Lo primero, 'no matar¨¢s'
Las comunidades religiosas con m¨¢s compromiso social se movilizan contra la guerra
El cura Miguel Peinado no tiene dudas: 'Lo primero es no matar¨¢s'. Este cura, que atiende una parroquia de unas 20.000 almas que pululan por el barrio del Zaid¨ªn, en Granada, desde hace a?o y medio, figura entre los suscriptores andaluces del Manifiesto contra la guerra y por la justicia en el mundo, difundido en v¨ªsperas de las manifestaciones que se celebrar¨¢n hoy en todas las capitales de Andaluc¨ªa, a excepci¨®n de C¨®rdoba, donde se ha fijado para el jueves 25.
Peinado ya lo ha dicho en algunas homil¨ªas y ayer lo repiti¨® con el tono de quienes creen que est¨¢n diciendo algo obvio: 'Sin nos matan pero luego respondemos, estamos haciendo lo mismo'. 'Habr¨¢ que hacer justicia, pero hay otros caminos para hacerla', agrega. El sacerdote est¨¢ al frente de la parroquia Corpus Christi, una de las pocas que ha firmado el manifiesto de la plataforma andaluza contra la guerra Otro Mundo es Posible.
Su posicionamiento, sin embargo, no es tan excepcional. Entre la ristra larga de firmantes del texto, que condena a la par los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos y los bombardeos sobre Afganist¨¢n, figuran otros representantes cat¨®licos que no han dudado en dar un paso al frente para solidarizarse con las v¨ªctimas, incluidas las que profesan la fe musulmana.
Las religiosas de Nuestra Se?ora de la Compasi¨®n, en C¨®rdoba, tampoco dudaron en sumarse a la propuesta de las hermanas que pertenecen a la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos para firmar el manifiesto y participar en las movilizaciones. Mar¨ªa Natividad Hortelano, una de las monjas de la comunidad, explica que ya se sumaron a una concentraci¨®n anterior contra la guerra y que volver¨¢n a acudir a la del jueves. Su implicaci¨®n tiene una raz¨®n bien clara. 'Estamos en contra de todo esto, no puede solucionarse con la violencia y con la fuerza', dice Mar¨ªa Natividad Hortelano.
Su comunidad trabaja con inmigrantes y drogodependientes en el barrio La Huerta de la Reina, de C¨®rdoba. 'Cuando trabajas con gente desfavorecida ves que se est¨¢ matando de otra manera', apostilla la religiosa. En su compromiso social coinciden con la labor del cura del Zaid¨ªn, ante cuya parroquia se forman colas a diario de reci¨¦n llegados que buscan una vivienda o un empleo.
Las movilizaciones contra la guerra est¨¢n provocando una coincidencia, tal vez s¨®lo circunstancial, entre los tradicionales grupos de derechos humanos, organizaciones e intelectuales de izquierda con los colectivos que hab¨ªan surgido para combatir la globalizaci¨®n econ¨®mica. De hecho, se ha aprovechado la plataforma Otro Mundo es Posible, creada dentro del movimiento contra la globalizaci¨®n econ¨®mica, para canalizar la respuesta en Andaluc¨ªa, donde por vez primera se celebrar¨¢ una manifestaci¨®n apoyada por una treintena de colectivos.
Contra el uso de Rota y Mor¨®n
El manifiesto, de alguna manera, es de m¨ªnimos. Sus promotores optaron por eludir grandes concreciones que disuadiesen a algunos colectivos de estampar su firma. En alg¨²n caso se provoc¨® lo contrario. Los activistas del Movimiento de Resistencia Global de Sevilla (MRG), uno de los surgidos para combatir la globalizaci¨®n econ¨®mica, decidieron no firmar el manifiesto por considerar que no se ajusta a sus postulados y que su esp¨ªritu es blando, a pesar de que est¨¢n incluidos en la plataforma Otro Mundo es Posible. Entre la larga lista de firmantes del manifiesto figuran pol¨ªticos como la alcaldesa de C¨®rdoba, Rosa Aguilar (IU), el ex diputado del Partido Andalucista y portavoz del Grupo Mixto, Ricardo Chamorro, o el ex coordinador general de IU, Julio Anguita, pero hay tambi¨¦n escritores como Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, Luis Garc¨ªa Montero, o Andr¨¦s Sope?a, que piden a la Junta de Andaluc¨ªa que se pronuncie 'expl¨ªcitamente' contra la guerra y, en concreto, contra 'el uso de las bases militares de Rota y Mor¨®n por parte de Estados Unidos para cualquier intervenci¨®n b¨¦lica'. Del mundo acad¨¦mico, entre otros, han suscrito el Manifiesto contra la guerra y por la justicia en el mundo el historiador Ian Gibson, el decano de Derecho de la Universidad de Sevilla, Manuel Alarc¨®n, el catedr¨¢tico de la Universidad de Ja¨¦n, Guillermo Portillo, o los catedr¨¢ticos de M¨¢laga Juan Torres y Alejandro Garc¨ªa Carri¨®n. Adem¨¢s de ecologistas y sindicalistas, las asociaciones de mujeres se han implicado especialmente en la plataforma, alentadas por la especial sensibilidad con que los grupos feministas viven la dram¨¢tica opresi¨®n de las mujeres afganas, v¨ªctimas del r¨¦gimen talib¨¢n desde la llegada al poder de los estudiantes del Cor¨¢n. Mireya Forel, del grupo Mujeres de Negro, insisti¨® en no identificar el islam con los talibanes: 'Hay una intoxicaci¨®n en la guerra, que va contra el entendimiento de los pueblos'. 'Estamos creando un fanatismo antiisl¨¢mico', agreg¨®. La representante feminista considera que la 'batalla por la paz' comienza con la defensa de la interculturalidad y recalc¨® que 'ning¨²n conflicto se puede resolver con una guerra declarada'.
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