Campa?a sin debate
Desde hace a?os, las propuestas pol¨ªticas de los partidos gallegos acaban inevitablemente eclipsadas por la discusi¨®n sobre la campa?a misma y sobre sus reglas de juego. No parece que esta vez vaya a ser la excepci¨®n. Apenas iniciada la carrera para las elecciones auton¨®micas del 21 de octubre, los partidos de la oposici¨®n denunciaron la emisi¨®n en los telediarios nacionales de la v¨ªspera de lo que consideran un 'publirreportaje' sobre los grandes logros de la Xunta.
Televisi¨®n Espa?ola tiene otro jal¨®n que a?adir a su larga historia de sectarismo, aunque en ese tosco juego cuenta tambi¨¦n con duros competidores. La t¨¦cnica del publirreportaje es tambi¨¦n la norma en los informativos de TVG, donde estos d¨ªas se suceden las interminables im¨¢genes y palabras de Fraga (que no es raro que protagonice hasta media docena de noticias) anunciando inversiones e inaugurando toda clase de obras. Son reminiscencias del franquismo m¨¢s casposo. En su condici¨®n de candidato del PP, Fraga dispone de la cuota proporcional que se asigna a cada partido en el bloque de informaci¨®n electoral. Pero en sus funciones institucionales de presidente de la Xunta, el veterano l¨ªder y sus consejeros transforman los informativos en una loa permanente a los ¨¦xitos del Gobierno.
La conversi¨®n de TVG en mero instrumento de propaganda es uno m¨¢s de los ejemplos del concepto patrimonialista del poder que ha distinguido al PP en Galicia. Ayer mismo se conoc¨ªa un informe del Tribunal de Cuentas auton¨®mico que concluye que, en los a?os 1998 y 1999, la Xunta destin¨® el 90% de los fondos de su principal programa de inversiones municipales a los ayuntamientos gobernados por el PP, que entonces sumaban el 66% de la poblaci¨®n gallega. A Fraga le indigna que le acusen de clientelismo, pero con datos como ¨¦sos no le resulta f¨¢cil convencer de lo contrario. Como tampoco parece muy alentador que el presidente de la Diputaci¨®n de Pontevedra, en presencia del propio Fraga y de la plana mayor del PP, proclame a los cuatro vientos que va a contratar una flota de veh¨ªculos para acarrear votantes a las urnas.
Esa privatizaci¨®n de las instituciones y su conversi¨®n en armas de propaganda o de presi¨®n sobre la voluntad de los votantes esterilizan el debate p¨²blico y contaminan las campa?as electorales. Aun si concedi¨¦semos cierta raz¨®n a Fraga cuando dice que sus rivales usan tales argumentos para ocultar la falta de alternativas, no estar¨ªa de m¨¢s que el PP hiciese prop¨®sito de enmienda. Ser¨ªa la mejor manera de lustrar el hipot¨¦tico triunfo que le atribuyen las encuestas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.