EE UU prepara sus helic¨®pteros para la pr¨®xima fase de la guerra en Afganist¨¢n

Llega el momento de los helic¨®pteros y las incursiones terrestres, pero el arranque de la Operaci¨®n Libertad Duradera est¨¢ resultando algo m¨¢s dif¨ªcil de lo que el Pent¨¢gono esperaba. Las fuerzas a¨¦reas lanzaron ayer los ataques m¨¢s duros hasta ahora sobre las dos mayores ciudades de Afganist¨¢n, Kabul y Kandahar, con la intenci¨®n de completar la destrucci¨®n de los sistemas antia¨¦reos de los talib¨¢n y allanar el terreno a los helic¨®pteros y los comandos. La efectividad de los bombardeos parece inferior a lo anunciado el martes por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.

Los talib¨¢n aseguraron ayer que su defensa antia¨¦rea se manten¨ªa operativa, pese a que el Pent¨¢gono la daba por casi inutilizada. Y demostraron que dispon¨ªan a¨²n de recursos disparando contra la aviaci¨®n enemiga desde los alrededores de Kabul.

El tiempo juega en contra de los dos bandos. En el caso de los talib¨¢n, cada d¨ªa que pasa se reduce la munici¨®n, dif¨ªcilmente reemplazable por el aislamiento a que est¨¢ sometido el r¨¦gimen afgano y por los mecanismos de asfixia financiera establecidos por la coalici¨®n antiterrorista internacional. El Pent¨¢gono no oculta que uno de los objetivos de los ataques a¨¦reos, que se suceden en oleadas de d¨ªa y de noche, consiste en obligar al enemigo a desperdiciar unos recursos muy limitados. Los portavoces de los talib¨¢n reconocen que los aviones estadounidenses y brit¨¢nicos vuelan demasiado alto para el alcance de su armamento.

Pero cada d¨ªa que pasa se acerca el invierno, y ese factor perjudica a las fuerzas atacantes. A finales de este mes se prev¨¦ un endurecimiento del clima, que, por un lado, limitar¨¢ de forma muy severa la visibilidad de los pilotos e impedir¨¢ la b¨²squeda de 'objetivos de oportunidad', y por otro, complicar¨¢ cualquier operaci¨®n terrestre.

El Pent¨¢gono anunci¨® el pasado domingo que la fase inicial de la guerra -es decir, el bombardeo- durar¨ªa 'entre tres y cinco d¨ªas' e inmediatamente despu¨¦s comenzar¨ªa la segunda fase, protagonizada, supuestamente (los portavoces nunca han querido confirmar de forma expl¨ªcita que hayan previsto enfrentamientos de infanter¨ªa, pese a haber desplegado miles de soldados en la regi¨®n), por las incursiones de helic¨®pteros y tropas terrestres dentro de Afganist¨¢n. Ayer se cumpli¨® la cuarta jornada de bombardeos, con las defensas antia¨¦reas a¨²n parcialmente operativas. Esas defensas resultan pr¨¢cticamente inocuas para los cazabombarderos, pero pueden ser muy efectivas contra helic¨®pteros de vuelo rasante.

Un portavoz del Pent¨¢gono coment¨® a la agencia Reuters que las incursiones de tropas a bordo de helic¨®pteros estaban ya preparadas, pero no comenzar¨ªan hasta que la aviaci¨®n hubiera completado sus misiones. La supuesta fragilidad del r¨¦gimen talib¨¢n y las presuntas deserciones dentro de sus filas no han quedado demostradas por el momento, pese a las afirmaciones en ese sentido de los portavoces de Washington. La Alianza del Norte, la guerrilla que combate a los talib¨¢n desde el rinc¨®n nororiental del pa¨ªs, no ha podido realizar a¨²n ning¨²n avance significativo.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, recibi¨® ayer en la Casa Blanca al secretario general de la OTAN, George Robertson, y record¨® que una cantidad 'importante' de tropas de pa¨ªses aliados estaban preparadas para sumarse a las operaciones b¨¦licas. Robertson dijo que unos 2.000 soldados canadienses ya se hab¨ªan puesto en camino hacia Asia Central y que otros pa¨ªses, entre ellos 'Francia, Alemania, Espa?a, Italia, Australia y Nueva Zelanda', hab¨ªan ofrecido efectivos para el momento en que Estados Unidos los considerara necesarios. '?sta es una coalici¨®n muy fuerte, cuyo n¨²cleo es, por supuesto, la OTAN, pero cuyo alcance va mucho m¨¢s all¨¢ de los 19 pa¨ªses miembros', declar¨® Bush, quien asegur¨® que potencias tradicionalmente rivales, como Rusia y China, aportaban 'una cooperaci¨®n muy ¨²til'.