Sincretismo en zapatillas de punta
La que parece ser la versi¨®n definitiva del primer espect¨¢culo creado por la bailarina Mar¨ªa Gim¨¦nez discurre con el ritmo, como reza en su t¨ªtulo, del teatro musical y no de un ballet en s¨ª. No tiene la obra grandes pretensiones cor¨¦uticas, y su gui¨®n es un tejido a veces ingenuo y a veces f¨¢cil que habla del mestizaje, la simbiosis cultural y el deseo de una verdadera integraci¨®n.
El hilo conductor es la propia bailarina, acompa?ada con eficacia por el cubano Javier Toca, que procede en origen de las filas del ballet cubano. La plantilla la completan cuatro bailarines de flamenco y cuatro de folclor afrocubano que poco a poco van mezclando sus evoluciones caracter¨ªsticas.
Lo que al principio es lucha deviene en fiesta colectiva y lo que vemos a veces recuerda a Montescos y Capuletos sobre la arena f¨¢cil del musical. El sincretismo da las pautas del espect¨¢culo y as¨ª van apareciendo en paralelo los bastones de mando en unos, los machetes mandinga en otros, el cimbrear de hombros en los cubanos y el taconeo en los peninsulares. Todo ello intenta crear un di¨¢logo retador de fuerza s¨®lo matizado por los momentos m¨¢s rom¨¢nticos, como el paso a dos de los solistas principales.
Mar¨ªa Gim¨¦nez
En blanco y negro. El musical de la danza. Coreograf¨ªa: Mar¨ªa Gim¨¦nez y Jos¨¦ Antonio Ruiz. Banda sonora: Yamel Romero y Carlos Rodr¨ªguez. Luces y escenograf¨ªa: Freddy Gerlache y Jos¨¦ Arroyo. Vestuario: Francis Montesinos y Arroyo. Teatro de Madrid La Vaguada. 2 de octubre.
Giro y bravura
Mar¨ªa Gim¨¦nez es una hermosa y buena bailarina, dotada para el giro y la bravura adem¨¢s de ser musical¨ªsima y de manejar con fluidez los acentos l¨ªricos. Con este registro se conduce sobre los ritmos vern¨¢culos del flamenco o de las rumbas criollas, y con sus puntas desarrolla un fraseo virtuoso y vibrante que es de lo mejor que ofrece la velada.
Jos¨¦ Antonio Ruiz, una vez m¨¢s, demuestra su eficacia y su amplitud de vocabulario. Los cuatro bailarines espa?oles hacen geometr¨ªa de rigor y una danza de flamenco moderno con detalles cl¨¢sicos del g¨¦nero, mientras para la bailarina ha ideado unas danzas con adornos locales pero sobre vocabulario acad¨¦mico, para terminar en un corro que recuerda a la vez el fin de fiesta de tablao o la juerga ritual criolla, pues entre ellos hay muchos puntos de contacto, no hay m¨¢s que o¨ªr el sonar de las cajas o el repique de las chancletas de madera. No hay bailes de ida y vuelta, pero se les intuye.
El vestuario de Montesinos se ci?e can¨®nicamente al t¨ªtulo y elude el color con sobriedad. El teatro de La Vaguada no estaba lleno, pero el p¨²blico respondi¨® con entusiasmo y palme¨® el bis con entrega y sonoros bravos.
Babelia
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