"La realidad nunca te traiciona"
Jos¨¦ Luis Guerin es un cineasta tranquilo e insobornable que ha rodado cuatro largometrajes a lo largo de 20 a?os, la mitad de su vida, y ha obtenido siempre el reconocimiento de la cr¨ªtica y selectos premios que han confirmado, sobre todo, su excepcional aproximaci¨®n al documental.
"Sigo yendo a Montpellier o a Par¨ªs para ver el cine que me interesa, porque aqu¨ª ni siquiera se estrena"
'La realidad es mucho m¨¢s rica y compleja y tiene m¨¢s matices que lo que un guionista puede imaginar en su despacho'
Su cuarto y ¨²ltimo filme, En construcci¨®n, mereci¨® ser seleccionado para competir en la secci¨®n oficial del ¨²ltimo Festival Internacional de Cine de San Sebasti¨¢n, un apartado que por tradici¨®n s¨®lo incluye pel¨ªculas de pura ficci¨®n. Pese a ello, Guerin se hizo con tres galardones prestigiosos: el del C¨ªrculo de Escritores Cinematogr¨¢ficos, el de la FIPRESCI y el Especial del Jurado. Adem¨¢s, En construcci¨®n recibi¨® el aplauso del p¨²blico y muchos cr¨ªticos creyeron que merec¨ªa la Concha de Oro a la mejor pel¨ªcula.
En construcci¨®n ofrece un documento vital acerca de un paisaje y los seres humanos que lo pueblan. De la mirada de Guerin surge una historia, una narraci¨®n plena de fuerza y dramatismo, de poes¨ªa y vigor. De realidad. Situada en el Barrio Chino de Barcelona (hoy llamado Raval, a efectos de maquillaje urbano), En construcci¨®n permanece en la memoria del espectador mucho despu¨¦s de acabada la proyecci¨®n, con esa insistencia tierna e inquietante con que lo cotidiano nos persigue cuando alguien, en este caso Guerin y su equipo, han sido capaces de convertirlo en epopeya.
Pregunta. Su pel¨ªcula surgi¨® al filo de un m¨¢ster de la Universidad Pompeu Fabra. ?Eso facilit¨® un rodaje tan prolongado?
Respuesta. Bueno, a m¨ª me gusta llevar al l¨ªmite las propuestas de producci¨®n que se me ofrecen. ?ste ten¨ªa que ser un trabajo con estudiantes de la Universidad. Entonces, pens¨¦, todo aquello de lo que carecen en t¨¦cnica pod¨ªa ganarlo realizando una experiencia con el tiempo. Los t¨¦cnicos de cine son muy caros, pero el tiempo tambi¨¦n. Y era una ventaja poder seguir el transcurso de la transformaci¨®n del barrio a lo largo de un par de a?os. Durante el primer a?o, nos dedicamos a leer, a documentarnos. Yo creo que todas las pel¨ªculas documentales, por lo menos las que a m¨ª me interesan, surgen como una forma de curiosidad por el mundo. Incluso algunas de ficci¨®n, las que se sostienen.
P. Para tratarse de un experimento, es un filme muy cercano, conmovedor.
R. Yo no quer¨ªa que esta pel¨ªcula fuese catalogada como 'otra rareza de Guerin'. Creo que tiene claramente una vocaci¨®n popular (que no comercial, porque hay pel¨ªculas comerciales que son un aut¨¦ntico atentado a los intereses populares), quer¨ªa conectar con el p¨²blico, pero en cambio carec¨ªa de soporte medi¨¢tico para facilitar eso. El ¨¦xito en San Sebasti¨¢n ha ayudado mucho.
P. Yo soy del Barrio Chino. Puedo decirle que lo siento respirar en su pel¨ªcula. En su paisaje, sus personajes.
R. He intentado utilizar la transformaci¨®n del barrio y su cr¨®nica porque necesito partir de un veros¨ªmil realista cinematogr¨¢fico. No creo en los cineastas, salvo Jean Cocteau y Andrei Tarkovski, que se saltan primero el veros¨ªmil para ir a la met¨¢fora; yo creo en la met¨¢fora que emana de una realidad inmediata. Entonces he intentado buscar aquellos aspectos que tienen ecos universales, que pueden hablarnos m¨¢s de nuestro tiempo. Utilizar esa obra en construcci¨®n de la pel¨ªcula y de la realidad como caja de resonancia de un barrio y, dentro de eso, el propio barrio como caja de resonancia de una transformaci¨®n cuyo alcance creo que debe determinar el espectador.
P. ?C¨®mo eligi¨® a los, por llamarlos de alguna manera, actores?
R. Surgi¨® cuando est¨¢bamos rodando la secuencia del descubrimiento de un cementerio romano del siglo VI. Todo el mundo se reuni¨® alrededor. Vi que ah¨ª ten¨ªa la morfolog¨ªa social del barrio y, a la vez, la m¨¢s profunda, porque al contemplarse frente a una calavera, ¨¦sa es la imagen esencial, ?no? Nos proyectamos en ella, cava en la sensibilidad m¨¢s honda y empiezan a aflorar sentimientos. Hay una fraternidad ante el mismo agujero, se producen espont¨¢neamente di¨¢logos impagables, los ni?os se enfrentan a la muerte por primera vez, alguna gente habla de la guerra civil, surge la idea de matanza ¨¦tnica.
P. ?Le result¨® dif¨ªcil seleccionarlos?
R. Claro. En una pel¨ªcula de naturaleza documental, el reparto es mucho m¨¢s decisivo que en una de ficci¨®n, porque cuando eliges una persona no lo haces s¨®lo por la presencia y la fotogenia, sino tambi¨¦n, como m¨ªnimo, con un guionista, y a menudo con un codirector. Est¨¢s pactando con ellos de otra manera, est¨¢s construyendo la pel¨ªcula con ellos. Cuando Flaherty elige el esquimal para Nanook, que es para m¨ª una pel¨ªcula decisiva, esencial, est¨¢ eligiendo al m¨¢s emblem¨¢tico.
P. Los di¨¢logos, casi po¨¦ticos, que mantienen los alba?iles, la relaci¨®n entre Juani e Iv¨¢n, tan dura y emocionante al mismo tiempo, las intervenciones del ex marino Antonio... ?Son cosa de usted o de ellos?
R. Son de una tr¨¢gica realidad. Porque si sabes confiar en ella, la realidad nunca te traiciona. Y ¨¦sa es la gran ventaja de poder seguir un transcurso, en lugar de tener que seguir el rodaje habitual, cerrado ya en el gui¨®n. En los programas de 'c¨®mo se hizo', los actores suelen alabar a los directores por lo claro que lo tienen todo. Yo he de decirte que no ten¨ªa claro absolutamente nada, lo que m¨¢s me excitaba era la b¨²squeda, ten¨ªa que producirse la revelaci¨®n, fruto de la convivencia con un espacio y con unas personas... Te vas nutriendo de lo que te va dando la realidad y entonces constatas que la realidad es mucho m¨¢s rica y compleja y tiene m¨¢s matices que lo que un guionista puede imaginar en su despacho.
P. Eso tambi¨¦n se da con los paisajes, los detalles, el ruido de las obras y de la vida, la ausencia de m¨²sica. Utiliza usted los planos fijos pero la historia progresa, se enriquece, culmina.
R. Piensa que fueron 120 horas de rodaje, simultaneado con el descubrimiento y el montaje. Eso sirve para decidir sobre la marcha qu¨¦ debes seleccionar y a qu¨¦ tienes que renunciar, por doloroso que resulte. En cuanto a los planos cortos, est¨¢n elegidos para que formen secuencias largas, porque yo creo en el placer de la narraci¨®n, del desarrollo secuenciario, que hoy en d¨ªa padece de una devaluaci¨®n. Es eso que permite contemplar a un personaje en una unidad de espacio y de tiempo. Hoy se tiende, por un lado, al cine exclamativo y subrayativo, y por otro, a la narraci¨®n sincopada, con la excepci¨®n de Clint Eastwood en Los puentes de Madison y cuando tiene ganas. Muchos espectadores actuales est¨¢n acostumbrados a eso, y en consecuencia no miran, y no saben ver. El espectador tiene que concluir la pel¨ªcula, tiene que cerrarla con su mirada.
P. Yo la cerr¨¦ pensando que hab¨ªa captado usted el gueto que siempre ha sido el Barrio Chino, aunque ahora se llame Raval. Cuando aparecen los nuevos inquilinos, que en el fondo somos nosotros, vi la soledad de los otros, de los habitantes del gueto.
R. Es curiosa la yuxtaposici¨®n de miradas que se han posado en este barrio. Para m¨ª, la secuencia de los muertos romanos y la del final, con la llegada de los nuevos ocupantes de la casa, son dos secuencias sim¨¦tricas que marcan el principio y el fin. Sin duda hab¨ªa que reformar el barrio, pero lo que me preocupa es el precio de esa reforma, para qui¨¦n, si consistir¨¢ en sacar los trapos sucios para llevarlos a la periferia. Y, adem¨¢s, desaparecen los rincones, es un barrio de rincones donde vive una serie de personajes, de microsociedad que s¨®lo ah¨ª puede tener un h¨¢bitat. A lo mejor, en el lenguaje de la Administraci¨®n, eso es suciedad. Pero, ?qu¨¦ le pasa a esa gente si se los quitas?
P. Un cineasta austero como usted, ?cree que la recesi¨®n econ¨®mica que se avecina puede beneficiar al cine?
R. La primera respuesta que se me ocurre es que s¨ª. Yo creo que hay que ir ligero de equipaje, como dec¨ªa Machado. Desde siempre, en el cine, una cierta adversidad ha despertado los mejores instintos creativos. Por otra parte, si la censura franquista fue execrable, la del mercado me parece igualmente funesta. Yo sigo yendo a Montpellier o a Par¨ªs para ver el cine que me interesa, porque aqu¨ª ni siquiera se estrena.
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