Tiempos de reformas
Como es habitual en la econom¨ªa espa?ola, la moderaci¨®n del crecimiento se est¨¢ trasladando r¨¢pidamente al ritmo de creaci¨®n de empleo. Estos ¨²ltimos d¨ªas conocimos dos indicadores que suelen adelantarnos las l¨ªneas b¨¢sicas de la coyuntura laboral en tanto est¨¢n disponibles los datos de la EPA: la afiliaci¨®n a la Seguridad Social y el paro registrado.
En el primer caso, los datos eran de agosto y mostraron un descenso de 167.900 afiliados. Es normal que en este mes se produzcan bajas en la afiliaci¨®n, pues muchos contratos temporales que finalizan al comienzo de las vacaciones no son renovados hasta pasadas las mismas. No obstante, el descenso fue notablemente mayor que el de un a?o antes en este mismo periodo. En el mes anterior hab¨ªa sucedido algo similar: en este caso la variaci¨®n fue positiva, pero muy inferior a la de un a?o antes. Con ello, la tasa de variaci¨®n interanual de las afiliaciones contin¨²a siendo positiva y elevada, pero su perfil de ligera desaceleraci¨®n se ha agudizado en los ¨²ltimos meses: del 4,6% en el primer trimestre ha pasado al 3,6% en julio-agosto (gr¨¢fico superior derecho).
Ser¨ªa racional que las empresas recortaran sus costes moderando los salarios en vez de destruir empleo
De forma coherente, el paro registrado evoluciona en sentido contrario. Utilizando las series desestacionalizadas publicadas por el Ministerio de Econom¨ªa (no cabe valorar estos datos sin tener en cuenta su marcado comportamiento estacional), vemos c¨®mo el paro viene aumentando en los ¨²ltimos tres meses (gr¨¢fico superior izquierdo), rompiendo la tendencia a la baja que manten¨ªa casi de forma ininterrumpida desde mediados de 1994.
Todo ello pone de manifiesto una vez m¨¢s la enorme sensibilidad de la ocupaci¨®n respecto al crecimiento econ¨®mico. Obviamente, la relaci¨®n debe ser estrecha, pero a veces olvidamos que entre la producci¨®n y las personas ocupadas hay al menos dos variables que, si funcionan de forma flexible, pueden actuar de amortiguadores entre ellas: las horas trabajadas y los salarios. La disminuci¨®n de las horas trabajadas deber¨ªa utilizarse antes que la supresi¨®n de puestos de trabajo. Igualmente, ser¨ªa m¨¢s racional (por supuesto, de forma temporal y en situaciones de debilidad coyuntural, no en una visi¨®n de largo plazo) que las empresas que tuvieran que recortar sus costes laborales lo hicieran moderando los salarios en vez de destruyendo empleo. Para ello hace falta una legislaci¨®n que permita utilizar de forma flexible estas y otras posibilidades.
Justamente en estos d¨ªas se est¨¢ intentando acordar entre sindicatos y patronos, a instancias del Gobierno, una reforma del marco de la negociaci¨®n colectiva. Todos los intereses y derechos que los negociadores defienden son leg¨ªtimos, pero no debieran olvidar que de nada sirven los derechos si las empresas, por no ser competitivas, no crean empleo. El marco que regula las relaciones laborales en Espa?a, heredado de tiempos en los que nuestra econom¨ªa estaba muy protegida frente a la competencia exterior, no sirve para competir sin fronteras y con la misma moneda con las econom¨ªas, m¨¢s potentes que la nuestra, de la zona del euro. Es hora de reformarlo, antes de que vengan tiempos peores.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigaci¨®n Econ¨®mica y Social (FUNCAS).
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