El se?or Arco Iris
?scar Freire rompe todos los esquemas: corre poco, pero gana mucho
Ocurri¨® este verano en la Vuelta a Burgos. Sprint masivo, rivales an¨®nimos y victoria de ?scar Freire, el despistado. Hab¨ªa dos pancartas, la de la meta y otra unos metros m¨¢s all¨¢. El c¨¢ntabro se pens¨® que la buena era la segunda y vio tranquilo c¨®mo sus rivales desarrollaban la maniobra. Tranquilo y extra?ado. 'Est¨¢n todos parados', pens¨®. ?l a¨²n no se hab¨ªa levantado del sill¨ªn y los que le rodeaban eran como un cuadro falso, puro fingimiento, cara deformada en paroxismo anaer¨®bico, ag¨®nico, y, sin embargo, no se mov¨ªan. Luego, en la siguiente cent¨¦sima de segundo, a Freire le dio por pensar que quiz¨¢ no fuera la segunda sino la primera pancarta la de la llegada: 'As¨ª que me levant¨¦ por si acaso y empec¨¦ a sprintar'. De dos pedaladas, super¨® a todos, cruz¨® la meta y sigui¨® pedaleando sin levantar los brazos por si acaso. Y s¨®lo cuando vio que nadie le segu¨ªa, que los dem¨¢s le miraban at¨®nitos, derrotados, frenando, comprendi¨® que la l¨ªnea buena era la primera. Levant¨® los brazos y sonri¨®.
?ste es Freire. 'Es ¨²nico', dice Aldo Sassi, el m¨¦dico, el jefe del Mapei; 'tiene el don de la entrenabilidad, un elemento que lleva en los genes, una caracter¨ªstica que le permite encontrar su plena forma con poco entrenamiento'. La victoria de Burgos llegaba en la primera carrera en que Freire, el de la mala suerte, disputaba tras la Vuelta a Alemania, hac¨ªa tres meses, en mayo. Antes, una gastroenteritis le hab¨ªa tenido un par de semanas en el hospital y dejado sin Tour. Y antes, seis meses sin competir, dolor de espalda, lesi¨®n muscular, vertebral, ci¨¢tica, ¨®sea, vaya usted a saber. En Alemania gan¨® a Steels y Zabel un sprint en su tercer d¨ªa de competici¨®n. Otra muestra de su entrenabilidad: en m¨¢s o menos 150 d¨ªas de competici¨®n en cuatro a?os de profesional, ha logrado 15 victorias. Entre ellas, dos Mundiales en tres a?os, Verona 99 y Lisboa 01, y un bronce, en Plouay 00. Un hombre y su carrera. Miguel Indurain, monsieur Tour, y Freire, signore Arcobaleno (arco iris), los dos lujos del deporte espa?ol. Antes de Indurain y sus cinco Tours, el ciclismo espa?ol hab¨ªa ganado tres en 90 a?os. Antes de Freire y sus dos Mundiales, s¨®lo llevaba uno en 70, el de Olano en 1995.
Lo de Alemania, lo de Burgos, lo de ayer y todas sus llegadas son una muestra tambi¨¦n de su otra incre¨ªble capacidad, de otro don que hace de ¨¦l un extraterrestre: su gran calidad muscular. Unos m¨²sculos ¨²nicos, resistentes como ninguno y explosivos. Una musculatura que le permite de dos zancadas sacar la rueda a quien sea en condiciones iguales.
Y eso no es todo. Sassi a?ade: 'Lo que de verdad hace ¨²nico a Freire es su calidad humana, su sencillez, su calma. Ha ganado todo lo que ha ganado y no se le ha subido a la cabeza. No se ha cre¨ªdo Dios como otros'.
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