La depuraci¨®n pendiente
La CNMV depende del ministerio encabezado por Rato, y fue ¨¦l quien escogi¨® a Fern¨¢ndez-Armesto, Ramallo y Valiente.
La doble investigaci¨®n, judicial y parlamentaria, del caso Gescartera ha destapado una gran parte de lo que se debe saber. 'Dejemos trabajar a los jueces' o 'dejemos que la comisi¨®n parlamentaria investigue' son dos frases que siguen siendo v¨¢lidas. Y, sin duda, seguir¨¢n trabajando. Pero, ahora, la pregunta es: ?hacia d¨®nde apuntan los testimonios y pruebas?, ?c¨®mo fue posible que se pudiera consumar una estafa de 18.000 millones de pesetas con 2.000 ahorradores afectados?, ?existen responsabilidades pol¨ªticas?
M¨¢s all¨¢ de los matices, los servicios de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tuvieron la capacidad para detectar en los primeros meses de 1999 ciertas irregularidades en la gesti¨®n de Gescartera. El presidente de la CNMV convoc¨® el 16 de abril de dicho a?o una reuni¨®n del consejo para analizar la situaci¨®n. Los consejeros de la CNMV recibieron en esa reuni¨®n un informe en el que se describ¨ªan las actuaciones irregulares y la desaparici¨®n, al menos parcial, de dinero de los ahorradores. Sin embargo, el consejo lleg¨® al acuerdo un¨¢nime de que Gescartera siguiera adelante, de no provocar hechos traum¨¢ticos. Adopt¨® algunas medidas que, presuntamente, deb¨ªan limitar su actuaci¨®n. Pod¨ªa haber intervenido la entidad, ya que exist¨ªan sospechas fundadas y pruebas de una gesti¨®n irregular. Ni siquiera se hubiera tratado de una intervenci¨®n preventiva. Ya faltaba dinero, unos 4.500 millones, en una de las cuentas bancarias.
'Como la resistencia de los gestores bloqueaba la inspecci¨®n, se opt¨® por cambiar de caballo'
'Si hay algo pendiente es lo que Rato llama 'depuraci¨®n': la asunci¨®n de responsabilidades'
Bien. Uno, que piensa de buena fe, deja a un lado la cr¨®nica de la conspiraci¨®n escrita por Pilar Gim¨¦nez-Reyna, y se dice lo siguiente: no se han atrevido a intervenir el 16 de abril porque quiz¨¢ quer¨ªan estar m¨¢s seguros. Pero a continuaci¨®n, la CNMV decidi¨® cambiar al equipo de inspecci¨®n que hab¨ªa realizado la primera anatom¨ªa de Gescartera. La raz¨®n, seg¨²n se ha explicado en el Congreso, es que los gestores de dicha sociedad rechazaban a los inspectores. No quer¨ªan que aquellos que les hab¨ªan puesto al descubierto siguieran investigando. Hicieron una campa?a en la cual la propia CNMV hizo de caja de resonancia. Les tachaban de excesivamente duros y exigentes. Y como la resistencia de los gestores bloqueaba la inspecci¨®n, se razon¨® que era mejor cambiar de caballo.
Ganar tiempo y enga?ar
Esta historia, a saber, la de que los gestores de una sociedad inspeccionada intenten cambiar al equipo de inspecci¨®n que casi ha llegado hasta sus tripas fue muy conocida en la crisis bancaria de los a?os setenta y ochenta en Espa?a. Los gestores buscaban dos cosas: ganar tiempo y enga?ar, o al menos intentarlo, a los nuevos. La CNMV, pues, sustituy¨® por otros inspectores a aquellos que hab¨ªan seguido la pista del primer agujero en Gescartera.
Ahora, por arte de magia, la situaci¨®n descubierta por los anteriores responsables de la inspecci¨®n de Gescartera se evapor¨®. La nueva inspecci¨®n consider¨® que la sociedad evolucionaba a mejor. Se decidi¨® sancionar por una falta grave a Gescartera a ra¨ªz de las irregularidades cometidas y, al mismo tiempo, en julio de 2000 se la elev¨® de rango, a agencia de valores, con el argumento de que en su capital entrar¨ªa la Fundaci¨®n ONCE, lo que supon¨ªa una garant¨ªa de fortaleza patrimonial. Los m¨¢ximos ejecutivos responsables de los desaguisados conocidos en 1999 deb¨ªan ser separados de la gesti¨®n. Eso cuando se inscribiera la nueva sociedad.
Los gestores de la sociedad, pues, hab¨ªan conseguido las dos cosas que quer¨ªan: ganar tiempo y enredar a los nuevos inspectores. Los supervisores cre¨ªan haber conseguido tambi¨¦n lo que deseaban: quitarse de encima a los ejecutivos con las presuntas garant¨ªas de la ONCE. Pero mientras se hac¨ªan los largos tr¨¢mites para la conversi¨®n en agencia de valores, segu¨ªan al frente de Gescartera los mismos ejecutivos. El robo segu¨ªa adelante y, si cabe, con mayor velocidad.
Juan Fern¨¢ndez-Armesto dej¨® la presidencia de la CNMV en octubre de 2000 y fue sustituido por Pilar Valiente, hasta entonces miembro del consejo de dicha comisi¨®n. En julio de 2001, el consejo de la CNMV decidi¨® intervenir Gescartera con dos a?os de retraso. En ese lapso, el vaciamiento de Gescartera pas¨® de 4.500 millones, en abril de 1999, a 18.000 millones.
La comisi¨®n de investigaci¨®n del Congreso dilucidar¨¢, en el curso de su investigaci¨®n, qui¨¦n dice la verdad y qui¨¦n miente sobre cada etapa de las actuaciones de la CNMV. Pero es un hecho probado que los servicios de inspecci¨®n hab¨ªan detectado un c¨²mulo de irregularidades que planteaba la posibilidad de una intervenci¨®n.
La experiencia de los a?os de crisis bancaria y los m¨¢s recientes de esc¨¢ndalos financieros y pol¨ªticos en Espa?a ha sido muy ventilada pol¨ªtica y judicialmente. Sin embargo, el caso Gescartera demuestra que la lecci¨®n fundamental de la mayor¨ªa de esos casos todav¨ªa est¨¢ sin aprender. A saber: el deterioro absoluto de los comportamientos profesionales; en banca como en pol¨ªtica, en el negocio de las auditor¨ªas como en el de las empresas de valoraciones, en el mercado de valores como en la Administraci¨®n. La p¨¦rdida de la disciplina capitalista en ciertos casos ha sido, pues, espectacular.
La juez Teresa Palacios, el teniente fiscal Luis L¨®pez S¨¢nz y las acusaciones est¨¢n abocados a desenredar el ovillo de Gescartera en el terreno penal, en el cual tambi¨¦n pueden considerarse las conexiones entre miembros de la CNMV, el ex secretario de Estado de Hacienda y la citada sociedad. La comisi¨®n parlamentaria est¨¢ siguiendo el camino de las comparecencias. Pero hay una cosa que deber¨ªa debatirse: ?Existe una muralla china entre los comportamientos profesionales y la responsabilidad pol¨ªtica?
La CNMV depend¨ªa del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda cuando su titular era Rodrigo Rato. Con la reestructuraci¨®n ministerial del verano de 2000, la CNMV pas¨® a depender del Ministerio de Econom¨ªa, a cuyo frente est¨¢ Rato. Fue ¨¦l quien propuso formalmente al Consejo de Ministros, en 1996, el nombre de Fern¨¢ndez-Armesto para presidir la CNMV y el de Ramallo para ser vicepresidente. En el origen de ambos nombramientos contaba Rato, por razones diferentes, con el apoyo del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. M¨¢s tarde, Rato nombr¨® a Pilar Valiente y a Jos¨¦ Mar¨ªa Rold¨¢n, ex jefe de su gabinete, para incorporarse al consejo de la Comisi¨®n.
Y el origen de las cosas no es un peque?o matiz. Vamos a ver. En el verano de 2000, el Gobierno ajust¨® cuentas con el entonces presidente de Telef¨®nica, Juan Villalonga, a ra¨ªz del c¨¦lebre asunto de las opciones (stock options). El instrumento de esa vendetta fue la CNMV. Tanto Luis Ramallo como Pilar Valiente actuaron entonces como los representantes del Gobierno dentro de la CNMV. Lo que era una guerra contra Villalonga, utilizando su impresentable inversi¨®n en opciones de la propia compa?¨ªa bajo cuerda, termin¨® en un feroz enfrentamiento contra el presidente de la CNMV, por resistirse a ser correa de transmisi¨®n gubernamental. Finalmente, el Gobierno se llev¨® por delante tambi¨¦n a Fern¨¢ndez-Armesto: no le renov¨® el mandato. El poder de la CNMV cay¨® como una pera madura. Hab¨ªa alguien preparado para recogerlo: Pilar Valiente.
Responsabilidades pol¨ªticas
Aun si uno hiciera abstracci¨®n de las conexiones m¨¢s que probadas entre Pilar Valiente, Luis Ramallo y Enrique Gim¨¦nez-Reyna con el clan de Gescartera, aun aparcando los indicios m¨¢s serios sobre la oposici¨®n de Valiente y Ramallo a la intervenci¨®n de Gescartera, esta investigaci¨®n ya ha cruzado el Rubic¨®n hacia el tema de las responsabilidades pol¨ªticas y profesionales. Y estas competen al departamento bajo cuya dependencia act¨²a la CNMV: el Ministerio de Econom¨ªa. Fue este departamento el que, conducido por los profesionales y pol¨ªticos que puso al frente de la CNMV, aprob¨®, como era preceptivo, la conversi¨®n de Gescartera en agencia de valores. Si la decisi¨®n de la CNMV de hacer la ver¨®nica en abril de 1999 proporcion¨® a los gestores un a?o m¨¢s para conspirar, el acuerdo de elevarla a sociedad de valores permiti¨® un a?o adicional para consumar el gran saqueo.
Los socialistas le dicen a los populares que deben ser coherentes con la orientaci¨®n que llevaban en los tiempos en que eran oposici¨®n, aun cuando ella pod¨ªa no ser la correcta. Los populares replican como suelen decir los italianos: miren de qu¨¦ p¨²lpito viene la pr¨¦dica.
Ni lo uno, ni lo otro.
Nadie deber¨ªa renunciar a su puesto por una responsabilidad que no le compete. El problema en el caso Gescartera es que asumir la responsabilidad pol¨ªtica y profesional es el punto de partida para comenzar a restituir la confianza y para combatir la noci¨®n de que ya no puedes confiar en nadie. Juan Fern¨¢ndez-Armesto cumpli¨® su mandato; Luis Ramallo, lleg¨® hasta el final de sus cuatro a?os. Y Pilar Valiente fue fulminada por el diario de Pilar Gim¨¦nez-Reyna. Nunca tan pocas p¨¢ginas han tenido semejante efecto.
Si hay algo pendiente en esta tragicomedia es lo que Rato llama una 'depuraci¨®n'. Esto es: la asunci¨®n de responsabilidades pol¨ªticas y profesionales. Es como las meigas: haberlas, haylas. Nadie mejor que Rodrigo Rato sabe que es a ¨¦l a quien toca asumirlas.
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