El papel de la ONU

El jurado del Premio Nobel de la Paz ha acertado plenamente al concederlo, en el centenario del galard¨®n, a la ONU y a su actual secretario general, Kofi Annan, que ha logrado dar una nueva visibilidad a la organizaci¨®n con su incansable trabajo por la paz y para hacer frente a nuevos retos transnacionales como la lucha contra el sida, el narcotr¨¢fico y el terrorismo. El conflicto desatado con el ataque terrorista del 11 de septiembre ha puesto de relieve la necesidad de buscar soluciones globales para determinados conflictos, incluso algunos de car¨¢cter regional.

El ghan¨¦s Kofi Annan ha dedicado 40 a?os de su vida a la ONU, y como secretario general, desde 1997, la ha saneado y fortalecido. El fin de la guerra fr¨ªa ha desbloqueado la capacidad de la ONU, a la que muchas veces se le pide demasiado en relaci¨®n a los medios de que dispone. El papel que Bush atribuye a la ONU en la reconstrucci¨®n de Afaganist¨¢n tras la derrota de los talibanes confirma la nueva actitud de EE UU hacia la organizaci¨®n premiada en Oslo.

La ONU no es un modelo de perfecci¨®n, pero es una pieza b¨¢sica para la gobernaci¨®n del mundo. No se puede considerar que sea una organizaci¨®n democr¨¢tica, pues incluso su Asamblea General, pese al nombre, est¨¢ formada por Estados y no descansa sobre ning¨²n demos global. Pero impulsa las libertades y los derechos humanos. Las resoluciones del Consejo de Seguridad son referencias de legitimaci¨®n, que ganar¨¢n en la medida en que se las respete y se eviten los dobles raseros, como est¨¢ ocurriendo respecto a las resoluciones sobre el conflicto palestino-israel¨ª. Y por ello, las se?ales de Bush sobre su disposici¨®n a reconocer un Estado palestino con unas fronteras negociadas con Israel es importante. El problema sigue siendo c¨®mo lograrlo. Pero al menos Bush, y en general Europa, reconocen que la soluci¨®n de este problema es condici¨®n necesaria, aunque no suficiente, para mantener la coalici¨®n internacional contra el terrorismo.