Imputados en el fraude de las funerarias el ex gerente y un directivo de Parcemasa

El trabajador de Parcemasa que hac¨ªa las cremaciones irregulares, Francisco Yepes, y el gerente de la funeraria La Popular, Emilio Paloma, en cuya casa se encontraron restos de 47 cad¨¢veres, confirmaron que se hicieron incineraciones ilegales, que hubo personas a las que se les entregaron cenizas que no eran de sus difuntos, que hab¨ªa un 'precio establecido' para estos servicios que se realizaban sin control y con una tarifa siete veces menor que la oficial, y que se reciclaban ata¨²des. Ambos acusados coincidieron en que las irregularidades eran conocidas por Oliva y Peralta, lo que llev¨® a la sala a ordenar que se les llame como imputados.

Estas cremaciones se prolongaron desde 1994 hasta 1997. Yepes declar¨® que comenz¨® a hacer estas incineraciones porque Peralta le pidi¨® 'el favor': Oliva le plante¨® despu¨¦s si no se pod¨ªan 'expandir'. El acusado acept¨® para sacar un sobresueldo. Entonces habl¨® con los gerentes de las cinco funerarias implicadas en la estafa -tambi¨¦n imputados- y les inform¨® que si lo necesitaban le llevaran cad¨¢veres por la noche.

El precio de las cremaciones irregulares era de 10.000 pesetas. El trabajador se quedaba con la mitad y el resto se lo dejaba 'al gerente, en un sobre, en un cuartito cerrado'. El acusado precis¨® que todo lo trat¨® con Oliva 'que era quien ten¨ªa autoridad'. En sus primeras declaraciones, el trabajador dijo que actu¨® 'a espaldas' de la direcci¨®n. Ayer explic¨® que esa era la estrategia que hab¨ªa acordado con el gerente en caso de que el fraude se destapara y que inclu¨ªa su despido e indemnizaci¨®n.Cuando la estafa estall¨® en 1997, Francisco Y. L. fue despedido, pero nunca cobr¨®.

Las funerarias cobraban a las familias como si trasladaran el cad¨¢ver a otra ciudad, donde la incineraci¨®n costaba 20.000 pesetas. A esta cantidad sumaban el desplazamiento, pese a que la cremaci¨®n se hac¨ªa en Parcemasa y por 10.000 pesetas.