Estudiantes contra la guerra

El pasado jueves 18, un grupo de estudiantes convoc¨® una concentraci¨®n en la puerta del Rectorado de la Universidad de Sevilla. Hab¨ªan redactado un comunicado contra la guerra en Afganist¨¢n, contra la arrogancia de Estados Unidos, contra la postura del Gobierno de Aznar, en fin, contrarios a tales trascendencias, el panfleto acababa contrariando el capitalismo, el imperialismo y supongo que el MacDonald. Se hab¨ªan reunido veinte o treinta personas en un coro, mir¨¢ndose unas a otras, pregunt¨¢ndose si aqu¨¦l era el lugar, si aquella era la hora, dudando durante los minutos que precedieron a la llegada del pastor. Un joven adornado con una camiseta en la que aparec¨ªa el subcomandante Marcos nos ley¨® el comunicado y su acompa?ante nos inst¨® a cortar el tr¨¢fico de la calle San Fernando 'en se?al de protesta'.

Se desata un conflicto internacional, qui¨¦n sabe si entre Oriente y Occidente, entre terroristas y libertarios o entre ricos y pobres, y unos estudiantes en Sevilla interrumpen el tr¨¢fico y se sientan a gritar sus consignas contra el estado de cosas: '?Tanques s¨ª, pero de cerveza y con tapitas en las mesas!'.

Yo soy contrario a guerras, a desigualdades y a manifestaciones atroces de poder, pero creo que es necesario entender la realidad en funci¨®n de lo que es, y no de lo que fue ni de lo que nunca lleg¨® a ser. En el momento de rebelarse o de indignarse por lo que est¨¢ pasando, los estudiantes debemos partir de nuestros conocimientos y no de impulsos viscerales irrefrenables. El pr¨®ximo 24 de octubre habr¨¢ otra manifestaci¨®n en la plaza de la Encarnaci¨®n de Sevilla. La raz¨®n y el sentido de esas protestas deber¨¢n estar en nuestros contenidos y no en nuestras banderas y nuestros s¨ªmbolos. Para cambiar el futuro es preciso cambiar los errores del pasado.