'Tr¨ªkiti'
Parece evidente que Elkarri ha cambiado mucho desde sus or¨ªgenes. Y digo que parece, porque la apariencia no es un asunto de rango menor en esa organizaci¨®n que maneja con maestr¨ªa el formato. Se trata, sobre todo, de ocupar un lugar y de generar discursos marco que justifiquen esa ocupaci¨®n. Son discursos performativos que en s¨ª mismos no dicen nada, pero exigen una actuaci¨®n que genere discursos que si deber¨ªan ser resolutivos. En este sentido, Elkarri siempre apunta a un vac¨ªo que no es real, apuesta siempre por nuevas instancias, ll¨¢mense Pacto de Estella o Conferencia de Paz, que ignoran o minimizan las instancias realmente existentes, o sea, las instituciones.
Nacida como formato desde el ¨¢mbito del MLNV en un momento de auge del movimiento pacifista, es cierto que la vinculaci¨®n de su formato vac¨ªo a un mensaje como el de la paz la ha llevado a evolucionar desde sus iniciales posiciones ambiguas, que m¨¢s parec¨ªan reventar el movimiento pacifista que sumarse a ¨¦l, hacia posiciones m¨¢s definidas contra la violencia. Sin embargo, no podemos olvidar que Elkarri no abandon¨® en ning¨²n momento el Pacto de Estella, tampoco cuando era evidente que ¨¦ste propiciaba la persecuci¨®n y la exclusi¨®n de los no nacionalistas, y que no se distingui¨® precisamente por denunciar esta situaci¨®n que goz¨® de la connivencia del Estado -l¨¦ase instituciones vascas en general-. Elkarri siempre dej¨® claro en qu¨¦ bando estaba. Pero, por si antes no estaba claro, Estella defini¨® con nitidez el perfil de la v¨ªctima, otorg¨¢ndole el contenido pol¨ªtico que en realidad siempre tuvo, y las dem¨¢s organizaciones pacifistas estuvieron con las v¨ªctimas. Se trata de una diferencia esencial, porque Elkarri siempre estuvo, seamos ben¨¦volos, con los se?ores.
Confieso no haber entendido nunca el objetivo de esta famosa Conferencia de Paz. Nos hallamos ante otra clara operaci¨®n de formato. En esta pura escenificaci¨®n del di¨¢logo como mito, se supone que las horas gastadas algo habr¨¢n de recoger, y poco importa que lo que se recoja sea el parto de los montes: dicen que un folio, ?c¨¢spita!, un folio de acuerdo sobre cualquier cosa, que ahora mismo hubieran rellenado los l¨ªderes de las fuerzas pol¨ªticas sentados en torno a una mesa sin tanta opereta. ?Rellenen un folio con cosas en las que est¨¦n todos de acuerdo! ?Un folio!
La escenificaci¨®n, sin embargo, dista de ser tan inocente ni tan grotesca. En realidad, consiste en una encerrona. Afirman los l¨ªderes de Elkarri, tan oportunos ellos para descubrir mediterr¨¢neos que previamente contribuyeron a ocultar, que esta sociedad es muy plural y que a nada se puede llegar con decisiones que no tengan en cuenta a todo el mundo. Es evidente que no se les puede negar una innata capacidad para ser sinuosos: lo de antes no nos sirvi¨®; hagamos ahora una finta para que caigan todos en la red. ?C¨®mo se consigue eso? Mediante la benevolencia. Afirmemos un principio sacrosanto y hagamos de lo que es un medio un fin. El principio ya lo tenemos: el di¨¢logo. Pero el di¨¢logo sirve para algo; no, no, en principio sirve para dialogar. ?Qui¨¦n se resiste? Sin embargo, el prop¨®sito declarado encubre el verdadero prop¨®sito, que no es otro que la pacificaci¨®n. Se pretende dar con un acuerdo que comprometa a todas las fuerzas pol¨ªticas, una f¨®rmula milagrosa -?un folio!- que nos traiga la paz. ?Puede alguien pensar que esa receta no consista en una medida pol¨ªtica que satisfaga a quienes ejercen el terror?
Los nacionalistas no tienen ninguna duda de que se trata de eso y se apuntan jubilosos. Y hete aqu¨ª que los socialistas, en un s¨ª es no es, se nos apuntan tambi¨¦n. ?Pensar¨¢n llegar a un acuerdo con los de Batasuna en el que ¨¦stos se comprometan en funci¨®n de lo acordado a pedir a ETA que se disuelva? ?Ser¨¢n todos tan inocentes como don Od¨®n, quien se atreve a decirle a Redondo que a¨²n no ha sabido leer los resultados del 13 de mayo? ETA los ha le¨ªdo a la perfecci¨®n y ha atribuido a la estrategia de los constitucionalistas su derrota. ?No era, y es, ¨¦se el principal objetivo de la pol¨ªtica vasca? No creo que se hubiera conseguido tanto si los socialistas le hubieran hecho caso a don Od¨®n, quien acude feliz a este party del que poco sabemos, salvo que hablar¨¢n y hablar¨¢n para parir un folio. Ansiosos quedamos a la espera de lo que pueda alumbrar tanta virtud.
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