Combatir el racismo
Pasado m¨¢s de un mes desde el atentado del 11 de septiembre, inmersos en un conflicto b¨¦lico cuyas consecuencias en el ¨¢mbito internacional son globales y a largo plazo, nos parece oportuno comunicar a la opini¨®n p¨²blica las reflexiones de SOS Racismo sobre la actual situaci¨®n, en especial en cuanto a su trato informativo.
Como asociaci¨®n de defensa de los derechos humanos, condenamos rotundamente el atentado, del mismo modo que condenamos las constantes violaciones de los derechos humanos que provocan la muerte diaria de miles de personas y que ni tan siquiera merecen unas l¨ªneas en los peri¨®dicos. Una informaci¨®n m¨¢s completa, donde tuvieran cabida m¨¢s hechos, permitir¨ªa una percepci¨®n m¨¢s real del mundo. Nos preocupa el desequilibrio informativo en el an¨¢lisis del contexto del actual conflicto. Mientras que el terrorismo isl¨¢mico ha sido mencionado hasta la saciedad, la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos, m¨¢s que cuestionable con respeto a los derechos humanos, ha quedado en un segundo plano. La presentaci¨®n de los atentados como un ataque a la civilizaci¨®n y la democracia, a las que se supone patrimonio exclusivo e incuestionable de las sociedades occidentales, ha resucitado la oposici¨®n entre civilizaci¨®n y barbarie, uno de los t¨®picos m¨¢s rancios del racismo.
Este desequilibrio informativo ha conducido a un incremento de la imagen negativa del mundo musulm¨¢n, en un momento en que la realidad de la inmigraci¨®n en nuestro pa¨ªs exigir¨ªa, m¨¢s que nunca, esfuerzos para su conocimiento y su normalizaci¨®n. El uso fr¨ªvolo e inadecuado del concepto de 'choque de civilizaciones', anunciado por Huntington como el nuevo paradigma mundial despu¨¦s de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, refuerza uno de los ejes centrales del nuevo discurso racista: la incompatibilidad cultural.
La poblaci¨®n musulmana, procedente o no de la inmigraci¨®n, es parte integrante de las sociedades occidentales y no un 'extra?o entre nosotros'. El fanatismo no es representativo ni mucho menos exclusivo del islam. La necesaria cr¨ªtica a cualquier conducta contraria a los derechos humanos no debe suponer en ning¨²n caso una descalificaci¨®n gen¨¦rica.
Sin una apuesta firme contra las interpretaciones en clave ¨¦tnica de un conflicto en cuya base hay intereses pol¨ªticos y econ¨®micos poderosos, sin el reconocimiento de que el islam es plural y 'nuestro', entraremos en una espiral que lleva a que cualquier persona musulmana sea considerada por definici¨®n sospechosa, y consolida la fractura entre un 'nosotros' y un 'los otros' que es terreno abonado para el estallido del racismo social.
Sin ning¨²n ¨¢nimo de responsabilizar a los medios de comunicaci¨®n de una situaci¨®n que tiene sus ra¨ªces en otros ¨¢mbitos, y reconociendo que los medios han demostrado ser en muchas ocasiones firmes defensores del respeto a los derechos humanos, les dirigimos un toque de atenci¨®n para que, en ejercicio de la responsabilidad que les corresponde, desempe?en un papel activo para combatir el racismo y la xenofobia.- N¨²ria Vives. Portavoz de la Federaci¨®n de Asociaciones de SOS Racismo del Estado Espa?ol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.