Isla M¨¢gica, en ca¨ªda libre
El parque tem¨¢tico de Sevilla cerrar¨¢ el ejercicio con 900 millones de p¨¦rdida y afronta una crisis con dif¨ªcil soluci¨®n
Isla M¨¢gica, el parque tem¨¢tico ubicado en la Isla de la Cartuja, en Sevilla, super¨® a principios de 2000 su cr¨ªtica situaci¨®n econ¨®mica gracias a la entrada en el accionariado del parque, mediante un aumento de capital, de las dos cajas de ahorro sevillanas, San Fernando y El Monte, y de Unicaja, que se hicieron entre las tres con el 72% de la empresa.
Apenas a?o y medio despu¨¦s, y por culpa de una gesti¨®n desacertada (seg¨²n reconoce alguno de los accionistas principales), el parque afronta el cierre de la temporada con unas p¨¦rdidas de 900 millones de pesetas, un volumen de visitas inferior al esperado y una deuda, financiera en su mayor parte, de m¨¢s de 8.500 millones, que amenaza con llevar a Isla M¨¢gica al cierre o a la quiebra.
Un informe encargado por la empresa a la consultora Andersen, y entregado a los gestores del parque este mismo mes, se?ala como conclusi¨®n principal que 'la nula rentabilidad del negocio, junto con el volumen de deudas financieras y el importe del canon y las condiciones del contrato de cesi¨®n de uso [del terreno] determinan la inviabilidad futura de la sociedad con su actual estructura y negocio y, por consiguiente, la imposibilidad de la continuidad de las operaciones'.
Para evitar la desaparici¨®n de Isla M¨¢gica, la consultora propone un paquete de acciones conducentes a sanear la econom¨ªa de la sociedad y a redefinir sus objetivos. A¨²n as¨ª, Andersen recuerda a los accionistas que, si se deciden a continuar con la actividad del parque, ser¨¢ por razones ajenas a la rentabilidad econ¨®mico-financiera ya que atendiendo a estas ¨²ltimas 'no se soportar¨ªa efectuar por los accionistas aportaci¨®n adicional alguna de fondos a la sociedad', seg¨²n se?ala el citado informe.
Las propuestas de Andersen giran en torno a la reducci¨®n de la deuda financiera (es decir, conseguir que las entidades bancarias acreedoras de Isla M¨¢gica accedan a perdonar al menos el 75% de la deuda ante el riesgo de no cobrar nada); la renegociaci¨®n de las condiciones de uso de los terrenos, que son propiedad del Estado; una nueva ampliaci¨®n de capital de, al menos, 2.500 millones de pesetas; y la reducci¨®n de costes (de personal, mantenimiento o marketing).
Ante semejante panorama, los gestores del parque no saben qu¨¦ hacer. Por de pronto, cualquier decisi¨®n acerca de la pr¨®xima temporada est¨¢ completamente aparcada. La direcci¨®n de Isla M¨¢gica reconoce que mientras no se aclare esta situaci¨®n no pueden ni plantearse una serie de proyectos de ampliaci¨®n y nuevas atracciones que ten¨ªan en mente.
Los accionistas principales, las tres cajas de ahorros, a los que corresponde la decisi¨®n de apostar de nuevo por Isla M¨¢gica o dar el carpetazo definitivo a un negocio ruinoso, no parecen muy decididas a salvar el parque.
La actitud de las dos entidades sevillanas es una inc¨®gnita. Pese a que ser¨ªa natural que ambas luchasen hasta el final por la viabilidad de un proyecto rentable para la econom¨ªa de la ciudad, su situaci¨®n actual, en pleno proceso electoral y con sus presidentes enfrentados a Junta y Ayuntamiento, hace dudosa su decisi¨®n. Unicaja, por su parte, prefiere atender a criterios exclusivamente econ¨®micos, por lo que la entidad es reticente a invertir m¨¢s.
A los ¨²nicos a los que parece interesar de verdad la continuidad del parque es a los trabajadores y al Ayuntamiento de Sevilla. El Consistorio muestra su mejor disposici¨®n a respaldar la viabilidad del proyecto y facilitarle el abono de tributos locales pues, seg¨²n c¨¢lculos del ¨¢rea de Econom¨ªa, Isla M¨¢gica tiene una repercusi¨®n de 6.000 millones de pesetas anuales en el sector tur¨ªstico de la ciudad. Los empleados, que fueron los que m¨¢s se sacrificaron hace a?o y medio y que vuelven a ver amenazados sus puestos, ya han anunciado movilizaciones.
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