Aplausos y elogios para acallar los ataques al vicepresidente

Entr¨® el vicepresidente Rodrigo Rato en el hemiciclo a las 16.17 y esper¨® en una esquina a que concluyera un recuento parcial. Le vieron antes los diputados de la oposici¨®n que los de su grupo, y cuando se encamin¨® hacia el esca?o, un ruidoso abucheo al grito de '?dimisi¨®n!' procedente de los bancos de la izquierda se acopl¨® al estruendoso aplauso de las filas populares.

Tras el primer recuento de apoyos, el ministro se enfrasc¨® en la tarea de responder a seis socialistas que dirigieron sus cr¨ªticas a Rato por simultanear su cargo con m¨²ltiples intereses empresariales privados. Rato mantuvo el entusiasmo de sus filas pese a que no cont¨® con el apoyo del presidente del Gobierno. Cuando Aznar termin¨® de contestar a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Gaspar Llamazares, le hizo un gesto a Rato indic¨¢ndole que se ten¨ªa que ir. Con Aznar salieron Javier Arenas y los ministros Josep Piqu¨¦ y ?ngel Acebes. Y sin su presencia, m¨¢s de un esca?o por cada fila del Grupo Popular qued¨® vac¨ªo.

El respaldo del PP a Rato, acorralado entre preguntas cargadas de reproche por los intereses particulares del vicepresidente, tom¨® la forma de halago p¨²blico. El diputado popular por Sevilla Juan Manuel Albendea le hizo una pregunta que result¨® una felicitaci¨®n por haber llevado a Espa?a a Maastricht: 'Es ese hecho incontestable, y es por hechos de ese relieve por los que pasar¨¢ usted, se?or vicepresidente, a la historia de este pa¨ªs, y no por los infundios...'. Los rumores, abucheos y exclamaciones de '?pelota!' pararon moment¨¢neamente la sesi¨®n. Pero Albendea volvi¨® a la carga: '...no por los infundios con los que la oposici¨®n intenta manchar su limpia trayectoria pol¨ªtica'.

La socialista Isabel L¨®pez Chamosa fue la m¨¢s activa en sus reproches a Rato. Hasta el punto de que la presidenta de la C¨¢mara, Luisa Fernanda Rudi, la llam¨® al orden en dos ocasiones. Luego, como reincid¨ªa, y quiz¨¢s para evitar su expulsi¨®n con una tercera llamada al orden, Rudi se limit¨® a pedirle que se callara. Y junto a los abucheos, los pateos. Arreciaron tanto desde los ¨²ltimos esca?os del PSOE como desde las filas de IU.

Con Antonio Cuevas, Rato estuvo cortante, y el PP indiferente. Cuando Rudi dio la palabra a Mar¨ªa Teresa Costa, la bancada popular la recibi¨® con un sonoro abucheo y el ministro le dedic¨® un dardo envenenado. Costa, entre bromas cinematogr¨¢ficas, le pregunt¨® por su pol¨ªtica de nombramientos. Rato se?al¨® a Rodr¨ªguez Zapatero, le respondi¨® que, sobre pel¨ªculas, el PSOE le recuerda a Los otros, donde los protagonistas creen que est¨¢n vivos pero est¨¢n muertos, como los socialistas.

Luego brome¨® a cuenta del nombramiento del socialista Jaime Gonz¨¢lez para la Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa -un asunto que tuvo empantanado el pacto sobre la renovaci¨®n de cargos institucio-nales-, y mirando a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, replic¨®: 'No he dicho nada, no se enfade'.

Los abucheos y llamadas al orden acompa?aron a los otros cuatro diputados socialistas. Y como despedida a Rato, el PP volvi¨® a la ovaci¨®n.