Hallado ¨¢ntrax en los departamentos de Estado y de Sanidad
El lev¨ªsimo reguero del ¨¢ntrax sigue extendi¨¦ndose por los edificios oficiales de Washington. El Departamento de Estado anunci¨® ayer el descubrimiento de 'cantidades muy peque?as' de la bacteria en dos de sus dependencias de correos situadas en la sede principal y en una valija diplom¨¢tica que iba a ser enviada a la Embajada de Estados Unidos en Per¨². Tambi¨¦n se detect¨® un rastro de ¨¢ntrax en un edificio que aloja al Departamento de Sanidad, a la Administraci¨®n de Alimentos y Drogas y a la emisora La Voz de Am¨¦rica.
Un portavoz del Departamento de Estado indic¨® que al menos una parte del ¨¢ntrax, que por el momento no ha obligado a cerrar la sede para someterla a desinfecci¨®n, apareci¨® en cartas dirigidas al Programa de Recompensas de la Justicia, una iniciativa con la que se remuneran las informaciones confidenciales relativas a los organizadores de los atentados del 11 de septiembre o de acciones similares en el futuro.
Los miembros del Tribunal Supremo tuvieron que reunirse fuera de la sede de la instituci¨®n, por primera vez desde que se construy¨® el edificio, en 1935, porque prosegu¨ªa la inspecci¨®n y desinfecci¨®n en sus oficinas. El Supremo, en cuyas oficinas de correos se detect¨® contaminaci¨®n por ¨¢ntrax el pasado viernes, permanecer¨¢ cerrado tambi¨¦n hoy. Los jueces, mientras tanto, trabajan en dependencias prestadas por un tribunal federal.
La difusi¨®n de ¨¢ntrax a trav¨¦s del sistema postal ha causado por el momento da?os relativamente limitados. Han muerto tres personas, cinco han contra¨ªdo la enfermedad por las v¨ªas respiratorias y otras cinco sufren infecciones cut¨¢neas, entre las 32 personas expuestas a la bacteria. El ¨²ltimo caso de enfermedad pulmonar se confirm¨® el domingo por la noche; la v¨ªctima es un cartero de Nueva Jersey, la zona donde parece encontrarse el epicentro de la misteriosa trama.
Inquietud extrema
El ¨¢ntrax no ha causado da?os masivos entre la poblaci¨®n, pero est¨¢ convirti¨¦ndose en un problema grave para la Administraci¨®n de George W. Bush, que parece incapaz de atajar unos sucesos que producen una inquietud extrema entre la poblaci¨®n. El FBI lleva semanas investigando qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de la propagaci¨®n de la bacteria, sin resultados hasta el momento. Ninguna pista permite establecer relaci¨®n entre los atentados con ¨¢ntrax y el grupo Al Qaeda, al que pertenec¨ªan supuestamente los autores de los atentados masivos del 11 de septiembre.
Los autom¨®viles que utilizaban Mohamed Atta y Waleed Alshehri, dos de los secuestradores a¨¦reos que lanzaron aviones contra las Torres Gemelas neoyorquinas, han sido analizados exhaustivamente sin que apareciera el menor rastro de esporas. Entretanto, crecen las especulaciones en torno a la posibilidad de que la difusi¨®n de ¨¢ntrax proceda de ciudadanos estadounidenses de extrema derecha o enemigos del Gobierno federal.
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