El Mallorca pone fin a su aventura

Descosido por las ausencias y tejido de forma improvisada, el Mallorca baj¨® ayer el tel¨®n a su aventura en la Liga de Campeones. Lo hizo frente a un Arsenal que le super¨® con creces durante la mayor parte de la noche y desnud¨® muchas de sus carencias. El equipo balear, que ha pagado en la Liga espa?ola el exceso europeo, tiene los recursos demasiado recortados. Con su pol¨ªtica de contenci¨®n del gasto y venta al por mayor, su plantilla se estira lo justo. Sin sus mejores pilares, caso de Ibagaza y Eto'o, el Mallorca se queda cogido con alfileres y la Champions es un torneo demasiado exigente incluso para los que derrochan tanta ilusi¨®n como ¨¦l.

El equipo de Kresic se sinti¨® muy inferior desde el calentamiento, cuando tambi¨¦n perdi¨® a Engonga, su referencia dentro y fuera del campo, por lesi¨®n. Para llenar el vac¨ªo, Kresic, probablemente aconsejado por Marcos, uno de los pretorianos del vestuario, se inclin¨® por asociar a Novo con ¨¦ste y dejar el pasillo izquierdo para el argentino Cristian D¨ªaz. El experimento result¨® nefasto. El Mallorca estuvo desamparado, incapaz de discutir el dominio al Arsenal ni siquiera un ratito durante tres cuartas partes del encuentro. Pese a su superioridad num¨¦rica en el centro del campo, el equipo espa?ol jam¨¢s se atrevi¨® siquiera con un rondo a 50 metros de la porter¨ªa inglesa hasta el tramo final. El bal¨®n quemaba y uno tras otro se lo iban sacudiendo sus jugadores como el que bracea contra una avispa.

De tal flojera tuvo mucha culpa Paunovic, el encargado de dar curso al juego y enlazar con Luque, el ¨²nico se?uelo en la delantera. Pero el serbio estuvo calamitoso, pas¨® de puntillas a la hora de defender y apu?al¨® la pelota cada vez que sus compa?eros le ped¨ªan una salida. Sin otra respuesta, el Mallorca qued¨® a merced de Vieira. Mala se?al, sin duda. El franc¨¦s se descubri¨® en un balneario y barri¨® el campo a su antojo: de arriba abajo y de izquierda a derecha, con un extraordinario despliegue tanto f¨ªsico como t¨¢ctico.

Con Vieira tocando la corneta, el Arsenal empuj¨® de lo lindo durante toda la noche. Entre otras razones, porque no hubo rival que se lo impidiera.

Sostenido por una simple faena de resistencia, el Mallorca dej¨® siempre su destino en manos de su rival. Y el Arsenal, sobrado de recursos, le someti¨® por los costados, con Pires y Ljungberg anudando m¨¢s de una vez las piernas de Fatih y Soler, y por el centro, con Bergkamp y Henry dislocando a Olaizola y Nadal. Pero su mejor ecuaci¨®n futbol¨ªstica se qued¨® hueca ante Leo Franco, muy acertado pese a jugar infiltrado. Sorprendentemente, entre el portero argentino, el desatino de los ingleses ante el gol y m¨¢s de un rebote milagroso en alg¨²n defensa, el equipo balear se fue a la ducha con el resultado firme y la lengua fuera.

Kresic hab¨ªa advertido en la v¨ªspera de que los conjuntos temerosos salen mal parados de Inglaterra. Y debi¨® de machacar una y otra vez esa idea durante el descanso porque el segundo periodo arranc¨® con un Mallorca m¨¢s gallardo, capaz durante un cuarto de hora de pegar m¨¢s de un susto al comod¨ªsimo Arsenal. Sin embargo, de su primer gran arre¨®n de la noche, un zapatazo de Campano que puso los pelos de punta a Wright, se pas¨® al primer gol de los ingleses. Y en un pis-pas al segundo, un fabuloso remate de cabeza de Bergkamp, que mantiene su rostro angelical y una plasticidad maravillosa.

Con los dos goles en contra, resultado de la infinita superioridad del Arsenal, el Mallorca se vio a la deriva hasta que Novo le devolvi¨® al partido. Inesperadamente, a falta de 15 minutos a¨²n estaba vivo. Prolongar la aventura era cuesti¨®n de un solo gol. Kresic tir¨® de Biaggini y Carlos, sus ¨²nicos ca?oneros en el banquillo. La incredulidad del Arsenal era la mejor arma del Mallorca, que hab¨ªa llegado descompuesto a Highbury y se ve¨ªa cara a cara con un megarival. Pero, con el reloj estrangul¨¢ndole, ya no tuvo tiempo y su aventura se fue finalmente el garete con el gol de Henry. Un tanto que sepult¨® el sue?o de un equipo con demasiadas penurias.