Washington se reuni¨® 20 veces con los talibanes para tratar la entrega de Bin Laden
En los ¨²ltimos tres a?os, cuando la CIA ya hab¨ªa montado operaciones secretas para tratar de asesinar a Osama Bin Laden, el Gobierno de EE UU manten¨ªa contactos diplom¨¢ticos secretos con los dirigentes talibanes para tratar de lograr la entrega del terrorista saud¨ª. El Departamento de Estado mantuvo al menos 20 reuniones en varios continentes con representantes talibanes, aunque nunca vislumbr¨® demasiado inter¨¦s por llegar a un acuerdo sobre Bin Laden.
Las ¨²ltimas conversaciones entre representantes diplom¨¢ticos de EE UU y del r¨¦gimen talib¨¢n tuvieron lugar apenas unos d¨ªas antes de los atentados del 11 de septiembre. Los talibanes, que llegaron a visitar Washington cargados con una alfombra para Bush, nunca rebajaron sus condiciones para la entrega de Bin Laden: que el tribunal que lo juzgara estuviera en un pa¨ªs musulm¨¢n y EE UU aportara antes pruebas de su implicaci¨®n en actividades terroristas.
En realidad, seg¨²n la informaci¨®n desvelada por The Washington Post, el r¨¦gimen talib¨¢n nunca tuvo inter¨¦s alguno en entregar al terrorista. Uno de los negociadores estadounidenses reconoce con frustraci¨®n que en aquellas conversaciones 'hab¨ªa que tener mucha paciencia'. 'Nos desesper¨¢bamos porque nos dec¨ªan que har¨ªan algo y nunca hac¨ªan nada', asegura.
Expertos en pol¨ªtica internacional creen que EE UU tambi¨¦n cometi¨® un error de estrategia diplom¨¢tica en aquellas negociaciones: no ofreci¨® una f¨®rmula capaz de evitar el miedo al rid¨ªculo del r¨¦gimen talib¨¢n si entregaban a un musulm¨¢n a una potencia infiel.
Exigencia de pruebas
Los enviados talibanes, que se reunieron en p¨²blico y en secreto con delegados de EE UU, siempre exig¨ªan pruebas de la implicaci¨®n de Bin Laden en atentados terroristas, lo que resultaba exasperante para los negociadores occidentales. Despu¨¦s de los atentados en las Embajadas estadounidenses de Kenia y Tanzania, la insistencia talib¨¢n por obtener pruebas comenzaba a ser grotesca. Michael Malinowski, diplom¨¢tico del Departamento de Estado, lleg¨® a mantener varias conversaciones con el l¨ªder supremo, Mohammad Omar. 'Le dec¨ªa: 'Entregadnos a Bin Laden', y siempre me contestaba: 'Ense?adnos las pruebas', cuenta Malinowski en el Post.
Se mantuvieron reuniones en Afganist¨¢n, Pakist¨¢n, Alemania y EE UU. Los contactos diplom¨¢ticos eran en realidad una tercera v¨ªa contra Bin Laden: la ONU trabajaba en el frente de las sanciones y la CIA contaba con el permiso y la orden de Bill Clinton de asesinar a Bin Laden si lograban determinar su paradero.
El mayor avance se produjo en octubre de 1999, cuando los talibanes ofrecieron llevar a Bin Laden a un pa¨ªs musulm¨¢n para que fuera juzgado por un tribunal compuesto por tres magistrados escogidos por Afganist¨¢n, Arabia Saud¨ª y EE UU. Washington se neg¨® a aceptar esa propuesta.
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