Abanico de miradas
No quiero pasar por alto la exposici¨®n patrocinada por el Ayuntamiento de Pamplona en la sala Zapater¨ªa 40. Bajo el titulo La mirada Compartida se presenta un amplio abanico de fotograf¨ªas que es ejemplo valioso, aunque en algunos casos reiterativo, de las distintas direcciones que la disciplina ha emprendido desbocadamente desde el ¨²ltimo tercio del siglo pasado, si bien precedentemente hubo ejemplos notables. La muestra es paradigma de la pl¨¢stica contempor¨¢nea donde la c¨¢mara es denominador com¨²n de innumerables formulas expresivas. As¨ª podemos ver c¨®mo lenguajes heterodoxos y t¨¦cnicas afines se multiplican sobre soportes variados. Este batiburrillo de posibilidades creadoras termina confundiendo agradablemente al espectador sereno, que no siempre es capaz de entender con soltura los avatares y tormentos que discurren por la cabeza de los artistas.
Este galopar saltando todo tipo de barreras acad¨¦micas es muy loable, y m¨¢s siempre que los realizadores marquen una trayectoria original. Su recurso es la transversalidad entre disciplinas art¨ªsticas diferentes. Un mestizaje que se convierte en instrumento eficaz para transportar emoci¨®n y poes¨ªa a un mundo globalizado y plural. Para alcanzar este efecto, no es de extra?ar que pintura o escultura se entremezclen y convivan bajo el paraguas del genero fotogr¨¢fico. Ni tampoco que ¨¦ste ceda su hegemon¨ªa documental para jugar con las m¨¢s inveros¨ªmiles puestas en escena, paletas crom¨¢ticas o texturas poli¨¦dricas. En una palabra, ensayos, devaneos creativos a la b¨²squeda de nuevas opciones para el proceso art¨ªstico.
En este escaparate de Pamplona hay para todos los gustos. Podr¨ªa hacerse una catalogaci¨®n teniendo en cuenta la especialidad de origen que tiene cada uno de los participantes pero, debido a la flexibilidad de conceptos que les caracteriza, no dejar¨ªa de ser una simpleza que desembocar¨ªa finalmente en denominarles, sencillamente, artistas pl¨¢sticos. En cualquier caso, algunos marcan un estilo muy personal, reconocible en el tiempo y en la comparaci¨®n con el resto. A?aden a su oferta matices novedosos de orden abstracto o figurativo fruto de vivencias y emociones singulares. Junto a ellos, los que no brillan con la estrella de la inspiraci¨®n ense?an un trabajo pulido por el esfuerzo y la t¨¦cnica bien manejada.
Las cuarenta y cuatro im¨¢genes presentadas corresponden a 19 autores, algunos espa?oles y otros llegados de Cuba, Gran Breta?a, Francia o incluso Argentina. Entre ellos, el pintor Dar¨ªo Urzay se desmarca con unas huellas de color de impacto inminente. La abstracci¨®n de las formas, empujadas por una configuraci¨®n de tonos y texturas realmente envolventes, ganan al visitante. El tratamiento y un fino acabado en base a una t¨¦cnica mixta completan su trabajo sobre un soporte de papel fotogr¨¢fico impreso por sistemas digitales. En otro punto del abanico se encuentra Chema Madoz. Este premio Nacional de Fotograf¨ªa retrata una serie de piezas ingeniadas o construidas por ¨¦l mismo. Son esculturas y composiciones ins¨®litas. Su imaginaci¨®n es capaz de trasformar una gotas de agua en perlas para un collar enhebrado por aguja con hilo blanco. Los objetos pierden su propio sentido cuando el autor act¨²a sobre ellos. De esta forma lo racional llega a convertirse en poes¨ªa fant¨¢stica.
Lo que corresponde a Javier Vallhonrat, por citar a un tercero, resulta subyugante. Desde los a?os ochenta viene trabajando sobre la interacci¨®n entre fotograf¨ªa y pintura. Su capacidad innovadora le ha llevado por muchos derroteros. Ahora son paisajes con puentes rodeados por monta?as nevadas envueltos por un halo de misterio y belleza desconcertante.
Todos los autores merece loas y comentario individualizado, ya que su riqueza creativa consigue que el lote expositivo sea capaz de conmover a legos y doctos en la materia. Adem¨¢s, abre una panor¨¢mica de indudable inter¨¦s did¨¢ctico sobre las complejas posibilidades que permite la expresi¨®n pl¨¢stica de vanguardia. Y todo ello en una ciudad tan entra?able como Pamplona.
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