obispos comienza en el Vaticano con el fin de dise?ar el perfil del sucesor de Juan Pablo II

Con voz apenas audible y con el paso cada vez m¨¢s incierto, el Papa inaugur¨® ayer con una misa solemne el X S¨ªnodo de Obispos que reunir¨¢ en Roma hasta el 27 de octubre a m¨¢s de 280 prelados, 56 cardenales, siete patriarcas, sacerdotes y auditores, entre ellos algunos laicos, con la mirada puesta en el dise?o del perfil de su sucesor.

Juan Pablo II se desplaz¨® hasta la bas¨ªlica de San Pedro en una peana el¨¦ctrica. Las condiciones f¨ªsicas del Papa, de 81 a?os de edad, son motivo de preocupaci¨®n general entre la jerarqu¨ªa cat¨®lica. En los ¨²ltimos tiempos se han agravado los achaques del Pont¨ªfice pese a que el portavoz de la Santa Sede, Joaqu¨ªn Navarro, asegura que se encuentra en perfecto estado mental y en condiciones f¨ªsicas aceptables para una persona de su edad.

Lo cierto es que el Papa se mov¨ªa ayer con enorme dificultad, apoyado en su b¨¢culo de plata y que sus palabras, en el discurso en el que inst¨® a los obispos a estar siempre con los '¨²ltimos' en la escala social, eran dif¨ªcilmente comprensibles. Aunque parece cada vez menos probable la hip¨®tesis (lanzada sobre todo en v¨ªsperas del Jubileo de 2000), de que Juan Pablo II opte por retirarse, los prelados discutir¨¢n en este s¨ªnodo sobre el futuro de la Iglesia.

Las sesiones servir¨¢n en esta ocasi¨®n m¨¢s que nunca para delinear el perfil del pr¨®ximo Pont¨ªfice del que s¨®lo se conoce ya un dato: no ser¨¢ demasiado joven, porque tras el largu¨ªsimo pontificado de Karol Wojtyla que dura ya 23 a?os, la Iglesia cat¨®lica necesita una etapa de cambios. Ligado a este aspecto se estudiar¨¢ el tipo de primado que deber¨¢ ejercer el Papa en el futuro. Juan Pablo II es un abanderado de la unidad de las iglesias cristianas, y se ha mostrado dispuesto a renunciar a sus prerrogativas de Sumo Pont¨ªfice. La idea que barajan muchos estudiosos es la de construir una especie de federaci¨®n de iglesias en las que el Obispo de Roma ser¨ªa la voz m¨¢s autorizada e importante como sucesor de Pedro, pero en ning¨²n caso ejercer¨ªa una autoridad absoluta. El modelo de este papado habr¨ªa que encontrarlo en el primer milenio de la cristiandad cuando la Iglesia cat¨®lica desconoc¨ªa el centralismo absoluto que se impuso despu¨¦s y que ha durado hasta nuestros d¨ªas.