Redefinici¨®n de identidades
Dec¨ªa en una entrevista la autora madrile?a Gabriela Bustelo que ha escrito su segunda novela como si fuera un gui¨®n cinematogr¨¢fico porque le interesa m¨¢s el cine que la literatura. Lo que yo a?adir¨ªa es que, aunque alej¨¢ndose de modelos literarios, Planeta hembra ha situado a su autora en un lugar muy cercano a la vanguardia de la nueva narrativa de este pa¨ªs. Y lo ha hecho mediante el elemento de renovaci¨®n m¨¢s eficaz que puede aparecer en una tradici¨®n literaria: el di¨¢logo con la alteridad. En su caso, la alteridad de lo no literario: la televisi¨®n, el c¨®mic, el posfeminismo acad¨¦mico y una tradici¨®n literaria absolutamente lejana de la nuestra pero que en los ¨²ltimos a?os ha experimentado un intenso revival en otros pa¨ªses. Me refiero a la s¨¢tira swiftiana, ese modelo literario basado en planteamientos considerablemente simples, inversiones de la realidad conocida y argumentos del tipo 'mundo-al-rev¨¦s' y 'qu¨¦-pasar¨ªa-si'.
PLANETA HEMBRA
Gabriela Bustelo RBA. Barcelona, 2001 223 p¨¢ginas. 2.200 pesetas
El planteamiento de Planeta hembra es ciertamente sencillo: en la segunda mitad del siglo XXI, la humanidad est¨¢ controlada por una organizaci¨®n global de lesbianas llamada el Partido XX que ha proscrito la heterosexualidad, ha instaurado la clonaci¨®n como nueva forma reproductiva y ha reducido a los hombres al papel de sirvientes. Adem¨¢s, todo el pasado y la cultura han sido borrados para enmascarar el alcance de su revuelta. En este contexto, una alta funcionaria y un rebelde heterosexual encubierto protagonizan una historia de amor prohibido que cambiar¨¢ la situaci¨®n mundial. El argumento recuerda a relatos de mundos invertidos como el de El planeta de los simios o m¨¢s recientemente el del magn¨ªfico relato swiftiano de Martin Amis, 'Narrativa hetero', publicado en su colecci¨®n de 1998, Mar gruesa.
S¨¢tira del feminismo radical de los setenta con su feroz puritanismo sexual, s¨¢tira del segregacionismo gay y l¨¦sbico, y, en general, divertida farsa acerca de la redefinici¨®n de las identidades sexuales, Planeta hembra se inserta con espontaneidad pasmosa en una hornada de novelas cuyos autores han entendido que el arsenal de armas de un narrador puede y debe ampliarse para incluir una gama de materiales que abarque desde el pulp hasta el pensamiento duro pasando por los distintos subg¨¦neros de la cultura pop. En este sentido, Planeta hembra realiza un tratamiento tan interesante de la cuesti¨®n sexual como las que llevan a cabo Ray Loriga de la memoria en Tokyo, Andr¨¦s Ib¨¢?ez de la nueva espiritualidad en Varick y Germ¨¢n Sierra de la ciencia en Efectos secundarios.
No ser¨ªa justo presentar al lector esta novela como un simple acierto de planteamiento. El desarrollo de Planeta hembra es lo que debe llamarnos la atenci¨®n acerca de las dotes de su autora: ¨¢gil, permeado por una comicidad efectiva, con unos di¨¢logos inteligentes, original y sencillamente placentera. Que la existencia de esta novela no se propagara de boca en boca entre los lectores m¨¢s inquietos simplemente ser¨ªa imperdonable. En todo caso, en adelante vayan con cuidado con Gabriela Bustelo: adem¨¢s de ser una excelente escritora, creo que es una militante heterosexual.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.