La hora de la autocr¨ªtica
Aunque en la vida p¨²blica del islam parecen predominar las figuras que tienen una concepci¨®n dogm¨¢tica de la religi¨®n sin ribetes cr¨ªticos y sin posibilidades de adaptarse a la modernidad, hay otras que s¨ª lo son. Tal como puede comprobarse en esta conversaci¨®n.
Pregunta. ?Est¨¢n o no de acuerdo con la explicaci¨®n en boga y pol¨ªticamente correcta que dice que el islamismo radical no tiene nada que ver con el islam? Para ustedes, guste o no, el islamismo radical forma parte de la familia...
Tariq Ramadan. Es el producto de un tipo de lectura de los textos. Hay que decirlo. Cuando se produce un acontecimiento como el de las Torres Gemelas, no podemos decir que 'no tenemos la culpa' y pasar a otra cosa. Hay que mirar la realidad de frente: hoy existe una fracci¨®n que piensa as¨ª. De ah¨ª la necesidad, en un primer momento, de un di¨¢logo intracomunitario. El debate cr¨ªtico debe iniciarse en el interior del islam, sin excomuniones reduccionistas y c¨®modas. Expulsar a estas personas del islam no arreglar¨ªa nada. Es necesario establecer las normas que nos permitan decir claramente: 'Esto es isl¨¢micamente leg¨ªtimo'.
'Hace cien a?os que en el mundo isl¨¢mico se cuentan las mismas historias. No avanzamos. Peor, vamos hacia atr¨¢s' (Dariush Shayegan)
'En el universo en el que vivo, no quiero ser menos musulm¨¢n para ser m¨¢s ciudadano suizo o franc¨¦s. Quiero ser ambas cosas' (Tariq Ramadan)
'Ning¨²n imam se atreve a realizar una lectura cr¨ªtica del Cor¨¢n, mientras que la modernidad en Occidente empez¨® en el siglo XIX con la cr¨ªtica de la Biblia'
'Soy cr¨ªtico respecto a la idealizaci¨®n que los musulmanes hacen de su historia e incluso de la idealizaci¨®n de la ¨¦poca del Profeta. Esto hay que revisarlo'
'La tradici¨®n andalus¨ª me interesa, no porque ilustre la tolerancia, sino porque hab¨ªa un verdadero debate cr¨ªtico dentro del pensamiento musulm¨¢n'
'Con la vuelta de Jomeini a Ir¨¢n, volvimos a ver escenas, im¨¢genes que ya no pod¨ªamos soportar: las flagelaciones, los m¨¢rtires, los r¨ªos de sangre'
P. Seg¨²n ustedes, ?d¨®nde est¨¢ la frontera entre el islam y el islamismo radical?
T. R. La visi¨®n que simplifica las cosas desde el exterior -por un lado los moderados, por el otro los fundamentalistas o islamistas- no me parece acertada. La realidad es m¨¢s compleja que 'los malos y los buenos'. Lo que define las categor¨ªas son las formas de interpretar el Libro. Considero que hay seis.
1. El modo tradicionalista, que es, por ejemplo, el de los tablighi. Ellos no hacen pol¨ªtica: hablan de culto, de ritual. Pero, en ocasiones, cuando se produce una divisi¨®n social con el entorno, el tradicionalismo puede adoptar una postura pol¨ªtica reactiva. Lo hemos visto.
2. La literalidad. Los que hacen una lectura literal quieren volver al estado ideal de los or¨ªgenes. Para ellos, el Libro no admite discusi¨®n. Si est¨¢ escrito 'negro', es negro. En apariencia, no hacen pol¨ªtica, pero nunca se les oye criticar a Arabia Saud¨ª. De all¨ª es de donde reciben el dinero y all¨ª es donde van a formarse. Les dicen: 'En Occidente, nada de pol¨ªtica; est¨¢is en dar el-harb, el espacio de la guerra'.
3. El reformismo. Para las personas de esta corriente, aquello que hay que recuperar de la primer ¨¦poca no es la letra, sino el esp¨ªritu y el dinamismo intelectual con el que se interpretaba el Libro. Es la llamada 'lectura de la renovaci¨®n': renovaci¨®n del esp¨ªritu en funci¨®n del contexto.
4. Los islamistas radicalizados, extremistas. Realizan una lectura literal pero politizada. Su objetivo lo muestran claramente: establecer un Estado isl¨¢mico sometido a una interpretaci¨®n represiva de la sharia . Es, por ejemplo, el Partido de la Liberaci¨®n, que proclama en Londres: 'Un d¨ªa, la bandera del islam ondear¨¢ en el n¨²mero 10 de Downing Street'. Afirman: 'T¨² no eres musulm¨¢n de acuerdo con las normas si aceptas que el Estado en el que vives no respete las reglas del islam'. Todo aquello que no es musulm¨¢n es la jahilli¨¢ el per¨ªodo de ignorancia preisl¨¢mico.
P. ?Su postura es de conquista?
T. R. De conflicto y de conquista. ?El objetivo es lograr el poder!
P. Y esta interpretaci¨®n ?le parece leg¨ªtima, correcta?
T. R. No, no lo es. Y ah¨ª es donde hay que provocar el debate y decir: 'Un momento, si hay seis movimientos, debemos saberlo. No se puede decir que las seis lecturas son leg¨ªtimas'. Prosigo.
5. La interpretaci¨®n racionalista que afirma: 'El Libro es una referencia, no una c¨¢rcel. Lo que cuenta es que todo lo que hay en el Libro me remite a la raz¨®n. Por tanto, todo lo que voy a elaborar a partir de mi raz¨®n aut¨®noma, que puede estar inspirado, por ejemplo, en los derechos humanos, es leg¨ªtimo de por s¨ª'.
6. La ¨²ltima tradici¨®n importante es la tradici¨®n suf¨ª. Dice: 'El Libro requiere una interpretaci¨®n esot¨¦rica y en ning¨²n caso exot¨¦rica'.
P. Para ser totalmente claro, ?d¨®nde se sit¨²a usted?
T. R. Pertenezco a la tradici¨®n reformista, que tiende a poner en evidencia hoy, en atenci¨®n a nuestra situaci¨®n en Occidente, la necesaria aportaci¨®n del racionalismo. En el universo en el que vivo, no quiero ser menos musulm¨¢n para ser m¨¢s ciudadano suizo o franc¨¦s. Quiero ser ambas cosas.
P. La experiencia demuestra que estas categor¨ªas est¨¢n lejos de ser cerradas. Al menos para los cuatro primeros tipos de interpretaci¨®n es bastante f¨¢cil pasar de una escuela a otra...
T. R. El islam es un mundo de seres humanos. La postura social de una persona no s¨®lo est¨¢ determinada por su modo de leer unos textos, sino tambi¨¦n por unas condiciones sociales, unas relaciones humanas, unas heridas sociales, unos encuentros... Los talib¨¢n no son de ahora; y durante mucho tiempo no se metieron en pol¨ªtica. Eran unos devotos. En un determinado momento se produjo una utilizaci¨®n pol¨ªtica de su movimiento. Un l¨ªder afirma: 'Tuve un sue?o, el Profeta me ha dicho: adelante'. Pero, ?qu¨¦ hay detr¨¢s del sue?o? Hay que acordarse de la ayuda dada por los estadounidenses a la resistencia afgana m¨¢s radical... Estos movimientos devotos pueden pasar a la acci¨®n por motivos pol¨ªticos, sociales (la pobreza), pero en ocasiones tambi¨¦n por manipulaciones externas. E insisto en el papel hist¨®rico de la represi¨®n. No se pueden comprender las rupturas radicales en el mundo musulm¨¢n si no se tienen en cuenta las represiones ejercidas tras las independencias. No para legitimarlo todo, sino para comprender lo que ocurre.
Dariush Shayegan. Son muy interesantes estas seis interpretaciones. Pero, en realidad, las cuatro primeras (dejo de lado el radicalismo y el sufismo) se parecen mucho. Todas se derivan del fracaso del islam, que ha permanecido al margen de los grandes momentos de la historia. Bajo el Imperio Otomano no tomamos conciencia de las reformas, sobre todo religiosas, que se produc¨ªan en Occidente, ignoramos las transformaciones de la Ilustraci¨®n. S¨®lo nos dimos cuenta en el siglo XIX. Para el mundo musulm¨¢n supuso un choque formidable. Y en vez de buscar lo que no iba bien en el interior se buscaron chivos expiatorios. Hace cien a?os que en el mundo isl¨¢mico se cuentan las mismas historias, se repiten los mismos temas. No avanzamos. Peor, vamos hacia atr¨¢s: hay una tendencia a olvidar 1.400 a?os de historia y de cultura isl¨¢micos. El apogeo de la cultura isl¨¢mica se sit¨²a en los siglos X, XI y XII. En esa ¨¦poca, el islam era una gran civilizaci¨®n, abierta. Hab¨ªa fil¨®sofos, poetas, sabios, m¨²sicos... Y, ?qu¨¦ vemos mil a?os despu¨¦s? El islam se encierra en s¨ª mismo. A fuerza de fracasos quiere negar al otro y negar su tiempo. Cae en la esclerosis, en el anquilosamiento de la identidad. Han quedado olvidados los fil¨®sofos, los m¨ªsticos, s¨®lo se habla del Cor¨¢n. Pero sabemos que el Cor¨¢n puede ser interpretado a diferentes niveles. Todo el cisma est¨¢ basado en el arte de la interpretaci¨®n, todos los grandes m¨ªsticos han hablado de ello. ?C¨®mo pasar del sentido aparente al sentido oculto? Si nos fij¨¢semos en la historia, nos sorprender¨ªa ver hasta qu¨¦ punto, desde el primer momento, los principales nombres dentro del sufismo lucharon contra los doctores de la Ley. Y hete aqu¨ª que a finales del siglo XX vemos a unos barbudos contarnos historias y decir: 'Hay que leer el Cor¨¢n as¨ª y no de otro modo'. Como si antes de ellos no hubiese nada. Como si Avicena, Averroes, Ibn Jald¨²n o Ibn Arab¨ª no hubieran existido.
P. ?Cu¨¢ndo empez¨® esto?
D. S. Mohamed Arkun lo demostr¨® muy bien: para el islam hay dos periodos en los tiempos modernos. El primero, que denomina nahda, es el periodo del despertar, de las Luces isl¨¢micas, y el segundo, que denomina thawra, es la revoluci¨®n, que comienza a mediados del siglo XX. El islam se repliega cada vez m¨¢s en s¨ª mismo y da nacimiento a esta corriente islamista que no considero musulmana. En estas cuatro interpretaciones de las que usted habla, Tariq Ramadan, lo que yo veo, es un resurgir de las estructuras m¨¢s firmes de lo sagrado. Que son tambi¨¦n las estructuras m¨¢s firmes de la violencia. Porque lo sagrado es violento. Y esta violencia existe en el Cor¨¢n, lo queramos o no. Esta gran cultura, que se ha formado desde hace 1.400 a?os, ha intentado sublimar esta violencia que estaba en el origen de la religi¨®n para convertirla en un culto al amor: es lo que encontramos en nuestros m¨ªsticos, finalmente muy pr¨®ximos a los m¨ªsticos cristianos, en cierto modo. Cuando se retira el barniz se vuelve a un islam completamente ut¨®pico que se llama 'el islam de la edad de oro', pero del que sabemos que s¨®lo dur¨® 30 a?os y que estuvo sembrado de asesinatos. El islam no se convirti¨® en una civilizaci¨®n hasta m¨¢s tarde, con los omeyas y los abas¨ªes. Los movimientos islamistas actuales, que pretenden un retorno a los or¨ªgenes, son s¨®lo reacciones, rechazos. Unos polos de resentimiento. Es muy peligroso jugar con la creencia de la gente y convertirla en un instrumento de combate. En el Cor¨¢n aparece la guerra santa. Por eso sigue habiendo escuelas de interpretaci¨®n. Siempre se ha querido interpretar lo sagrado, destacar el sentido simb¨®lico de los versos, no leer de forma literal. Y mira por donde, en los tiempos modernos, se ha sacralizado la sharia. ?Pero la sharia ocupa demasiado sitio en el mundo isl¨¢mico! Impide a esta sociedad moverse, pretendiendo ocuparse de todo, de la vida privada de la gente, de lo que come... Este es el tipo de islam escler¨®tico, petrificado.
P. ?No ha llegado el momento de que el islam realice a su vez esta revoluci¨®n que las dem¨¢s civilizaciones monote¨ªstas han llevado a cabo: la separaci¨®n de lo temporal y lo espiritual?
T. R. No se pueden trasplantar a una civilizaci¨®n elementos que consideramos pertinentes para otra. Ah¨ª es donde difiero de su interpretaci¨®n de la historia. Porque tengo una preocupaci¨®n doble. Por un lado soy cr¨ªtico respecto a la idealizaci¨®n que los musulmanes hacen de su historia e incluso de la idealizaci¨®n que hacen de la ¨¦poca del Profeta. 'Estaban unidos, era maravilloso, era la Edad de Oro'. Esto hay que revisarlo. Es necesario decir: exist¨ªan divisiones, luchas, era dif¨ªcil. Pero ante una gente con esa postura y, con frecuencia, con una actitud de rechazo frente a Occidente, si quiero ser escuchado, debo utilizar la misma terminolog¨ªa que ellos, las mismas referencias. En un debate como el nuestro podr¨ªa tener la deferencia de utilizar conceptos que son puntos de referencia para la historia occidental y para lo que se llama el racionalismo cr¨ªtico. Pero no me interesa, porque no har¨¢ evolucionar la tradici¨®n musulmana. Quiero analizar y considerar qu¨¦ fue lo positivo en esa historia. Para m¨ª, ¨¦se no fue el momento en que m¨¢s se pareci¨® a Occidente. A mi parecer, la ¨¦poca ideal es la ¨¦poca en la que se produjo un debate entre los musulmanes. Por ejemplo, la tradici¨®n andalus¨ª me interesa, no porque ilustre la tolerancia -adem¨¢s, no siempre es verdad, tambi¨¦n se ha idealizado el periodo andalus¨ª-, sino porque hab¨ªa un verdadero debate cr¨ªtico, dentro mismo del pensamiento musulm¨¢n.
P. En definitiva, para usted, el islam es un sistema con referencias propias. Rechaza la idea de Shayegan, para quien el neofundamentalismo lleva al islam a un callej¨®n sin salida ya que se priva a s¨ª mismo de los valores de progreso -racionalismo cient¨ªfico, laicismo, universalismo- que no son valores occidentales, sino valores universales...
T. R. Rechazo la OPA de Occidente sobre los valores universales que su formulaci¨®n da a entender. En definitiva, usted me est¨¢ diciendo: 'Mis valores occidentales son universales'. ?Qu¨¦ reducci¨®n m¨¢s arrogante! Tengo menos problemas con Arist¨®teles que muchos cristianos tuvieron durante 15 siglos. En cambio, esta idea de un islam con referencias propias no quiere decir nada. Lo que me interesa es ser fiel a mi referencia sabiendo abrirme a la diversidad. Reconozco cuatro valores fundamentales e indiscutibles: el Estado de derecho, la ciudadan¨ªa igualitaria, el sufragio o la elecci¨®n y la alternancia. ?C¨®mo debo calificarlos? ?Como valores occidentales? ?Acaso la condici¨®n de universalidad no puede ir de la mano de la diversidad de las civilizaciones? En m¨ª hay algo universal, como en usted, pero mi car¨¢cter universal admite la relatividad de los dem¨¢s. Y tengo la capacidad de comprender que la raz¨®n de un hombre tambi¨¦n es una revelaci¨®n. Cuando hablo as¨ª, es perturbador para alguien que est¨¢ acostumbrado, en su tradici¨®n cristiana, a un cierto tipo de relaci¨®n entre la fe y la raz¨®n. Pero reivindico el derecho a la perturbaci¨®n.
D. S. Usted se refiere numerosas veces a una 'historia musulmana'. Pero toda la historia del islam es una historia prof¨¦tica. Empieza con Ad¨¢n y se acaba con la revelaci¨®n de Mahoma, el ¨²ltimo profeta. Por eso, los musulmanes, conscientemente o no, se creen metaf¨ªsicamente superiores a las dem¨¢s religiones reveladas ya que tienen la ¨²ltima revelaci¨®n: el cenit de la profec¨ªa. ?Acaso no se dec¨ªa que Mahoma bajo el sol no daba sombra? Por tanto, la verdad siempre est¨¢ de nuestro lado. El islam tiene raz¨®n. Estas mitolog¨ªas existen en la imaginaci¨®n del islam, pueden ser despertadas cuando se quiere y es precisamente lo que hacen los movimientos islamistas. Promueven entre los musulmanes la ilusi¨®n de que volviendo al islam podr¨¢n resolver todos sus problemas. En definitiva, bastar¨ªa saltarse la historia para alcanzar la Tierra Prometida. Pero es una ilusi¨®n. La Ley como tal, aplicada al pie de la letra, carece de respuesta para nuestros problemas econ¨®micos o administrativos. Luego, usted habla de diversidad de civilizaciones. Pero, a mi parecer, s¨®lo existe una civilizaci¨®n en el mundo y es la civilizaci¨®n mundial, moderna y universal, ni siquiera dir¨ªa occidental, porque forma parte de nosotros, porque tambi¨¦n refleja cierta sensibilidad de nuestro tiempo y ya no es la de la Edad Media. Con la vuelta de Jomeini a Ir¨¢n, volvimos a ver escenas, im¨¢genes que nadie pod¨ªa ya soportar: las flagelaciones, los m¨¢rtires, los r¨ªos de sangre... Esta explosi¨®n de lo arcaico en lo moderno, insoportable para unos hombres del siglo XX, explica la emigraci¨®n masiva. Esta gente no hu¨ªa porque ya no tuvieran libertades individuales: estas libertades no exist¨ªan antes de la revoluci¨®n. Hu¨ªan de un mundo arcaico que her¨ªa su sensibilidad. Y aqu¨ª me planteo la pregunta: ?por qu¨¦ Asia, que es de confesi¨®n budista y confucionista, soporta mejor la modernidad que el islam? ?Por qu¨¦ el islam sufre tantos problemas con los valores considerados universales y que considera occidentales? En primer lugar, est¨¢ la rivalidad del islam con el cristianismo. Luego, est¨¢n sus fracasos hist¨®ricos. Y, por ¨²ltimo, est¨¢ el hecho de que nunca quiso realizar el aprendizaje de la modernidad. Les doy un ejemplo preciso: la era Meij¨ª, en Jap¨®n, empez¨® en 1868. Ese mismo a?o, el sha de Ir¨¢n comenz¨® sus reformas. En Jap¨®n esas reformas fueron llevadas a cabo. En Ir¨¢n, nunca. La resistencia fue m¨¢s fuerte. Considero que el mundo isl¨¢mico debe realmente iniciar su autocr¨ªtica y acabar con los tab¨²es. No nos atrevemos. Ning¨²n imam se atreve a realizar una interpretaci¨®n cr¨ªtica del Cor¨¢n, mientras que la modernidad en Occidente empez¨® en el siglo XIX con la cr¨ªtica de la Biblia y de las Escrituras. Llega un momento en el que hay tomar distancia. Preguntarse: ?de d¨®nde proceden los bloqueos?, ?por qu¨¦ siempre cometemos los mismos errores? Y dejar de decir: la culpa es de los estadounidenses, de los rusos, de los ingleses...
Tariq Ramadan
Tiene 39 a?os y est¨¢ considerado como una de las figuras del islam 'reformista' en Europa. Vive en Ginebra. Es profesor de Filosof¨ªa y de Islamolog¨ªa en la Universidad de Friburgo. Su libro El islam, en entredicho (entrevistas con Alain Gresh) lleg¨® a las librer¨ªas francesas la semana pasada.
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