Topograf¨ªa esencial del espa?ol
El uso correcto de la lengua requiere una serie de fuentes de consulta. Tanto el estudiante como el escritor, el periodista, el traductor o cualquier persona con una duda tiene a su alcance manuales de gram¨¢tica, ortograf¨ªa, dudas y errores, diccionarios, libros de estilo y recursos electr¨®nicos donde resolverlas. Aqu¨ª ofrecemos una gu¨ªa sucinta de estos recursos.
Las diferentes cuestiones tratadas incluyen autoridades literarias del siglo XX, espa?olas e hispanoameri- canas
Muchas met¨¢foras de la ling¨¹¨ªstica tradicional y de las teor¨ªas de la comunicaci¨®n atribuyen a las lenguas categor¨ªa de seres vivos; este hecho, fundamental para el desarrollo de la conciencia ling¨¹¨ªstica, sit¨²a nuestro conocimiento siempre a un paso (a veces m¨¢s de uno) por delante de la capacidad de descripci¨®n de la lengua, por no hablar de la distancia que se da entre el hecho ling¨¹¨ªstico y su prescripci¨®n. El hablante (u oyente), el escritor (o lector) de una lengua, se constituye en primera l¨ªnea de un campo de decisiva importancia: el uso; de ah¨ª que quiz¨¢ sea preciso que revisemos una sucinta selecci¨®n de recursos a su alcance, recursos, todo sea dicho, que tanto pueden servir ante una duda acad¨¦mica a los estudiantes, de escritura a periodistas, traductores y escritores en general, o ante cualquier consulta acerca de la correcci¨®n de nuestra expresi¨®n que queramos resolver sin necesidad de prolongada investigaci¨®n. Dejando, pues, a un lado los anuarios que bajo el t¨ªtulo El espa?ol en el mundo edita el Instituto Cervantes -acaba de aparecer su cuarta entrega (C¨ªrculo de Lectores/Plaza & Jan¨¦s, 2001)-, he agrupado la citada selecci¨®n de recursos en los siguientes apartados: gram¨¢tica, ortograf¨ªa, dudas y errores, diccionarios, libros de estilo y recursos electr¨®nicos.
Gram¨¢ticas
A falta, a d¨ªa de hoy, de una gram¨¢tica prescriptiva firmada por la RAE que actualice los contenidos de la ¨²ltima (de 1931) publicada por la instituci¨®n, en cualquier breve recuento de gram¨¢ticas manuales debe empezarse por citar el Curso superior de sintaxis espa?ola (Bibliograf, 1961), que sigue reedit¨¢ndose. Obra debida a Samuel Gili Gaya, presenta tres apartados: la oraci¨®n simple, uso de las partes de la oraci¨®n y la oraci¨®n compuesta. No se trata de un 'libro de texto', aun cuando ¨¦ste haya sido uno de sus usos; el ¨ªndice alfab¨¦tico de materias permite la consulta dirigida de cuestiones relativas a per¨ªfrasis, formas verbales, orden de colocaci¨®n de los elementos oracionales, etc¨¦tera.
En 1973, la RAE public¨® el Esbozo de una nueva gram¨¢tica de la lengua espa?ola (Espasa Calpe), obra encargada a Samuel Gili Gaya, quien traslad¨® gran parte de los materiales presentados en su Curso superior de sintaxis espa?ola, y a Salvador Fern¨¢ndez Ram¨ªrez. El libro se estructura en tres partes (fonolog¨ªa, morfolog¨ªa y sintaxis) e incluye un ¨ªndice alfab¨¦tico de materias. Desde su 'advertencia' se dej¨® claro que esta obra era 'simple proyecto' y que, en consecuencia, 'carece de toda validez normativa'. Las diferentes cuestiones tratadas incluyen autoridades literarias del siglo XX, espa?olas e hispanoamericanas.
Un a?o antes, Manuel Seco, autor de un Diccionario de dudas y de otro general, public¨® su Gram¨¢tica esencial del espa?ol (Espasa Calpe), revisada y aumentada en 1989. Adem¨¢s de introducir una primera parte titulada 'La lengua', en la que se incluyen cap¨ªtulos sobre la comunicaci¨®n, el individuo y la lengua espa?ola y su pasado, el libro se estructura como sigue: sonidos, frases y palabras y, por ¨²ltimo, el uso de la lengua. Es una gram¨¢tica descriptiva del 'espa?ol actual', como reconoce su autor, 'una visi¨®n general de la lengua, por fuera y por dentro'.
Juan Alcina Franch, para las partes de morfolog¨ªa y sintaxis, y Jos¨¦ Manuel Blecua, para la fon¨¦tica y fonolog¨ªa, son los autores de una voluminosa Gram¨¢tica espa?ola (Ariel, 1975), dividida en 10 cap¨ªtulos y que incluye bibliograf¨ªa e ¨ªndice a materias y autores. Los ejemplos ilustrativos est¨¢n tomados, preferentemente, de autores teatrales y prosistas, espa?oles e hispanoamericanos, de los siglos XIX y XX; es obra, tambi¨¦n, de car¨¢cter descriptivo, que sigue un criterio 'formalista y funcional' y con vocaci¨®n de servir como manual para estudiantes y profesores.
Por ¨²ltimo, debe citarse la Gram¨¢tica de la lengua espa?ola (Espasa Calpe, 1994) que en su d¨ªa encargara, siendo director de la RAE, D¨¢maso Alonso a Emilio Alarcos Llorach y que, aunque auspiciada su publicaci¨®n por la Academia, se edit¨® con un pr¨®logo de Alarcos en el que se explicaba cu¨¢les eran las '¨¢reas respectivas' de la instituci¨®n y del autor. Seg¨²n ¨¦ste, su prop¨®sito 'consist¨ªa en exponer los rasgos de la gram¨¢tica del espa?ol que se descubren en los actos orales y escritos de los usuarios de la lengua en el siglo XX'. Las discusiones te¨®ricas pasadas, y la adscripci¨®n de Alarcos a las teor¨ªas funcionalistas, dejaron en discretas tablas diplom¨¢ticas un texto con clara 'intenci¨®n normativa', pues, como sostuviera el ling¨¹ista salmantino, 'toda gram¨¢tica termina, o empieza, por ser normativa'. Ah¨ª queda, no obstante, este esfuerzo individual; y para muestra del valor de sus descripciones basta echar un vistazo a las fuentes textuales, que llegan, por ejemplo, hasta Coraz¨®n tan blanco, de Javier Mar¨ªas, publicada s¨®lo dos a?os antes de esta gram¨¢tica.
En el plano m¨¢s estrictamente universitario, cabr¨ªa sumar a esta relaci¨®n la Gram¨¢tica descriptiva de la lengua espa?ola (Espasa Calpe, 1999), en tres vol¨²menes, dirigida por Ignacio Bosque y Violeta Demonte y que, estructurada en cinco partes encargadas a diferentes especialistas, escapa del modelo de obras de consulta para el hablante general que aqu¨ª se glosan.
Ortograf¨ªa
S¨®lo se citar¨¢ aqu¨ª una, aun cuando contuviera errores en su primera y c¨¦lebre edici¨®n y no pocas contradicciones prescriptivas respecto de la vig¨¦sima primera edici¨®n del Diccionario de la lengua espa?ola (1992), editado por la Real Academia Espa?ola y conocido como DRAE: se trata de la Ortograf¨ªa de la lengua espa?ola (Espasa-Calpe, 1999), de la Academia, y que se present¨® y presenta como una 'ortograf¨ªa verdaderamente panhisp¨¢nica'. La obra incluye Elementos y principios de la ortograf¨ªa, Uso de letras, Uso de may¨²sculas, Acentuaci¨®n, Puntuaci¨®n y Abreviaturas, as¨ª como tres ap¨¦ndices de abreviaturas, siglas y s¨ªmbolos, nombres geogr¨¢ficos y gentilicios, y top¨®nimos 'cuya versi¨®n tradicional en castellano difiere de la original'.
Manuales y diccionarios de dudas
La dificultad que el uso de la lengua espa?ola entra?a ha generado la necesidad de manuales, diccionarios y prontuarios que ayuden al hablante o al escritor a resolver cuestiones de uso, ambig¨¹edades y otros problemas expresivos. Pionero en este sentido, entre las obras modernas, fue el Diccionario de dudas y dificultades de la lengua espa?ola (Espasa Calpe, 1961) de Manuel Seco, profundamente revisado y puesto al d¨ªa en 1986. El libro tiene dos partes: por un lado, la disposici¨®n alfab¨¦tica de todos aquellos elementos ling¨¹¨ªsticos que presentan dificultad en su uso y, por otro, unos ap¨¦ndices que comprenden un 'resumen de gram¨¢tica', un apartado sobre la conjugaci¨®n de los verbos, vocabulario ortogr¨¢fico, abreviaturas y 'empleo de los signos ortogr¨¢ficos'. Es un manual de consulta en su sentido cl¨¢sico. A esta misma categor¨ªa pertenecen las obras de Jos¨¦ Mart¨ªnez de Sousa,Dudas y errores de lenguaje (1973; 4? edici¨®n, corregida, Paraninfo, 1987) y Diccionario de usos y dudas del espa?ol actual (Bibliograf, 1996); la primera trata los diversos temas (acentuaci¨®n, barbarismos, may¨²sculas y min¨²sculas, signos de puntuaci¨®n, verbos irregulares, etc¨¦tera), hasta un total de 19, mediante la organizaci¨®n de un ¨ªndice general y alfab¨¦tico que complementa otro de materias. Tambi¨¦n bajo organizaci¨®n tem¨¢tica, mucha exhaustividad y riqueza de ejemplos, en dos vol¨²menes, se presenta el Manual de espa?ol correcto (Arco Libros, 1989) de Leonardo G¨®mez Torrego. Su autor presta especial atenci¨®n a los rasgos de estilo (rimas internas, cacofon¨ªas, redundancias, etc¨¦tera) e incorrecciones sint¨¢cticas. El Diccionario de dudas e irregularidades de la lengua espa?ola (Teide, 1991) de David Fern¨¢ndez, concebido con 'intenci¨®n did¨¢ctica' y dirigido al 'p¨²blico escolar', excede dichos objetivos y es un buen complemento de las obras anteriores.
Quedar¨ªa por incluir aqu¨ª, aunque por su car¨¢cter de reuni¨®n de art¨ªculos y su prosa ensay¨ªstica se separe bastante de los manuales ya referidos, El dardo en la palabra (C¨ªrculo de Lectores, 1997), de Fernando L¨¢zaro Carreter, un vivo ejemplo de isocronismo entre los fen¨®menos ling¨¹¨ªsticos detectados y la respuesta, a modo de sucinto an¨¢lisis, de su autor. Puesto que el libro incluye un detallado ¨ªndice de t¨¦rminos y expresiones, su consulta se acerca, en este sentido, a la del manual; pero no son estas dos lecturas (la isocr¨®nica y la consulta) las dos ¨²nicas que pueden realizarse, puesto que al estar organizado seg¨²n la cronolog¨ªa de los art¨ªculos (de 1975 a 1996), la lectura ofrece, tambi¨¦n, una diacron¨ªa inmediata de modos, modas, incorrecciones y neologismos del ¨²ltimo cuarto de siglo.
Diccionarios
En cuanto a diccionarios, y a la espera de la vig¨¦sima segunda edici¨®n del DRAE, cabr¨ªa distinguir cuatro ¨¢mbitos: diccionarios hist¨®ricos, generales, ideol¨®gicos y etimol¨®gicos. De entre los diccionarios antiguos, que remite a los usos del espa?ol de los siglos pasados, son ¨²tiles de consulta obligada el Tesoro de la lengua castellana o espa?ola (1611), de Sebasti¨¢n de Covarrubias, del que existen dos ediciones: una facs¨ªmil (Altafulla, 1987) y otra moderna (Castalia, 1994; 2? edici¨®n: 1995); al Tesoro se ha a?adido recientemente la edici¨®n del Suplemento (Polifemo, 2001), que re¨²ne las adiciones y correcciones realizadas por el humanista toledano. El otro diccionario, el primero que edit¨® la RAE, entre 1726 y 1739, es el Diccionario de Autoridades publicado facs¨ªmil (Gredos, 1984, fecha de una de las reimpresiones), que debe su nombre a los autores (de la Edad Media a 1700) cuyas obras fueron tenidas como ejemplos de correcci¨®n idiom¨¢tica.
Entre los diccionarios generales cabr¨ªa citar el Diccionario de uso del espa?ol (Gredos, 1966) de Mar¨ªa Moliner, posteriormente corregido, dispuesto de forma totalmente alfab¨¦tica, modificada su presentaci¨®n y situados en ap¨¦ndice los 'desarrollos gramaticales' que, a modo de breves art¨ªculos, hab¨ªa escrito la autora original en algunas entradas en su 'segunda edici¨®n' (Gredos, 1998). El DRAE (21? edici¨®n, de 1992) dispone de una versi¨®n en un volumen y otra en dos de menor tama?o; este diccionario es anterior a las incorporaciones que presumiblemente atesorar¨¢n las ediciones que le sigan y que deber¨ªan beneficiarse de las bases de datos en curso, el Corde (Corpus Diacr¨®nico del Espa?ol) y el CREA (Corpus de Referencia del Espa?ol Actual), el primero sobre el l¨¦xico espa?ol hasta 1975, y el segundo, del l¨¦xico posterior a dicha fecha. A partir de un corpus propio, primero en fichas manuales y luego informatizado, se constituye el Diccionario del espa?ol actual (Aguilar, 1999), en dos vol¨²menes, de Manuel Seco, Olimpia Andr¨¦s y Gabino Ramos. Como sus autores afirman en el Pre¨¢mbulo de este proyecto que naci¨® hace treinta a?os, 'para redactar un diccionario es indispensable una base documental'. Todos los t¨¦rminos van ilustrados con ejemplos de dicha base textual moderna. Es uno de los m¨¢s recomendables.
El Diccionario cr¨ªtico etimol¨®gico castellano e hisp¨¢nico (Gredos, 1980, 6 vol¨²menes) es la revisi¨®n, correcci¨®n y actualizaci¨®n de la obra publicada por Joan Corominas en 1955. Dicha revisi¨®n fue llevada a cabo por Jos¨¦ A. Pascual, y el conjunto es una de las bases l¨¦xicas m¨¢s exhaustivas y s¨®lidas acerca del origen de las palabras espa?olas y de sus primeros testimonios literarios, antiguos o modernos, que fijan su 'nacimiento'.
El Diccionario ideol¨®gico de la lengua espa?ola (Gustavo Gili, 1959; 18? edici¨®n: 1994) de Julio Casares es un recorrido ¨²til y apasionante 'de la idea a la palabra' y 'de la palabra a la idea'. Estructurado seg¨²n una 'parte sin¨®ptica' (38 cuadros ideol¨®gicos), la obra se presenta en forma 'anal¨®gica' y en forma 'alfab¨¦tica'. En la primera, una idea o concepto nos conduce a otros asociados, sin¨®nimos, ant¨®nimos, de su mismo campo sem¨¢ntico o de la misma o distinta categor¨ªa gramatical; la segunda es un diccionario general de la lengua: cada t¨¦rmino va acompa?ado de su definici¨®n. De algunos de estos diccionarios (DRAE, Mar¨ªa Moliner) existe edici¨®n en CD-ROM, y de otros, incluso, en la red.
Libros de estilo
Concebidos originalmente como manuales de uso interno de las redacciones period¨ªsticas o de algunas instancias administrativas y educativas, la mayor¨ªa ha pasado a ser de consulta y uso general. A diferencia de las obras espec¨ªficamente ling¨¹¨ªsticas, su organizaci¨®n no es el resultado de un prescriptivo ¨ªndice de materias de obligatorio an¨¢lisis, sino que sus diferentes editores conceden mayor o menor espacio a otros t¨¦rminos profesionales como c¨®digos deontol¨®gicos, presentaci¨®n de originales, etc¨¦tera. Dentro de esta categor¨ªa, sin pretender citarlos todos y s¨ª al menos los m¨¢s accesibles en librer¨ªas, deben mencionarse los libros de estilo de EL PA?S (Ediciones EL PA?S, 1977); Abc (Ariel, 1993); TVE (Labor, 1993); El Mundo (Temas de Hoy, 1996), as¨ª como el Manual de espa?ol urgente (C¨¢tedra, 1995, 11? edici¨®n) de la agencia Efe y el Manual de estilo de la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED), de 1994. Todos incluyen un diccionario o l¨¦xico breve con las dudas m¨¢s frecuentes, normas ortogr¨¢ficas, de redacci¨®n y gramaticales, abreviaturas y ap¨¦ndices sobre pesos, medidas, toponimia, etc¨¦tera.
Recursos electr¨®nicos
Si dif¨ªcil resulta, en el corto espacio de estas p¨¢ginas, seleccionar una serie de recursos b¨¢sicos de consulta acerca de la lengua espa?ola, penetrar en la selva de p¨¢ginas de la red, dada su proliferaci¨®n y diversidad (desde p¨¢ginas de instituciones, universidades y publicaciones hasta p¨¢ginas personales), resulta cuanto menos arriesgado en lo que hace a su utilidad. De modo que, sin que se pretenda aqu¨ª cubrir dicho campo, son de consulta recomendable las siguientes direcciones o lugares: 1. www.rae.es: ofrece acceso a la Biblioteca virtual de diccionarios acad¨¦micos (desde el de autoridades hasta las diferentes ediciones del DRAE, consulta limitada del Corde y del CREA y un Servicio de Consultas Ling¨¹¨ªsticas). 2. www.cervantes.es: el Instituto Cervantes, organismo encargado de la difusi¨®n y del estudio del espa?ol, proporciona referencia de materiales para la ense?anza del espa?ol como lengua extranjera, materiales de formaci¨®n, el Centro Virtual Cervantes (con foros especializados y posibilidad de consultas) y, como herramienta de gran utilidad, su oteador (http:// cvc.cervantes.es/oteador), con enlaces a bibliotecas, cultura espa?ola e hispanoamericana, diccionarios, librer¨ªas, Internet (enlaces), lengua (uso y ense?anza), literatura y textos electr¨®nicos, medios de comunicaci¨®n, mundo acad¨¦mico e instituciones de promoci¨®n del espa?ol y administraciones p¨²blicas. 3. Otras p¨¢ginas de inter¨¦s: la p¨¢gina del idioma espa?ol (www.el-castellano.com), con enlaces a diccionarios, etimolog¨ªa, foros de debate, gram¨¢tica, literatura o prensa, y Comunica, programa informativo sobre la lengua espa?ola (www.comunica.es/lengua). La p¨¢gina personal de Jos¨¦ Antonio Mill¨¢n (www.jamillan.com) incluye enlaces, un 'vocabulario de ordenadores e Internet' (ingl¨¦s y espa?ol) con 850 entradas. 4. Herramientas para traductores: diccionarios multiling¨¹es (m¨¢s de cien), en www.foreignword.com; y bases de datos terminol¨®gicas multiling¨¹es, en Eurodicautom (http://eurodic.ip.lu).
EL ATRIL DEL ESCRITOR
Aun cuando todos los libros referidos en este art¨ªculo constituyen una ajustada selecci¨®n de materiales de apoyo para el escritor, de tener que reservar una esquina de la mesa de trabajo para los de m¨¢s inmediata y frecuente consulta, dicho espacio deber¨ªa estar ocupado, a nuestro juicio, por: Gram¨¢tica de la lengua espa?ola. Emilio Alarcos Llorach (Espasa Calpe, 1994). Manual de espa?ol correcto. Leonardo G¨®mez Torrego (Arco Libros, 1989). Diccionario del espa?ol actual. Manuel Seco, Olimpia Andr¨¦s y Gabino Ramos (dos vol¨²menes, Aguilar, 1999). Diccionario ideol¨®gico de la lengua espa?ola. Julio Casares (Gustavo Gili, 1959; 18? edici¨®n, 1994).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.