Giro en el Ulster
El anuncio hecho ayer por el IRA de que ha comenzado su desarme en los t¨¦rminos acordados con la comisi¨®n internacional de vigilancia restablece la esperanza de que el acuerdo para la pacificaci¨®n del Ulster, firmado el Viernes Santo de 1998, desactive al fin el conflicto civil m¨¢s enquistado de Europa. La decisi¨®n del grupo terrorista norirland¨¦s ven¨ªa anticipada por el llamamiento p¨²blico que hizo el lunes en este sentido el l¨ªder del Sinn Fein, Gerry Adams. ?ste y McGuinness se reunieron la pasada semana con el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, que calific¨® el desarme del IRA como el comienzo de una nueva era.
El IRA no especifica en su largo y vago comunicado cu¨¢ndo ni por qu¨¦ procedimiento va a inutilizar su material de guerra, sin duda el mayor arsenal de cuantos existen en el Ulster. Se limita a se?alar que pondr¨¢ en pr¨¢ctica el acuerdo alcanzado en agosto con la comisi¨®n internacional de verificaci¨®n. El desarme efectivo del IRA abrir¨¢ la puerta a la retirada paulatina del Ej¨¦rcito brit¨¢nico de Irlanda del Norte y a la reforma profunda de la polic¨ªa de la provincia, dos reivindicaciones b¨¢sicas del nacionalismo cat¨®lico.
El proceso norirland¨¦s ha pasado en pocos d¨ªas de su momento m¨¢s bajo al m¨¢s alentador desde los acuerdos de 1998. Contra lo que pudiera pensarse, esto no se debe a que los unionistas del Ulster se retiraran la semana pasada, una vez m¨¢s, del Gobierno compartido o a que Londres tuviera que disolver ma?ana de nuevo el Gobierno y el Parlamento de Belfast para evitar unas elecciones anticipadas; ni siquiera, principalmente, a las redobladas presiones de los Gobiernos brit¨¢nico e irland¨¦s sobre unos y otros contendientes. Como en otros escenarios pol¨ªticos, el argumento definitivo se produjo el 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
El Sinn Fein y el IRA supieron ese d¨ªa que con el supremo ultraje sufrido por los estadounidenses a manos del terrorismo isl¨¢mico hab¨ªa llegado a su fin el decisivo apoyo pol¨ªtico y econ¨®mico que hab¨ªan recibido desde el otro lado del Atl¨¢ntico. El horror producido en EE UU por los atentados lo ha cambiado todo. Algunas de las personalidades que hab¨ªan prestado apoyo al Sinn Fein -desde congresistas como Edward Kennedy o Peter King hasta multimillonarios como Bill Flynn- se han replanteado una situaci¨®n insostenible. Y consideran llegado el momento de que el IRA, como principal grupo armado de Irlanda del Norte y el ¨²nico cre¨ªble que ha esgrimido su hipot¨¦tica vuelta al terror como argumento pol¨ªtico, cumpla de una vez la promesa de 1998 de abandonar las armas con car¨¢cter definitivo.
Los sucesos del 11 de septiembre han llevado a los influyentes grupos de presi¨®n irlandeses de Estados Unidos a revisar dr¨¢sticamente sus relaciones con el Sinn Fein, al que han financiado generosamente en el pasado reciente. Sin un desarme efectivo del IRA ser¨ªa insostenible este apoyo econ¨®mico en un momento en que el presidente Bush ha declarado una guerra sin cuartel al terrorismo internacional. Washington, adem¨¢s, ya hab¨ªa advertido en agosto de que se hab¨ªan acabado los pa?os calientes con la causa republicana, despu¨¦s de que el Sinn Fein fuera incapaz de explicar la presencia en Colombia de uno de los suyos y de dos miembros del IRA arrestados junto a miembros de las FARC, una organizaci¨®n que el Departamento de Estado califica de terrorista. En este contexto, las largas del IRA a su desarme se han convertido en un lastre creciente para las expectativas del Sinn Fein, sobre todo con vistas a las elecciones generales de junio pr¨®ximo, en las que Adams y los suyos tienen grandes esperanzas.
Si la decisi¨®n del IRA consigue encarrilar el proceso, ETA se convertir¨ªa en el ¨²ltimo residuo terrorista activo en Europa. La influencia irlandesa fue decisiva en la inclinaci¨®n de un sector del nacionalismo vasco, del que surgir¨ªa ETA, hacia la v¨ªa armada. Ser¨ªa de esperar que tambi¨¦n cundiera el ejemplo a la hora de abandonar las armas. Una de las razones que dificultan la reconversi¨®n de los grupos terroristas en organizaciones pol¨ªticas pac¨ªficas es su dificultad para procesar la informaci¨®n procedente del exterior. Por ejemplo, las consecuencias de los ataques a EE UU el mes pasado. Pero la experiencia tambi¨¦n indica que ese mundo cerrado y autista s¨ª suele ser sensible a los mensajes que le llegan de su brazo pol¨ªtico.
Ayer mismo, el peri¨®dico que habitualmente act¨²a como portavoz del conglomerado etarra editorializaba felicit¨¢ndose de la iniciativa de Gerry Adams al pedir al IRA un gesto que diera credibilidad a su voluntad de desarmarse. Sin embargo, nunca nadie en Batasuna se ha atrevido a decirle a ETA algo parecido. Hay otras diferencias, pero ¨¦sa abre un abismo entre la esperanzadora evoluci¨®n norirlandesa y el bloqueo de la situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco.
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