Pisos del Tur¨® de la Peira con aluminosis y sin rehabilitar se venden a inmigrantes
Aluminosis es un palabra que no dice demasiado a la poblaci¨®n inmigrante que se establece en el Tur¨® de la Peira. Sea por desconocimiento o directamente por enga?o, cada vez son m¨¢s las transacciones de pisos y locales afectados por esa patolog¨ªa estructural que provoc¨® un derrumbe mortal en la calle del Cad¨ª hace pr¨¢cticamente 11 a?os. Aunque es dif¨ªcil cuantificar el n¨²mero de pisos que se venden sin haber sido reformados, el distrito estima que no menos de un 10% de las aproximadamente 600 viviendas que quedan por rehabilitar han sido vendidas ya a inmigrantes.
Aparte del posible enga?o, lo que m¨¢s preocupa ahora a los responsables del distrito es que estos pisos aquejados de graves deficiencias estructurales est¨¢n sobreocupados. Con frecuencia se instalan varias familias en viviendas de apenas 60 metros cuadrados. A esta problem¨¢tica hay que a?adir otro dato negativo para los nuevos propietarios: el Ministerio de Fomento y el Gobierno de la Generalitat dejar¨¢n de aportar las ayudas para financiar la reforma de viviendas afectadas por patolog¨ªas estructurales como la aluminosis.
'Es normal que los compren. Hace unos d¨ªas me explicaron que se vendieron unos bajos por ocho millones. La casa est¨¢ mal, se tiene que arreglar. Pero la gente de fuera, los extranjeros, no lo saben y se meten donde pueden'. El que habla es Victor Ram¨®n, un ecuatoriano de 31 a?os establecido en Barcelona desde 1995. ?l mismo alquil¨® hace unos cuatro a?os un piso afectado por aluminosis, que se halla muy extendida en el Tur¨® de la Peira. Este a?o han empezado en su finca las obras de rehabilitaci¨®n: 'Ahora ya queda poco. Han retirado los puntales, han puesto las vigas y el piso parece otra cosa', dice.
V¨ªctor Ram¨®n est¨¢ casado, tiene un hijo de corta edad y est¨¢ empezando a pensar en comprar un piso, pero seguramente ser¨¢ fuera del Tur¨®: 'Me gustar¨ªa quedarme aqu¨ª porque, de alguna manera, aqu¨ª volv¨ª a nacer, pero esto est¨¢ mal', explica. El Tur¨® de la Peira ofrece un panorama segmentado: bloques de viviendas reci¨¦n acabados y otros a¨²n en construcci¨®n, intercalados con edificios ya rehabilitados junto a otros tapiados para ser derruidos o pendientes de rehabilitaci¨®n. Todo un friso de colores que va desde los lustrosos ocres y rojizos de las viviendas acabadas de rehabilitar, a las grises y desconchadas fachadas pendientes de la reforma.
De las 950 viviendas del Tur¨® que deben ser sustituidas, 430 ya est¨¢n construidas y entregadas, y 340 est¨¢n en obras: 'Est¨¢ previsto que ¨¦stas se entreguen el a?o que viene. Luego quedar¨¢n por construir 180 m¨¢s', explica Rosa S¨¢nchez, responsable de la empresa p¨²blica Regesa. Reconoce que es lo que va m¨¢s lento: 'Es dif¨ªcil que las comunidades de propietarios se pongan de acuerdo para entrar a realizar las obras en los bloques'. Y en el Tur¨® de la Peira hay varias circunstancias que todav¨ªa dificultan m¨¢s la rehabilitaci¨®n. Cuando empez¨® el proceso, las reformas costaban a cada vecino un mill¨®n de pesetas. Ahora el desembolso se sit¨²a en torno a los 2,5 millones, una cifra considerable.
'En el Tur¨® de la Peira, adem¨¢s de inmigrantes que no pueden afrontar el desembolso de 2,5 millones por la rehabilitaci¨®n, hay mucha gente mayor con una capacidad econ¨®mica muy limitada', argumenta Joan Jubert, gerente del distrito. Hasta ahora, las administraciones llegaban a subvencionar el 50% del coste de la reforma, pero a partir del a?o que viene esas ayudas se ver¨¢n mermadas. 'El Ministerio de Fomento ha dejado de incluir una dotaci¨®n para la rehabilitaci¨®n de edificios afectados por patolog¨ªas estructurales y la Generalitat las prorrogar¨¢ para 2002, pero luego desaparecer¨¢n', explica un portavoz del Departamento de Pol¨ªtica Territorial.
En principio estaba previsto que el plan de rehabilitaci¨®n concluyera en 2004. Los afectados, adem¨¢s, se quejan de que los trabajos van muy lentos y se hace imposible vivir tanto tiempo en un piso en obras y con puntales por todas partes.
El hecho de que se est¨¦n vendiendo viviendas afectadas por aluminosis es conocido y preocupa sobretodo al Distrito de Nou Barris. Jubert explica que hace unos meses, cuando se supo que hab¨ªa gente que hab¨ªa comprado pisos sin saber que luego tendr¨ªan que afrontar una rehabilitaci¨®n, advirtieron a las inmobiliarias de que la venta podr¨ªa denunciarse como estafa.
'Aqu¨ª lo que ha ocurrido es que algunas personas han abusado y por sacar la comisi¨®n de una venta han hecho de todo', argumenta la responsable de una inmobiliarias que opera en el Tur¨® de la Peira desde hace unos cinco o seis a?os. La encargada de la oficina, molesta por la pregunta de si en su negocio venden pisos afectados sin advertir al comprador, ense?a el modelo de un contrato de arras en el que se explica que la vivienda est¨¢ afectada por una 'patolog¨ªa estructural' y que el futuro comprador asume la rehabilitaci¨®n.
La mayor parte de los pisos del Tur¨® de la Peira que se venden ya rehabilitados salen al mercado por un precio que oscila entre 15 y 20 millones de pesetas. Los que a¨²n tienen que ser sometidos a reforma son algo m¨¢s baratos.
Para el gerente de Nou Barris, lo preocupante es que en muchas de esas viviendas se censan hasta 12 o 14 personas. 'Es algo que estamos controlando, aunque muchas veces esos empadronamientos pueden obedecer a la necesidad de aportar un domicilio cuando buscan trabajo por parte de personas que no tienen un techo fijo', a?ade.
Jubert no quiere ser pesimista. Pero hay vecinos que lo son y temen cualquier d¨ªa pueda volver a caer una casa. 'Hay quien compra el piso y luego, para poder pagarlo, alquila las habitaciones a m¨¢s gente y eso es peligroso en viviendas que tienen unas vigas que se deshacen', explica una mujer mayor en una pescader¨ªa de la calle del Cad¨ª.
El 8% de la poblaci¨®n
El Tur¨® de la Peira lleva camino de convertirse en la nueva Am¨¦rica. Aunque es imposible establecer con precisi¨®n el n¨²mero real de inmigrantes, el ¨²ltimo censo, del a?o pasado, sit¨²a la poblaci¨®n extranjera en 1.200 personas, el 8% de los 14.000 habitantes del barrio. Por nacionalidades, predominan los ecuatorianos y los dominicanos. Otros colectivos, como peruanos y bolivianos, que se instalaron en el Tur¨® hace a?os, se han trasladado a otros barrios. El porcentaje de poblaci¨®n inmigrada en el Tur¨® es ligeramente superior al que se registra en el conjunto del distrito de Nou Barris, un 6,7%. Muchos de los inmigrantes se establecieron en el barrio hace unos cinco o seis a?os y poco a poco han conseguido ir reagrupando a sus familias. Floranys es una adolescente que vino de Santo Domingo: 'Mis padres vinieron primero, luego mi hermano mayor y desp¨²es yo, hace cinco a?os'. Ahora tiene un hermano menor, de cuatro a?os, catal¨¢n. El padre es alba?il y la madre se dedica a atender a la familia y cuidar la casa, que es 'de propiedad', puntualiza Floranys con orgullo. La historia de V¨ªctor Ram¨®n es parecida a la de muchos otros extranjeros que se instalaron en el Tur¨® hace unos seis a?os. 'Hambre, buscarse la vida en lo que se puede. Tener problemas con la polic¨ªa porque no tener permiso de residencia. Luego, explotaci¨®n, porque la gente te dice que te va a contratar, pero no lo hace'. La suerte le empez¨® a sonre¨ªr hace unos tres a?os, cuando consigui¨® un contrato en el sector del metal y luego el permiso de residencia que le permitieron leavntar el decreto de expulsi¨®n que ya pesaba sobre ¨¦l. En el barrio hay un clima de convivencia 'bastante bueno', en opini¨®n de Antonio Silva, de la asociaci¨®n de vecinos del barri, uno de los agentes m¨¢s din¨¢micos en la integraci¨®n de los reci¨¦n llegados. 'Son gente que ha venido a trabajar y, salvo algunos incidentes, el entendimiento es aceptable', asegura. La asociaci¨®n ha cedido el campo de f¨²tbol para un equipo formado por ecuatorianos, ha organizado cursos de catal¨¢n e incluso ha montado un servicio gratuito de asesoramiento jur¨ªdico a los extranjeros en fase de regularizaci¨®n. Pero hay problemas por resolver: 'El m¨¢s urgente es el de reorganizar la matr¨ªcula en las escuelas para evitar que algunas de ellas concentren un mayor n¨²mero de inmigrantes reci¨¦n llegados', explica Lola, madre de una ni?a que estudia en el colegio p¨²blico Tur¨®.
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