'?sta es la oportunidad de crear un nuevo orden mundial'
Como presidente de la Uni¨®n Sovi¨¦tica que orden¨® la retirada de tropas de Afganist¨¢n, Mija¨ªl Gorbachov es una de las voces m¨¢s autorizadas para hablar de la actual crisis internacional.
Pregunta. ?Como valora el efecto a largo plazo de la tragedia del 11 de septiembre?
Respuesta. Han sido unos acontecimientos terribles. Todos compartimos el dolor de aquel d¨ªa - lo haremos cuantas veces haga falta- y la dura experiencia que han sufrido los americanos. Creo que la reacci¨®n del mundo, ese sentimiento de solidaridad de la gente de los pueblos del mundo, ayudar¨¢ a EE UU a superar lo ocurrido. Esos atentados nos plantean muchas preguntas, porque no ha sido s¨®lo un crimen contra EE UU, sino un crimen contra la humanidad. Ha sido un acto arrogante de criminales contra todos nosotros. Ahora todos debemos hacer una elecci¨®n entre aceptarlo o rechazarlo. Hemos de elegir. Si EE UU, el Estado m¨¢s potente y m¨¢s democr¨¢tico del mundo, ha tenido esta dura experiencia, est¨¢ claro que nos enfrentamos a un intento de desestabilizar el pa¨ªs m¨¢s poderoso. Y nos afecta a todos. Creo que ahora debe haber unas medidas duras contra los terroristas, contra sus infraestructuras y contra quienes les apoyan. Y la gente est¨¢ a favor de estas medidas.
'Un terrorista podr¨¢ ser castigado, destruido o llevado a la justicia, pero el combustible que alimenta el terrorismo, la pobreza y la frustraci¨®n est¨¢ ah¨ª'
'Estados Unidos ha cambiado tras los ataques de septiembre, pero estar¨ªamos perdiendo la mayor oportunidad si este cambio fuera s¨®lo temporal'
'Debemos asegurarnos de que esta coalici¨®n no es s¨®lo para la campa?a militar. Debe convertirse en el mecanismo para crear un nuevo orden mundial'
Pero tambi¨¦n esperamos que no se traspasen ciertos l¨ªmites para que esto no derive hacia actitudes fascistas contra los ciudadanos normales ni hacia una represi¨®n no justificada. Me ha impresionado mucho o¨ªr a los norteamericanos de la calle, en Nueva York y otras ciudades, hablar sobre las medidas que se deben tomar ahora, y todos creen que esos actos no pueden quedar sin castigo, pero pr¨¢cticamente todos dicen que esto no puede degenerar en una persecuci¨®n, una guerra contra la gente com¨²n, contra los ¨¢rabes, ni contra el islam. Lo m¨¢s importante para m¨ª es que la respuesta a esta acci¨®n terrorista en estas semanas sea la creaci¨®n de una coalici¨®n internacional contra el terrorismo. Lo capital es asegurarnos que esta coalici¨®n no es s¨®lo para esta campa?a militar puntual. Todos la necesitamos. Debe convertirse en un mecanismo para crear un nuevo orden mundial. Que esta necesidad sea entendida y reconocida por los dirigentes de todo el mundo, de Rusia, de China, de EE UU y los dem¨¢s es imprescindible. ?sta es mi posici¨®n.
P. ?C¨®mo cree que ha cambiado Am¨¦rica tras el 11 de septiembre, despu¨¦s de ese unilateralismo que hemos visto en la Administraci¨®n de Bush? ?Cree que ser¨¢ un cambio definitivo en la percepci¨®n de Estados Unidos de s¨ª mismo como un miembro vulnerable de la comunidad internacional?
R. S¨ª, estoy de acuerdo en que ha habido muchos cambios significativos, tanto en la percepci¨®n p¨²blica como en la actitud del Gobierno de EE UU, y creo que son cambios muy importantes.
Creo que los americanos y todos los dem¨¢s estar¨ªamos perdiendo la mayor oportunidad que han abierto estos sucesos tan horribles si dejamos que este cambio sea temporal. Quisiera decir al presidente Bush, personalmente, que esto fue una prueba terrible, pero el hecho de que ¨¦l y su Administraci¨®n est¨¦n en permanente contacto con pr¨¢cticamente todos los miembros de la coalici¨®n internacional es un nuevo estilo, una nueva forma, muy importante, de afrontar los problemas.
Mi primer telegrama al presidente Bush, que le envi¨¦ dos horas despu¨¦s de ver lo ocurrido, fue para decirle que los americanos pueden contar con nuestra solidaridad. Y tambi¨¦n le mencion¨¦, y le insist¨ª, que s¨®lo podemos afrontar este terrible desaf¨ªo si actuamos juntos. Eso es lo m¨¢s importante. Trabajar juntos a largo plazo. Si en la lucha contra el terrorismo comenzamos a tener otros objetivos geopol¨ªticos, si la utilizamos para otros objetivos distintos, para ampliar las respectivas esferas de influencia, malo. La gente sentir¨¢ frustraci¨®n de la pol¨ªtica. Si los pol¨ªticos en el mundo no eran cre¨ªbles, con esta coalici¨®n han recuperado la confianza de la opini¨®n p¨²blica. Ha habido gran desilusi¨®n con los pol¨ªticos que no sab¨ªan llevar el liderazgo. Ahora existe una gran oportunidad de revertir esta situaci¨®n.
P. Usted habla del apoyo que ha conseguido EE UU de numerosos Gobiernos, y tambi¨¦n pueblos. Pero eso ha puesto tambi¨¦n al descubierto un fuerte sentimiento antiamericano en el mundo y una m¨¢s o menos larvada justificaci¨®n de la actuaci¨®n de Bin Laden. ?En d¨®nde est¨¢ la base de este antiamericanismo?
R. Hemos hablado de las primeras reacciones, de lo que ocurri¨®, de la comunidad internacional y de las administraciones. Ahora hay que empezar a distinguir lo que ha estado ocurriendo en el mundo. Uno de nuestros generales rusos que ha luchado en nuestra guerra contra el terrorismo dec¨ªa hace unos d¨ªas que no puedes cambiar a un terrorista. El que se ha convertido en terrorista, dec¨ªa el general, no dejar¨¢ de serlo. Podr¨¢ ser castigado, destruido, paralizado en sus proyectos antes de que los lleve a cabo, podr¨¢ ser llevado a la justicia, pero el combustible del terrorista, la atm¨®sfera que alimenta al terrorismo y en la que se recluta al terrorista est¨¢ ah¨ª: es la falta de condiciones normales de vida, el retraso. Miles de millones de personas viven en la pobreza, sin confianza ni esperanza en su futuro, con extrema frustraci¨®n. Y esa desesperanza y esa frustraci¨®n de millones de personas es lo que utilizan los terroristas para captar miembros.
En realidad, hemos retrocedido. Cuando salimos de la guerra fr¨ªa dec¨ªamos: hay que liberar recursos para permitir el desarrollo y la ayuda real a los pa¨ªses m¨¢s pobres. Habl¨¢bamos de que un porcentaje del producto interior bruto de los pa¨ªses ricos deb¨ªa ser destinado a esos pa¨ªses pobres. ?Pero qu¨¦ pas¨®? Nada. Nada cambi¨®. Todo fue a peor. La globalizaci¨®n s¨®lo ha revertido beneficios a los pa¨ªses ricos, hay m¨¢s pobreza en el mundo, e incluso en EE UU, Gran Breta?a y otros pa¨ªses ricos el porcentaje de pobres ha aumentado, y por eso en estos pa¨ªses tampoco hay tranquilidad ni estabilidad. El abismo entre los pa¨ªses ricos y pobres ha crecido. Han pasado m¨¢s de diez a?os desde entonces y no los hemos aprovechado. Cuando la segunda superpotencia desapareci¨® empezaron los nuevos juegos pol¨ªticos, y la pr¨¢ctica de dichos juegos ha sido una locura.
Por un lado, hemos dicho que el mundo est¨¢ interrelacionado, que todos dependemos de los dem¨¢s, que lo que ocurre en una parte afecta al resto del mundo. Pero, por otro lado, no ha habido voluntad pol¨ªtica para resolver los problemas, no hay un mecanismo para resolverlos. No lo hay. Terminada la guerra fr¨ªa se eligi¨® una estrategia equivocada. El objetivo que nos propusimos era correcto: construir un nuevo orden mundial. Pero eso no se hizo y en su lugar se impuso una estrategia diferente y equivocada. Todo el tiempo habl¨¢bamos de misiles, de sistemas antimisiles, del ABM. Pero ahora emerge el verdadero enemigo en el aut¨¦ntico frente de batalla. Cuando digo esto no quiero justificar el terrorismo. El terrorismo no puede justificarse ni perdonarse en ning¨²n caso. Pero al mismo tiempo hay que sacar conclusiones de lo ocurrido.
P. Usted conoce bien Afganist¨¢n. De hecho, usted fue quien sac¨® a la Uni¨®n Sovi¨¦tica del problema de Afganist¨¢n. ?C¨®mo ve la posibilidad de crear una situaci¨®n estable all¨ª y en los pa¨ªses de su entorno?
R. La Uni¨®n Sovi¨¦tica cometi¨® un gran error cuando entr¨® en Afganist¨¢n, apoyando a unos marxistas afganos centralistas en un pa¨ªs de etnias muy diversas, con formas de gobierno tribales. Esa centralizaci¨®n era totalmente desconocida en Afganist¨¢n. Es el mejor ejemplo de que no se puede imponer por la fuerza ning¨²n gobierno a un territorio que tiene sus propias tradiciones, sus normas de vida y sus relaciones. Nosotros hemos aprendido de aquellas lecciones. Cuando nos retiramos, cooperamos con EE UU, con Ir¨¢n, con India y otros pa¨ªses, no s¨®lo con Afganist¨¢n. Aprendimos. Despu¨¦s surgieron los talibanes, apoyados por conocidos pa¨ªses y fuerzas que no voy a mencionar ahora, y el resultado es un Afganist¨¢n a¨²n m¨¢s pobre que antes. Ahora sabemos que la acci¨®n contra los terroristas en Afganist¨¢n debe ser paralela a la b¨²squeda de una soluci¨®n pol¨ªtica para Afganist¨¢n. El ¨²nico modo de conseguir un Gobierno en ese pa¨ªs es reconocer el papel de estos pueblos, de estas etnias, y siempre a trav¨¦s de una verdadera coalici¨®n. Eso significa que el principal grupo ¨¦tnico, los past¨²n, deben estar representados en el Gobierno. Tengo la impresi¨®n de que est¨¢ empezando a gestarse un tipo de plataforma en este sentido. Afganist¨¢n ha estado en guerra durante 20 a?os, y deber¨ªamos aprender y ayudarles a establecer un Gobierno de coalici¨®n.
P. ?C¨®mo valora la actitud de Putin en esta crisis y el papel que Rusia ha empezado a desempe?ar en esta crisis, de plena colaboraci¨®n con EE UU?
R. Tengo una gran opini¨®n de la actitud de Putin desde las primeras horas de esta situaci¨®n. La crisis ha mostrado que este presidente, que es joven, ha actuado como alguien responsable, sabio y experimentado. No s¨®lo ha habido una solidaridad con Am¨¦rica, sino un apoyo real en la guerra contra los terroristas, y esto es importante. En Rusia hay un gran debate en los medios de comunicaci¨®n sobre la posici¨®n del presidente Putin. Algunos no han apreciado la importancia de su implicaci¨®n en esta situaci¨®n. He seguido tambi¨¦n las reacciones en Occidente y en Estados Unidos a las posturas del presidente ruso. Hay mucha gente que est¨¢ trabajando para destacar que ahora Rusia es necesaria, es grande e importante. Pero ya veremos m¨¢s adelante. Debo decir que el presidente Bush es una persona sincera, pero o¨ªmos tambi¨¦n declaraciones de gente de su entorno cercano que est¨¢ diciendo que la Administraci¨®n norteamericana no va a cambiar nada. Si no cambian nada, si la Administraci¨®n no es capaz de ver las oportunidades que se han abierto con el presidente de Rusia, si no es capaz de acometer estos cambios importantes, todo ello tendr¨¢ consecuencias malas para Am¨¦rica y para el mundo. Creo que todo lo que ha dicho Putin refleja una intenci¨®n muy constructiva de moverse hacia una nueva agenda. De hecho, hace un par de a?os, cuando la Fundaci¨®n Gorbachov en Estados Unidos celebr¨® una conferencia en Boston, mencionamos por primera vez la necesidad de una nueva agenda en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia. Entonces decidimos dise?ar dicha agenda. Dijimos que Estados Unidos y los pa¨ªses desarrollados deber¨ªan entender que los cambios que se producen en el mundo requieren cambios en todos los pa¨ªses. Todos deben cambiar las pol¨ªticas y adaptarse a los nuevos desaf¨ªos. No esperemos a otro 11 de septiembre para hacer esos cambios.
P. Usted ha expuesto ya el papel positivo de Rusia, pero tambi¨¦n ha habido un papel positivo para la coalici¨®n por parte de China, de Ir¨¢n e incluso de India, con todas las dificultades internas de todos ellos. ?Es ¨¦sta la oportunidad de la ONU?
R. Creo que realmente Naciones Unidas ha sido de alguna forma restablecida en esta crisis. Se ha reunido el Consejo de Seguridad, se ha creado un cuerpo para controlar la lucha antiterrorista. La Asamblea General ha adoptado normas, y esto es una respuesta para todos aquellos que quieren despreciar el papel de Naciones Unidas. Necesitamos un orden pol¨ªtico porque el mecanismo existe, es Naciones Unidas. Ustedes han mencionado China, etc¨¦tera; yo menciono la coalici¨®n contra el terror. Todos han tomado posici¨®n en la coalici¨®n contra el terror, hasta Cuba. ?ste es el fen¨®meno que ha ocurrido y debemos preservar la coalici¨®n, mejorarla y utilizar esos mecanismos para crear un nuevo orden mundial.
P. Despu¨¦s del 11 de septiembre empezamos tambi¨¦n a ver otras consecuencias de los cambios, como la destrucci¨®n de los arsenales del IRA. ?Qu¨¦ consecuencias podemos esperar en terrenos tan conflictivos como Oriente Pr¨®ximo y Chechenia?
R. En ninguno de los dos conflictos que citan la situaci¨®n se ha hecho m¨¢s f¨¢cil, sino incluso m¨¢s complicada. En ambos, siento que hay una b¨²squeda seria, un proceso en marcha para moverse hacia un acuerdo. Creo que nuestro presidente quisiera ver m¨¢s que nadie el fin de este conflicto. En Chechenia combaten talibanes, y en Afganist¨¢n combaten chechenos. All¨ª hay realmente terrorismo internacional. El IRA tambi¨¦n acaba de dar un buen ejemplo sobre c¨®mo hay que actuar, y espero que en Oriente Pr¨®ximo los l¨ªderes palestinos e israel¨ªes hagan lo necesario, lo m¨¢ximo posible y lo antes posible para poner fin a esta crisis tan dif¨ªcil. Espero que haya nuevas propuestas pronto en ambos conflictos y que ambos puedan solucionarse pronto.
Sin diente de hierro, pero humanista activo
MIJA?L GORBACHOV ha cambiado el mundo y no se le nota. Este aparatchik cl¨¢sico del inmenso ej¨¦rcito de funcionarios de la Uni¨®n Sovi¨¦tica fue el encargado de declarar la defunci¨®n de un sistema econ¨®mico y un r¨¦gimen pol¨ªtico que se autoproclamaba el fin de la historia. Cuando muri¨® el ¨²ltimo geront¨®crata del Kremlin, Chernienko, otro anciano, el legendario Gromiko, presentaba al Comit¨¦ Central del PCUS a Gorbachov como un hombre amable con dientes de hierro. Quien trate a Gorbachov sabe que Gromiko hablaba por conveniencia y que ya octogenario estaba defendiendo un realismo que siempre tuvo, aunque tamizado por el dogmatismo necesario para la supervivencia en la ¨¦lite sovi¨¦tica. Gorbachov no tiene los dientes de hierro, aunque los tuviera lo suficientemente duros como para sobrevivir en ese mar de pira?as sin escr¨²pulos que era la c¨²pula de su partido. Fue sincero donde nadie lo era al reconocer la quiebra moral, pol¨ªtica y econ¨®mica de su Estado, de su partido y de su ideolog¨ªa. E intent¨® sin ¨¦xito la supervivencia del inmenso imperio bajo un r¨¦gimen distinto al que hab¨ªa hecho navegar por la ruina y la crueldad a los rusos y todas las naciones postradas con ellos. No logr¨® sus fines entonces. Su proyecto principal fracas¨® y parad¨®jicamente todo el mundo debiera sentirse agradecido a este hombre fracasado. Fue derribado del poder por unos involucionistas mediocres y le arrebat¨® el cargo un histri¨®n oportunista y maleado. Despu¨¦s Gorbachov sufri¨® otra p¨¦rdida, quiz¨¢ la mayor, que fue la de su mujer, su inseparable Ra¨ªsa. Y Tras un largo dolor y luto, Gorbachov volvi¨® al mundo con una fundaci¨®n que lleva su nombre y se ha convertido en un motor del fomento de las humanidades y la tolerancia. Un trayecto de vida sin duda memorable.
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