El Bar?a espabila

No sin cierto regusto, el Bar?a se sac¨® ayer el mal sabor que le amarga desde hace algunas semanas y, frente al flojo London Towers, sum¨® su segunda victoria en la competici¨®n europea (67-99). El conjunto de A¨ªto Garc¨ªa Reneses se desquit¨® as¨ª de las dos ¨²ltimas derrotas en Europa y de la m¨¢s sangrante, en la Liga, ante el Madrid.

Pese a lo abultado del marcador final, y frente a un equipo vulgar como el London, el Bar?a dio s¨ªntomas de debilidad, especialmente en el primer tramo del encuentro. Les falta a los de A¨ªto Garc¨ªa Reneses ese punto de calidad que les permit¨ªa la temporada pasada arrollar a sus rivales desde el inicio. De tal modo que, ayer, lejos de deshacerse con rapidez de los ingleses como hubiera sucedido anta?o, el equipo azulgrana hubo de esperar al tercer cuarto para poner amo al partido. Y fue as¨ª porque, pese a la anarqu¨ªa del conjunto dirigido por Lino Frattin, el Bar?a se mostr¨® incapaz de frenar a Eppehimer, el aut¨¦ntico motor del London. El peque?o base ingl¨¦s, con 15 puntos en los dos primeros cuartos, logr¨®, a base de penetraciones y alg¨²n que otro triple, agujerear la defensa azulgrana e impedir que el Bar?a se marchara en el marcador en el primer tramo del encuentro. De este modo, el equipo de A¨ªto, que lleg¨® a tener una ventaja de 11 puntos en el primer cuarto (9-20), vio como su renta al descanso era s¨®lo era de cinco puntos (37-42).

Parad¨®jicamente, el Bar?a encontr¨® ayer su fil¨®n en el punto m¨¢s flaco que se le supone esta campa?a: el juego interior. El equipo azulgrana supli¨® su inoperancia en el per¨ªmetro -ni Karnisovas ni Navarro anduvieron finos los dos primeros cuartos- con r¨¢pidos contrataques y canastas f¨¢ciles dentro de la zona. Y fue ah¨ª donde Rentzias se hizo el amo. El pivot griego a?adi¨® ayer a su habitual buena mu?eca -fue el m¨¢ximo anotador en los dos primeros cuartos-, la potencia e intimidaci¨®n que se le reclama cerca del aro.

Ese dominio se hizo especialmente notorio en el tercer cuarto, cuando el equipo de A¨ªto se decidi¨® a sellar el sino del partido. El Bar?a apret¨® los dientes en defensa y Rodr¨ªguez, con un marcaje extenuante, anul¨® a Eppehimer, la principal v¨ªa anotadora del London. El desastroso juego de los ingleses se encarg¨® de hacer el resto.