'EE UU reconoce que ya no puede hacer nada solo'
Benjamin Barber es todo lo contrario a un gur¨² del 'establishment' acad¨¦mico de Estados Unidos. Su influencia y ante todo la lucidez de su an¨¢lisis de la actualidad social y pol¨ªtica mundial pueden acabar siendo mayores que la de todos aquellos juntos. Tras d¨¦cadas de nadar contra corriente en Estados Unidos, hay indicios de que los efectos de la tragedia del 11 de septiembre lleven a sectores decisivos de la Administraci¨®n norteamericana a darle la raz¨®n a Barber.
'Tras doscientos a?os queda caduco el legado de la declaraci¨®n de independencia'
'Vamos hacia m¨¢s democracia global, m¨¢s Gobierno global y a acabar con el terrorismo'
Benjamin Barber aboga desde lustros por el retorno de la pol¨ªtica y reivindica la superioridad no s¨®lo ¨¦tica sino tambi¨¦n pr¨¢ctica de la res p¨²blica. La dejaci¨®n de responsabilidades por parte de los estados, en la educaci¨®n ante todo, y tambi¨¦n en la protecci¨®n de los ciudadanos, del medio ambiente y de la lucha contra la pobreza y el subdesarrollo, ha generado, seg¨²n este profesor de ciencias y filosof¨ªa pol¨ªtica, un profundo desorden que abr¨ªa todas las puertas a la cat¨¢strofe y a la tragedia.
Semanas despu¨¦s del drama norteamericano y mientras se coordina la respuesta al desaf¨ªo terrorista, Barber participaba en una reflexi¨®n en la antigua residencia del canciller alem¨¢n Konrad Adenauer junto al lago de Como, en el norte de Italia. All¨ª habl¨® con EL PA?S.
Pregunta. ?Cu¨¢l es su impresi¨®n sobre la reacci¨®n tras la cat¨¢strofe de Nueva York y Washington?
Respuesta. Creo que tras uno o dos d¨ªas de trauma y shock, el ataque est¨¢ induciendo a una transformaci¨®n muy profunda y fundamental, cuyas consecuencias se ver¨¢n en las pr¨®ximas semanas y meses. Tanto en la posici¨®n de la administraci¨®n norteamericana como muy posiblemente de toda la naci¨®n nortamericana. Hasta el 11 de septiembre los norteamericanos segu¨ªan viviendo en un sue?o, en ese mito de que pod¨ªan vivir fuera del resto del mundo, separados por sus oc¨¦anos, protegidos por ese escudo antimisiles e intocables a todos los tormentos y la triste y dura historia de violencia de Europa y el resto del mundo. En esa actitud, la postura de Estados Unidos era la de intervenciones cortas y violentas, unilaterales, arrogantes, o el aislamiento, la retirada, la negativa a participar. Entre medias hab¨ªa muy poco. Esta postura se basa en esa tradici¨®n de 200 a?os de pa¨ªs protegido que surge de los padres fundadores, del mito del segundo Ed¨¦n, de un nuevo comienzo del mundo.
P. La tendencia aislacionista se arraiga, por tanto, en los fundamentos de la naci¨®n.
R. El mito se arraiga en el puritanismo y la filosof¨ªa pol¨ªtica brit¨¢nica. Pero el mito era realidad para los emigrantes, generaci¨®n tras generaci¨®n, de italianos, irlandeses, jud¨ªos del este de Europa, rusos, polacos y ahora gentes del mundo latino y del mundo asi¨¢tico. Todos sent¨ªan que el mito era realidad, hasta el 11 de septiembre. Y ten¨ªamos una pol¨ªtica exterior que se reflejaba en el mismo. Intervenciones violentas r¨¢pidas en territorio for¨¢neo y despu¨¦s retirada al aislacionismo y unilateralismo. Lo que pas¨® el 11 de septiembre es que ese mundo que nosotros hab¨ªamos mantenido a distancia vino a nosotros. Y vino a nosotros en su forma m¨¢s terror¨ªfica y destructiva. Y de repente as¨ª el mundo estaba con nosotros de una forma cierta, que no pod¨ªamos ya negar.
Fue entonces cuando Washington, y hay que darle cr¨¦dito a esta administraci¨®n por ello, se dio cuenta de forma muy r¨¢pida del efecto de la interdependencia. Yo estoy sorprendido, pero no tanto como otros. Bush puede no ser el m¨¢s inteligente de nuestros presidentes, pero es pol¨ªticamente inteligente. ?l nunca ha sido un ide¨®logo. Ha sido un hombre de negocios, un oportunista y un hombre muy com¨²n. Pero no est¨¢ ciego y ha visto bien lo que hay ah¨ª fuera. Casi de un d¨ªa para otro ha adquirido un sentido de realismo respecto al mundo, un sentido de realismo respecto a la necesidad para Estados Unidos de tener una sociedad en el mundo y la necesidad de crear una coalici¨®n mundial compleja, en la que no todo el mundo todo el tiempo nos apoyar¨¢ en todo, pero todos cooperar¨¢n con EE UU en algo. Ha surgido una diplomacia mucho m¨¢s compleja, con la aceptaci¨®n de la interdependencia. Y la conciencia de que Estados Unidos ya no puede hacer nada solo, unilateralmente. Esto es una bendici¨®n que surge de un acto terror¨ªfico. De esta reacci¨®n puede surgir una Am¨¦rica dispuesta a actuar conjuntamente en el mundo no s¨®lo en la lucha contra el terrorismo. Uno de los hechos m¨¢s interesantes en este sentido es que, despu¨¦s de una d¨¦cada, Washington ha pagado su deuda a la ONU.
P. Pero hay quien tiene dudas sobre el car¨¢cter poco democr¨¢tico de algunos aliados.
R. Hay gente inquieta por el hecho de que la Administraci¨®n colabore con el r¨¦gimen militar en Pakist¨¢n, con Arabia Saudi e incluso con Ir¨¢n. Pero para m¨ª esto debe verse como un cambio esencial de una Am¨¦rica que cre¨ªa que no necesitaba a nadie. Creo que podemos decir que la respuesta de EE UU, pese a los temores de Europa a una reacci¨®n violenta de venganza irracional, de hecho jam¨¢s Washington ha actuado con mayor prudencia y racionalidad, especialmente teniendo en cuenta el extraordinario y dram¨¢tico golpe que ha sufrido. En Pearl Harbor se perdieron en torno a 2.000 personas, en su mayor¨ªa militares.
P. Y a 5.000 kil¨®metros del continente. Con Pearl Harbor, Roosevelt logr¨® romper el aislacionismo que imped¨ªa entrar en guerra contra el nazismo en Europa. Pero pocos a?os despu¨¦s volv¨ªa a reforzar su aislacionismo.
R. S¨ª, pero no se puede comparar. Pearl Harbor, a miles de kil¨®metros, era poco menos que una colonia. Ahora el terrorismo ha llegado al suelo norteamericano, el enemigo est¨¢ tambi¨¦n dentro, no s¨®lo fuera. Y esto manifiesta la necesidad de una continua interdependencia. Con el d¨ªa 11, y tras 200 a?os, queda caduco el legado de la declaraci¨®n de independencia. Nos ve¨ªamos como un pa¨ªs aut¨®nomo e independiente del mundo, en el buen sentido de autarqu¨ªa y sociedad libre, pero tambi¨¦n en el malo de un pa¨ªs que no necesita a nadie y s¨®lo act¨²a con otros por medio del dictado. Ahora necesitamos una declaraci¨®n de interdependencia, de reconocer la necesidad de Estados Unidos de actuar con los dem¨¢s y no s¨®lo en el terrorismo, sino en el medio ambiente, en el calentamiento global, en plagas como el SIDA, contaminaci¨®n, la utilizaci¨®n abusiva de mano de obra en el Tercer Mundo. Nosotros ya ¨¦ramos interdependientes, pero nos neg¨¢bamos a reconocerlo.
Era el mito, la imagen que ten¨ªamos de nosotros mismos. Viv¨ªamos en nosotros mismos. Piense que los norteamericanos tan m¨®viles en su territorio, pr¨¢cticamente no viajan fuera. Y que m¨¢s de la mitad de los congresistas, imag¨ªnese, no han tenido jam¨¢s un pasaporte. El acto terrorista nos obliga ya definitivamente al cambio. La realidad, potent¨ªsima, se impone.
P. ?Que efecto tendr¨¢ sobre la globalizaci¨®n?
R. Si entendemos que el anarquismo global, la anarqu¨ªa de los mercados globales, ha sido creada por esa ideolog¨ªa neoliberal en Am¨¦rica, en el Reino Unido, en Jap¨®n, Espa?a y tantos sitios, entonces creo que emerger¨¢ esa confianza en lo p¨²blico y la desconfianza por lo privado. Creo que si los pa¨ªses democr¨¢ticos, el G-8, y en general comienzan a reconocer la importancia del sector p¨²blico, del sector democr¨¢tico, pueden utilizar su influencia en las instituciones de Bretton Woods, en el Fondo Monetario Internacional, en la Organizaci¨®n Mundial de Comercio y otras para convertirse en instrumentos de bienestar global y no del capital global. Recuerde que estas instituciones son democr¨¢ticas de verdad, mucho m¨¢s que las ONG. Entonces estas instituciones pueden realmente ser motores de justicia global y democracia global. Ser¨ªa un paso m¨¢s hacia la creaci¨®n de una opini¨®n p¨²blica global, una sociedad civil global. Creo que lo que ha sucedido puede ayudar a ello.
P. Ya hay una opini¨®n p¨²blica cuasi global respecto a la persecuci¨®n de dictadores y criminales de guerra. Milosevic detenido, Pinochet procesado y Kissinger con sumarios abiertos por su colaboraci¨®n con la dictadura chilena.
R. Creo que es un fen¨®meno muy positivo. Esos juicios pueden ser unos justos o no, pero de hecho marca la gestaci¨®n de una opini¨®n p¨²blica global que mira al pasado, pero que se proyecta sobre todo a un futuro que deje claro a todo criminal y dictador que no tendr¨¢ un dulce retiro.
P. El mundo ha cambiado radicalmente.
R. El mundo ya hab¨ªa cambiado, pero ahora ha quedado claro para todos. ?Cu¨¢les van a ser las consecuencias? Vamos a tener m¨¢s democracia global, m¨¢s Gobierno global, vamos a acabar con el terrorismo. Depende mucho de Am¨¦rica, pero tambi¨¦n y mucho de c¨®mo reacciona el mundo ante la nueva Am¨¦rica. Y tengo una teor¨ªa y por ello me gustar¨ªa advertir a los dem¨¢s y en especial a los pa¨ªses amigos de EE UU. Freud define la neurosis como la reacci¨®n a una nueva situaci¨®n con las lentes de una situaci¨®n pasada. Mi preocupaci¨®n radica en que tanto amigos como enemigos vean la nueva postura de EE UU a trav¨¦s de lentes viejas. Y que crean, especialmente los europeos, que conocen tan bien a los americanos, que la nueva postura de alianzas y cooperaci¨®n no es sino una maniobra c¨ªnica y oportunista. Es una lectura posible. Pero la consecuencia de tal lectura ser¨ªa reforzar en EE UU las aut¨¦nticas posturas c¨ªnicas y oportunistas. Por eso creo importante que se haga saber que los aliados se felicitan de esta nueva postura americana tan distinta a otras pasadas. Y que desapareciera parte de ese antinorteamericanismo en el mundo porque la aceptaci¨®n sin cinismo de la nueva visi¨®n de s¨ª misma de Am¨¦rica y de la actitud de su administraci¨®n favorece este cambio tan positivo que parad¨®jicamente nos ha tra¨ªdo una terrible tragedia. Ser¨ªa muy bueno para todo el mundo.
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