Afganist¨¢n y otras curiosidades
MUCHOS ACUDIERON este a?o a Francfort con cierto temor debido a los recientes acontecimientos. Y algunos ni siquiera vinieron. En la feria del libro, este a?o se registr¨® hasta un 14% menos de visitantes. ?Se deb¨ªa a un inter¨¦s declinante en los libros y la literatura o, m¨¢s bien, al miedo azuzado a ra¨ªz de los acontecimientos del 11 de septiembre, ante una gran aglomeraci¨®n humana a la sombra de rascacielos? Algunos expositores americanos tampoco vinieron, aunque no hubo tantas deserciones como se hab¨ªa temido. Las medidas de seguridad se mantuvieron en el marco de lo soportable. Aunque la cat¨¢strofe de Nueva York y sus consecuencias estaban en boca de todos, no hubo rastro ni de miedo ni de p¨¢nico.
En t¨¦rminos generales, el n¨²mero de expositores en Francfort se redujo ligeramente, un 4%, en comparaci¨®n con el a?o pasado. El hecho de que al mismo tiempo la superficie de exposici¨®n hubiera aumentado un 1% ilustra el imparable proceso de concentraci¨®n dentro de la industria editorial. Con cierta satisfacci¨®n las editoriales de libro han constatado que las mayores p¨¦rdidas no se han registrado no en su terreno, sino en el de los medios electr¨®nicos, que hasta hace poco vaticinaban ruidosamente el final de la cultura del libro. S¨®lo dos terceras partes de los empresarios de la electr¨®nica que acudieron el a?o pasado a la Feria de Francfort estuvieron presentes este a?o. Pero hay que a?adir tambi¨¦n que este a?o ha aumentado considerablemente el n¨²mero de editoriales que ofrecen publicaciones electr¨®nicas. No puede hablarse, por tanto, de un declive de la electr¨®nica. Muy al contrario, su base se ha ampliado notablemente. As¨ª por ejemplo ha surgido en el ¨²ltimo tiempo un gran mercado para 'audiolibros' en el paisaje editorial en lengua alemana, literatura en casetes o discos compactos le¨ªda por los autores o por actores conocidos.
Una v¨ªctima del 11 de septiembre y de sus consecuencias imprevisibles en Francfort fue la literatura griega. Grecia era el invitado de honor de la feria. Sus autores contempor¨¢neos publicaron este a?o libros en casi todas las editoriales mayores de Alemania, pero en Francfort no hubo m¨¢s que un inter¨¦s marginal por la presentaci¨®n, por lo dem¨¢s excelente, del pa¨ªs invitado. El invitado omnipresente, aunque no declarado, de esta Feria de Francfort se llamaba Afganist¨¢n. As¨ª, libros que trataban lejanamente de este ex¨®tico pa¨ªs y que en circunstancias normales hubieran sido pasados por alto con un gesto indiferente, se discut¨ªan como si fueran mercanc¨ªa muy cotizada. La palma se la llev¨® un tomito publicado por la editorial P.O.L. de Par¨ªs del escritor afgano, residente en la capital francesa, Rahimi. La editorial espa?ola Lengua de Trapo hab¨ªa adquirido los derechos el a?o pasado por poco dinero. En los tiempos de Bin Laden su precio ha subido vertiginosamente. La editorial alemana Classen compr¨® los derechos alemanes por m¨¢s de cien mil marcos.
Las reacciones de los escritores alemanes ante los hechos del 11 de septiembre hab¨ªan sido m¨¢s bien d¨¦biles. En general predominaba la consternaci¨®n balbuceante. S¨®lo unos pocos fueron capaces de hacer reflexiones sobre los acontecimientos y sus consecuencias con la penetraci¨®n intelectual que escritores como el turco Orhan Pamuk, la hind¨² Arundhati Roy o el iran¨ª Navid Kermani manifestaban desde hac¨ªa semanas en los grandes diarios alemanes. Hans Magnus Enzensberger fue quiz¨¢ el ¨²nico que plante¨® en el Frankfurter Allgemeine Zeitung algunas ideas l¨²cidas sobre la problem¨¢tica relaci¨®n que la mayor¨ªa del globo no perteneciente a Occidente sigue manteniendo con la modernidad.
Un reflejo impresionante de la situaci¨®n ca¨®tica de la conciencia occidental fue presentado este a?o por Christian Kracht con su novela 1979. Kracht, que hasta ahora s¨®lo hab¨ªa destacado como representante de un grupito de j¨®venes literatos tan ¨¢vidos de publicidad como vac¨ªos de pensamiento, ha escrito un libro de fulgor sombr¨ªo que comienza en Ir¨¢n, en la ¨¦poca de la revoluci¨®n isl¨¢mica y termina pasando por T¨ªbet en un campo de reeducaci¨®n chino. El h¨¦roe del libro es un joven, inspirado claramente en el modelo de Houellebecq, fatalista y dispuesto a adaptarse que corre hacia su perdici¨®n. Entre los productos de la m¨¢s reciente literatura alemana discutidos en la feria de este a?o, la novela de Kracht fue sin duda el m¨¢s importante. Por lo dem¨¢s, como es de rigor en toda Europa, hubo mucha 'literatura simp¨¢tica', como la defini¨® acertadamente un editor espa?ol.
La concesi¨®n del Premio Nobel de Literatura a V. S. Naipaul produjo gran confusi¨®n entre las editoriales alemanas. Su editor de muchos a?os, Kiepenheuer & Witsch, hab¨ªa vendido los derechos de un autor que ¨²ltimamente se vend¨ªa cada vez menos a Classen Verlag, perteneciente al grupo Springer. ?ste s¨®lo dispon¨ªa de dos t¨ªtulos m¨¢s bien antiguos de Naipaul. El mismo d¨ªa de la concesi¨®n del premio se buscaban desesperadamente por todo el pa¨ªs traductores que pudieran entregar a tiempo de la campa?a de navidades el ¨²ltimo libro de Naipaul, un volumen de ensayos. Son estos problemas que no acucian al muy satisfecho editor espa?ol del autor, Constantino Bertolo de la editorial Debate.
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