Goteo de ¨¢ntrax
La muerte de dos empleados de una oficina postal de Washington con s¨ªntomas similares a los que provoca el ¨¢ntrax pulmonar (carbunco) ha elevado al m¨¢ximo la alerta de las autoridades norteamericanas, a la espera de que se obtengan los resultados definitivos de las pruebas m¨¦dicas. Todos los empleados de la oficina que despacha el correo del Capitolio, por donde pas¨® la carta remitida al l¨ªder dem¨®crata del Senado, est¨¢n siendo sometidos a an¨¢lisis, que ya han dado positivo al menos en cuatro casos. Sin embargo, uno de los dos fallecidos trabaja en otras dependencias, lo que hace temer que pueda existir alguna carta contaminada que no se ha detectado. Todo ello apunta en la direcci¨®n ya anticipada de que puede tratarse de una respuesta bioterrorista a la campa?a militar lanzada contra el r¨¦gimen talib¨¢n y su protegido, Osama Bin Laden.
Hasta el pasado 11 de septiembre, Estados Unidos no hab¨ªa registrado pr¨¢cticamente ning¨²n caso de esta enfermedad, de dif¨ªcil contagio y cuya transmisi¨®n sol¨ªa estar limitada a personas que trabajan en estrecho contacto con animales. Si se confirma que el carbunco est¨¢ siendo diseminado con fines criminales, los terroristas habr¨¢n conseguido su primer objetivo de ampliar el c¨ªrculo del miedo a toda una sociedad que desde el 11 de septiembre est¨¢ hipersensibilizada ante la amenaza terrorista.
Esa psicosis se ha extendido en las ¨²ltimas fechas dentro y fuera de EE UU, por lo que ya no basta con las explicaciones gen¨¦ricas sobre el asunto. Tambi¨¦n en Espa?a se han registrado sobres postales de car¨¢cter sospechoso que afortunadamente han resultado ser falsos. Pero la existencia de casos confirmados en Estados Unidos da credibilidad a los desaprensivos que practican este terrorismo postal. Es necesario trabajar en la localizaci¨®n y en la detenci¨®n de los autores de estas bromas macabras que con harina o almid¨®n extienden el radio del miedo.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud ha dado la se?al de alarma a los Gobiernos de todo el mundo para que extremen las medidas precautorias. Es hora de que se multipliquen las explicaciones para que ese miedo no anide sobre todo en la ignorancia e impida la normalidad. Los pa¨ªses desarrollados de Occidente, blanco probable de estas acciones enloquecidas, tienen medios para combatir la amenaza bioterrorista. No era precisa esta demostraci¨®n para conocer el peligro potencial que entra?a el terrorismo, pero los casos ya detectados en Estados Unidos demuestran que es urgente reforzar los mecanismos de protecci¨®n y de lucha contra un enemigo potencial dispuesto a emplear todas las fisuras de las sociedades libres.
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