Ya est¨¢ bien de dioses
Un musulm¨¢n mata cristianos en Pakist¨¢n, y otro jud¨ªos en Israel, desde donde cada d¨ªa se matan musulmanes en Palestina. Y los cristianos matan musulmanes a chorro en Afganist¨¢n; despu¨¦s de que un pu?ado de musulmanes enga?ados por sus ulemas mataron a cinco mil personas en las Torres Gemelas de Nueva York. ?Ya est¨¢ bien de dioses! Hace dos mil a?os se asesina por ellos.
Otras religiones han sido iguales: los paganos entregaban los suculentos cristianos a sus leones fam¨¦licos ante un p¨²blico que ard¨ªa de risa y patriotismo; los descendientes de los devorados quemaron a los paganos, los infieles y los herejes. No hablo de Asia, o de la Am¨¦rica precolombina.
Los grandes asesinos del mundo inventaron dioses para justificar sus cr¨ªmenes, sus repugnantes 'guerras justas': para acumular riquezas (todas las del mundo) creando el hambre en los dem¨¢s, los cuales mataron para comer algo.
Hace un largo par de centurias brill¨® la idea de la igualdad, que se reconstruy¨® en el siglo XX en un par de colectivismos; la raz¨®n acompa?ada de guillotinas, exterminios, c¨¢maras de gas, y los defensores de esa raz¨®n a su vez exterminados por los que les dominaron. Tengo n¨²meros de historiadores con insensatas intenciones de objetividad -extranjeros, digo- que creen que hubo en el XX m¨¢s v¨ªctimas del anticomunismo que del comunismo. No es cosa de cantidad.
Los fascistas fueron menos asesinados cuando perdieron porque serv¨ªan para trabajar en el anticomunismo. En todo esto hab¨ªa teolog¨ªas candentes. Vi mandar matar bajo palio; y tribunales militares que mandaban asesinar con un crucifijo y con un sable desnudo en la mesa.
Estas matanzas bajo los tres dioses son matanzas de civiles que rezan mientras mueren, como otros rezan mientras matan. El asombro y el dolor de la matanza de Nueva York no ha cesado, y ya duele el de los desgraciados habitantes de Afganist¨¢n, v¨ªctimas de los grandes b¨¢rbaros de Am¨¦rica que lanzan contra su adobe las armas nuevas de su civilizaci¨®n, conseguida del expolio de tres cuartas partes del mundo; incluso de los que viven en sus calles m¨¢s podridas.
Vi en las ruinas de Nueva York, donde est¨¢n a¨²n cinco mil asesinados, una ceremonia ecum¨¦nica con varios sacerdotes, porque las v¨ªctimas (del sistema en que viv¨ªan y del que les mat¨®) eran de varias religiones.
Es bueno este opio si ayuda a los supervivientes. Pero convendr¨ªa que nos dej¨¢ramos ya de los tres dioses, y de todos los dem¨¢s. Y de los C¨¦sares.
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