Las familias de las v¨ªctimas reciben cenizas de las Torres Gemelas
2.000 personas asisten al funeral en los escombros de la 'zona cero'
Por primera vez desde el 11 de septiembre, las labores de desescombro se interrumpieron durante varias horas en la zona cero. En lugar de gr¨²as y excavadoras se escucharon cantos y oraciones. Unos 2.000 familiares de las v¨ªctimas asistieron ayer a una ceremonia ecum¨¦nica. Todos recibieron una urna con cenizas del World Trade Center para compensar que s¨®lo se ha identificado una d¨¦cima parte de los m¨¢s de 4.000 desaparecidos.
Soplaba una brisa fr¨ªa y seca. Suficiente para llenar la atm¨®sfera del humo que sigue saliendo de las entra?as de la zona cero y propaga un olor quemado, nauseabundo y rancio. Durante toda la ma?ana los bomberos se afanaron, sin mucho ¨¦xito y grandes mangueras, en mitigar el fuego para evitar que los gases que normalmente se respiran en toda la zona acabaran con los ojos, las gargantas y las emociones de los asistentes.
Detr¨¢s del escenario se ve¨ªan las gr¨²as inm¨®viles y las carcasas calcinadas de las torres. 'Nunca olvidaremos', rezaba una enorme pancarta en uno de los edificios.
'Es importante que por lo menos puedan venir aqu¨ª y rezar y sentir un contacto con los que perdieron', dijo el s¨¢bado el alcalde de la ciudad, Rudolph Giuliani, para justificar una nueva misa de recuerdo. 'Es dif¨ªcil pensar en estos t¨¦rminos, pero ahora el World Trade Center es un enorme cementerio, para algunos puede aportar alg¨²n alivio estar all¨ª, para otros no'.
Y de hecho s¨®lo unos pocos familiares, algo m¨¢s de 2.000 personas, asistieron ayer a los funerales. Llevaban abrigos y fotos de los muertos. Todos recibieron una urna conmemorativa con cenizas de la zona cero, una iniciativa de la alcald¨ªa destinada tanto a aliviar la pena como a desalentar el comercio de restos.
Muchos prefirieron no estar. De los 4.167 desaparecidos, s¨®lo se han encontrado los cad¨¢veres de 506 personas, de las que tan s¨®lo 454 han sido identificadas. Resignadas a no poder enterrar a los suyos, la mayor¨ªa de las familias ya han llevado a cabo sus propios funerales. Algunos, adem¨¢s, ya han estado en la zona cero. La alcald¨ªa ha organizado numerosas visitas privadas al que es oficialmente el 'escenario de un crimen', donde nadie, aparte de investigadores y equipos de trabajo, tiene acceso.
Pero esto no rest¨® emoci¨®n a la ceremonia. Hasta ayer, los trabajos de rescate y desescombro s¨®lo se hab¨ªan interrumpido en una ocasi¨®n, el 11 de octubre a las 8.48 de la ma?ana, para conmemorar con un breve silencio el mes transcurrido desde el impacto del primer avi¨®n contra la Torre Norte.
La hora de rezos, oraciones y discursos tuvieron un l¨ªgero sabor a d¨¦ja vu. Dos semanas despu¨¦s de los atentados, la alcald¨ªa ya organiz¨® una multitudinaria misa ecum¨¦nica en el estadio de los Yankees. En aquella ocasi¨®n, Pl¨¢cido Domingo cant¨® el Ave Mar¨ªa. Ayer le toc¨® al turno al tenor italiano Andrea Bocelli. Tambi¨¦n actuaron el compositor ingl¨¦s Andrew Lloyd Weber y la soprano Ren¨¦e Fleming, que enton¨® el ya tradicional God bless America.
'Nos quitaron a los nuestros de forma viciosa e instant¨¢nea', dijo el cardenal Edward Egan, arzobispo de Nueva York. Poco despu¨¦s el imam Izak-el Muid el Pasha critic¨® la manipulaci¨®n del islamismo. 'No pueden usar nuestra fe para justificar estas cosas terribles'.
El aspecto de la zona cero ha cambiado poco a poco en mes y medio: los equipos de obreros y bomberos trabajan a destajo 24 horas al d¨ªa. Se calcula que ya se ha extra¨ªdo una cuarta parte del mill¨®n de toneladas de acero y cemento a los que quedaron reducidos los 110 pisos de las dos torres. A partir del mes de diciembre, debido al invierno, se cancelar¨¢n los turnos de noche. Grandes excavadoras realizan ahora el 75% de la tarea que empez¨® como un meticulosa labor manual en busca de supervivientes. Las autoridades esperan terminar de limpiar la zona dentro de un a?o.
El fuego sigue siendo un problema: alimenta la constante e inquietante columna de humo que sale del lugar y dificulta las obras. El incendio que se gener¨® a ra¨ªz de la explosi¨®n se ha alimentado durante todos estos d¨ªas del material de las torres, desde papeles hasta muebles, y de bolsas de aire atrapadas en los escombros. La aparatosa nube blanca tambi¨¦n es el vapor car¨¢cter¨ªstico del sistema de calefacci¨®n de Nueva York.
Los familiares de las v¨ªctimas se enfrentan al papeleo: certificados de defunci¨®n, ayudas, cr¨¦ditos, un sinf¨ªn de burocracia con el que deben toparse d¨ªa tras d¨ªa. Se han recaudado m¨¢s de 800 millones de d¨®lares, pero la ayuda est¨¢ llegando mal y tarde.
Muertos con nombre
La semana pasada, los restos de ocho personas, cuyos nombres no se han dado a conocer, pudieron ser identificadas por primera vez con muestras de ADN. A los pocos d¨ªas de los atentados y ante la certeza de que muchos cad¨¢veres nunca ser¨ªan recuperados, la alcald¨ªa inst¨® a los familiares a traer pruebas gen¨¦ticas que pudieran reconocer a los suyos. Llegaron con cepillos de dientes, peines e incluso chicles mascados, cualquier objeto personal. El gigantesco rompecabezas ser¨¢ largo y penoso. Cientos de trozos de cad¨¢veres llegan todos los d¨ªas hasta las instalaciones especiales del equipo forense de Nueva York, todos en bolsas separadas numeradas. Para acelerar la tarea, muchas muestras se mandan a laboratorios privados. Hasta ahora s¨®lo se han puesto nombre y apellido a algo m¨¢s del 10% de las m¨¢s de 4.000 v¨ªctimas.
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