Carros de combate rusos para la Alianza del Norte

El material de guerra prometido hace mes y medio por el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, ha comenzado a llegar al norte de Afganist¨¢n. El secretismo que ha rodeado en los dos ¨²ltimos d¨ªas el paso del r¨ªo Amurdaria, donde la Alianza del Norte bloque¨® la salida de periodistas hacia Tayikist¨¢n, ten¨ªa otro motivo que el de elevar el precio de la mordida. Unos 100 blindados y cuatro decenas de carros de combate T-55, un modelo que no es de los m¨¢s modernos del arsenal b¨¦lico de Rusia, cruzaron la frontera para reforzar la capacidad militar de esta coalici¨®n opositora al r¨¦gimen de los talibanes.

Las dificultades de movimiento, con las primeras nieves cubriendo ya los pasos monta?osos superiores a los 4.300 metros, impedir¨¢n su traslado por carretera a los frentes de Kabul. El aeropuerto que desde hace semanas se construye a hurtadillas en los alrededores de Gulbahar, localidad pr¨®xima a la boca del Panchir, podr¨ªa ser la alternativa a¨¦rea. A pesar de disponer de una ¨²nica pista de arena, este aer¨®dromo de emergencia (el de Bagram se encuentra inutilizado por la cercan¨ªa de los talibanes y por su deterioro) podr¨ªa albergar tanto helic¨®pteros de transporte como aviones medianos del tipo C-130 H¨¦rcules.

Lo m¨¢s l¨®gico, seg¨²n los expertos, es que ese material se dirija al frente de Mazar-i-Sharif, segunda ciudad de Afganist¨¢n, pr¨®xima a las fronteras con Tayikist¨¢n y Uzbekist¨¢n, y cuya ca¨ªda en manos de la Alianza acelerar¨ªa la conquista del norte del pa¨ªs y abrir¨ªa una nueva v¨ªa hacia Kabul a trav¨¦s de Salang, la ¨²nica carretera asfaltada de Afganist¨¢n. Los 400 kil¨®metros que separan Mazar-i-Sharif de la capital se pueden recorrer en 12 horas, una alternativa cabal a los cinco d¨ªas que supone la actual ruta bajo control de la Alianza entre el r¨ªo Amurdaria y las cercan¨ªas de Kabul.

Al valle del Panchir, la retaguardia inexpugnable de la Alianza del Norte, la que dio a Ahmed Masud el t¨ªtulo de Le¨®n del Panchir durante la ocupaci¨®n sovi¨¦tica, ha llegado una delegaci¨®n militar estadounidense cuya misi¨®n es colaborar con los mandos aliancistas en el dise?o de un ataque sobre las posiciones de los talibanes.

Otro grupo de asesores similar aconseja desde hace una semana, en el norte, al general uzbeko Rashim Dostum sobre el mejor modo de capturar Mazar-i-Sharif. Ni esos asesores ni los bombardeos estadounidenses han logrado, por ahora, cambio alguno en la situaci¨®n sobre el terreno. Dostum sigue estancado a pocos kil¨®metros del aeropuerto y no se ha producido el anhelado levantamiento interno de la poblaci¨®n.