La esquizofrenia no es lo que era
Una significaci¨®n reduccionista de la esquizofrenia es el doble comportamiento, connotado literariamente en el mito del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde y se me ocurre que el inmediato partido entre el Real Madrid y el Barcelona se plantea entre dos equipos esquizofr¨¦nicos o al borde de la esquizofrenia. Al Bar?a actual se le reprocha que pierde en las segundas partes lo que gana en las primeras y al Real Madrid que ande a gatas en la Liga espa?ola y en cambio vuele como el ¨¢guila, real naturalmente, en la Liga europea. El Bar?a presume de tridente atacante, Rivaldo, Saviola, Kluivert, pero hasta ahora mejor ha funcionado el tridente de contenci¨®n y reserva espiritual, Puyol, Xavi y Luis Enrique, con la apoyatura de Bonano, un portero que contempla los campos de f¨²tbol como si fueran la Pampa y husmeara el asado.
Cuando s¨®lo era editora, Rosa Reg¨¢s nos reprochaba a sus amigos escritores el ser demasiado exagerados al imaginar situaciones, conflictos o personajes y una vez le contest¨¦: Sin exageraci¨®n no hay Literatura. Esta inteligent¨ªsima exageraci¨®n apl¨ªquese a la informaci¨®n deportiva, buena conocedora de la mercanc¨ªa y del cliente, inclinada a considerar cada partido como un Juicio Final y desde que empez¨® la Liga est¨¢ escrito que el Madrid pierde cada domingo su ¨²ltima oportunidad cuando de hecho s¨®lo va a seis puntos del Barcelona y queda tanta competici¨®n por delante como guerra santa entre el Islam y Don Jos¨¦ M? Aznar. La prensa deportiva barcelonesa cuando trata al Barcelona pasa del ¨¦xtasis al harakiri y tras el ¨²ltimo gol de Rivaldo que parec¨ªa un gol p¨®stumo, los comentaristas se han subido al exorcismo y proclaman terrores a¨¦reos y terrestres del Real Madrid, con media defensa en la UVI o en el exilio interior, incluso Ivan Campo en el exilio psicol¨®gico.
Sobre el terreno de juego, los esquizofr¨¦nicos jugadores convocados pondr¨¢n a prueba su patriotismo de club, m¨¢s apreciable que el patrimonio constitucional que para el se?or Aznar es como un f¨¢rmaco gen¨¦rico contra cualquier antrax, lo transmita el correo o el bacalao al pil pil en lata. Los jugadores a priori m¨¢s determinantes son j¨®venes multimillonarios que ya ni cobran en pesetas, ni en euros, ni en d¨®lares sino en moneda metaf¨ªsica y absoluta, es decir, lo tienen todo pagado, sea cual sea su esperanza de vida, as¨ª en la Tierra como en el Cielo. Si juegan bien es porque sus padres, sus esposas, sus hijos, sus amigos, sus traficantes o sus amantes les est¨¢n viendo por la tele y si juegan mal es porque les ha salido el lado malo de la esquizofrenia. Lo que les gusta realmente es quitarse la camiseta para convertirse en alegres chicos letrero que dedican su ¨¦xito a un pariente o allegado o al mism¨ªsimo Dios de los futbolistas que suele ser croata o brasile?o.
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