Tres millones de muertos bajo Madrid
Cerca de 800.000 personas visitaron los cementerios de la capital en el D¨ªa de Todos los Santos
Bajo el suelo de Madrid hay enterrados unos tres millones de cad¨¢veres, casi el mismo n¨²mero de personas que cada d¨ªa camina por las calles de la capital. Para rendir culto a los muertos, unos 800.000 ciudadanos, seg¨²n c¨¢lculos de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios, acudieron ayer a los 22 camposantos que hay en Madrid (13 municipales, cuatro sacramentales, cuatro parroquiales y el cementerio brit¨¢nico, que depende del Consulado de Reino Unido). 'Aunque ha venido m¨¢s gente por la tarde que por la ma?ana, s¨ª que se nota que han acudido en menor n¨²mero que otros a?os', coment¨® Sabino Abanades, director de servicios de la empresa funeraria.
La necr¨®polis que m¨¢s enterramientos tiene (un 52% del total de los que hay en Madrid) es el cementerio Sur (en el kil¨®metro 6 de la carretera de Toledo), seguido por la Almudena, en el barrio de La Elipa, con un 40%, seg¨²n Servicios Funerarios.
Los vendedores de flores durmieron junto a las necr¨®polis para que no les robasen el g¨¦nero
Antes de llegar a la tumba de sus deudos, miles de personas sufrieron los atascos, las colas a la entrada y, sobre todo, los precios abusivos de los puestos de flores. 'No lo voy a negar. Aqu¨ª hacemos el negocio, si no, no estar¨ªamos aqu¨ª. En un d¨ªa sacamos 400.000 pesetas. La docena de claveles rojos la conseguimos en un almac¨¦n a 540 pesetas y hoy la vendemos a m¨¢s del doble, a 1.200', confesaba Mar¨ªa de los ?ngeles C., una de las vendedoras, que, habitualmente, se dedica a limpiar casas. 'S¨ª, es un timo', reconoc¨ªa.
La familia de Mar¨ªa de los ?ngeles tom¨® uno de los laterales del cementerio de la Almudena: coloc¨® cinco puestos y puso a un miembro de la familia al frente de cada negocio. 'En un puesto est¨¢ mi marido, en otro mi madre, en el otro mi hermano... En total, unas siete familias controlamos, en una fecha como hoy, toda la zona y nos respetamos entre nosotros. Hacemos lo mismo otros d¨ªas, como el dedicado a la madre. El ¨²nico problema lo tenemos con algunos floristas, que pasan de todo y ponen los precios que quieren', a?ad¨ªa Mar¨ªa de los ?ngeles. Esta mujer, y todo el que ayer despleg¨® un puesto, pag¨® una licencia municipal a 1.400 pesetas el metro cuadrado. 'Tengo un puesto fijo por el que ya pago 600.000 pesetas al a?o y encima ahora tengo que pagar esta licencia extra', se quejaba otra vendedora. Aunque algunos no pidieron licencia y se las apa?aron con un cubo y varios ramos de crisantemos con los que atosigaban a todo el que pasaba por delante.
Eso s¨ª, todos los vendedores de flores durmieron la noche anterior al lado del cementerio para cuidar que nadie tuviese la tentaci¨®n de llevarse parte del negocio. 'No me hace ninguna gracia dormir junto a los muertos, pero es la ¨²nica manera de que no nos quiten las flores. Por la noche viene gente en coche dispuesta a llevarse los ramos', afirmaba un vendedor. 'Esto es un robo, un abuso. Pero no s¨®lo aqu¨ª, tambi¨¦n en las florister¨ªas. En Ascao, la docena de claveles est¨¢ a 1.500 pesetas', protestaba Pilar G¨®mez, que acudi¨® a la Almudena para recordar a sus suegros.
Mientras, la Polic¨ªa Municipal, que reforz¨® sus unidades para evitar problemas de aglomeraci¨®n, trataba de evitar la venta ilegal de flores y las retenciones de tr¨¢fico.
Dentro de los cementerios, las familias dejaban los ramos encima de las tumbas, tras pasar una bayeta mojada con agua y detergente. En las fuentes del cementerio de Carabanchel se formaron largas colas, las papeleras pronto se desbordaron y la basura empez¨® a acumularse en los bordes de los caminos.
Mar¨ªa Teresa, de 74 a?os, se perdi¨® entre tanta tumba y ley¨® el epitafio de varios nichos hasta que encontr¨® el lugar donde reposan los restos de su marido. 'A ver, familia Sancho, pues no... Familia Herr¨¢ez, pues tampoco. Es que mi punto de referencia es una fuente... y la deben de haber cambiado', coment¨® mientras se alejaba, apoyada en un bast¨®n, a investigar por otra zona de la Almudena.
Numerosas familias gitanas guardaron sus tumbas durante todo el d¨ªa. 'Las cuidamos mucho mejor que los payos, que las tienen llenas de polvo', dec¨ªan. 'Estamos aqu¨ª desde las siete de la ma?ana y no comemos nada. Hoy es un d¨ªa para hacer compa?¨ªa a los muertos', sentenciaba Raquel G¨®mez Montoya, de 24 a?os, que acudi¨® al cementerio de Carabanchel con su hijo peque?o y 30 familiares m¨¢s.
Pero no todo el mundo pudo rezar una oraci¨®n y dejar unas flores a los fallecidos. Las personas que acudieron por la tarde al cementerio brit¨¢nico encontraron las puertas cerradas a cal y canto y con un cartel que dec¨ªa que el horario de apertura es martes, jueves y s¨¢bado de 10.00 a 13.30. 'Es incre¨ªble que no abran todo el d¨ªa en una fecha como hoy, con la de gente que viene', se quejaba una mujer de la Rep¨²blica de Georgia. 'Vengo a visitar la tumba de una mujer brit¨¢nica a la que yo cuidaba', explicaba una chica ecuatoriana. Al final, la joven dej¨® las flores a la puerta del cementerio, con una nota en la que rogaba que, cuando abriesen, alguien las depositase en el lugar indicado.
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