Trastornos y pasiones
Pese a su reiterada presencia, pr¨¢cticamente hegem¨®nica en la novela, el amor, o en su expresi¨®n m¨¢s moderna, la pasi¨®n, suscita y suscitar¨¢ siempre controvertibles exploraciones, m¨¢s all¨¢ de sus aspectos netamente psicol¨®gicos. Entre lo inveros¨ªmil, los peligros de caer en la cursiler¨ªa y los descalabros en la convulsa fisiolog¨ªa o en la pornograf¨ªa m¨¢s ardiente, lo cierto es que las historias de amor siguen siendo, hoy como ayer, una materia narrativa inagotable y tal vez igualmente misteriosa. Sea como sea, el amor nos concierne de un modo tan impetuoso que ninguno de sus reflejos nos resulta ajeno.
La escritora hebrea Tsruy¨¢ Shalev
VIDA AMOROSA
Tsruy¨¢ Shalev Traducci¨®n de Ana Mar¨ªa Bejarano Galaxia Gutenberg/C¨ªrculo de Lectores. Barcelona, 2001 348 p¨¢ginas. 3.200 pesetas
(1959), que se inici¨® como poeta con Easy Target for Snipers (1988), despu¨¦s de una primera novela h¨ªbrida a¨²n de poes¨ªa y prosa, consigui¨® con Vida amorosa, publicada en Israel en 1997, el reconocimiento en su pa¨ªs como 'el mayor logro literario del a?o'. Vida amorosa adeuda a¨²n mucho a la poes¨ªa, pero menos por sus componentes l¨ªricos que por la experta adecuaci¨®n de un ritmo sabiamente sostenido, que no decae a lo largo de sus apretadas p¨¢ginas.
Ese ritmo de monodia, en la voz de Yaara, una joven casada que trabaja en la universidad, se pliega a una en¨¦rgica introspecci¨®n cuando conoce al sexagenario Arieh, amigo de juventud de su padre, con quien inicia una tormentosa y secreta relaci¨®n, cuyo desenlace, que planea amenazadoramente desde el primer instante, le acarrea un desequilibrio total cuyas consecuencias se adivinan inevitablemente desastrosas. 'Pero en realidad', se interroga la propia narradora en las primeras p¨¢ginas, '?hay algo que termine bien?'.
Lo cierto es que la pasi¨®n de Yaara por Arieh no es rec¨ªproca, como toda pasi¨®n que merece ser contada. Mientras que para ella la sumisi¨®n al viejo amante es una forma de envilecimiento, con fugaces momentos de delirante compensaci¨®n, provocados por la exigencia de 'darle una oportunidad a la vida', para Arieh -hombre c¨ªnico y violento, que encierra a la muchacha y ejerce de verdugo bondadoso- la relaci¨®n no es m¨¢s que un juego de dominaci¨®n, acaso el ¨²ltimo juego de una vida rica en batallas de amor, para quien la pasi¨®n, a esas alturas de su edad, se inserta en 'un aburrimiento general dif¨ªcil de disipar'.
Esta confrontaci¨®n, vista siempre a trav¨¦s de los ojos de la mujer, empa?a toda la novela de una peculiar atm¨®sfera de pesadilla, pero de una pesadilla, se podr¨ªa decir, de componentes alucinatorios gratos para los sentidos, como una derivaci¨®n masoquista que no deja sitio para otra cosa. As¨ª, a Yaara todas sus referencias vitales se le esfuman -su matrimonio, su casa, su trabajo, su familia- y se ve sin remedio arrastrada por un trastorno continuado y absurdo que, no obstante, se transforma en la equivocaci¨®n m¨¢s f¨¦rtil para saber qu¨¦ sucede cuando se renuncia a la voluntad.
La novelista es implacable
con su hero¨ªna, y ¨¦sta es igualmente l¨²cida con su dependencia nada recomendable: 'Tu problema', se dice a s¨ª misma, 'es que no distingues entre tu vida y tu vida amorosa'. As¨ª pues, en realidad el tema de Vida amorosa no es tanto la pasi¨®n como la patolog¨ªa de la exclusividad. Mediante esta observaci¨®n radical, Tsruy¨¢ Shalev ha escrito una novela aparentemente enga?osa, muy inteligente, pues bajo los trazos de una historia de amor se revela la necesidad de interpretar la 'sucesi¨®n de faltas y descuidos' que se ocultan a los ojos. ?Se puede evitar la equivocaci¨®n? Para Yaara, que ya nunca podr¨¢ volver a su vida anterior, su pasi¨®n por Arieh es una mala lectura, como ella misma descubre al proponer como tema de su tesis las leyendas de la destrucci¨®n del Templo, escritas para confundir al lector, para ayudarle a fracasar. Pero a diferencia de las lecturas equivocadas o convencionales de filolog¨ªa, que no suponen ning¨²n desastre, 'cuando se equivoca uno en la lectura de la vida, se paga caro'.
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