Guillem-Jordi Graells versiona a Puig i Ferreter con una nueva lectura de 'La dama enamorada'
El montaje se estrena el jueves en el Teatre Nacional con direcci¨®n de Rafel Duran
La historia dramat¨²rgica de La dama enamorada, una de las tempranas obras teatrales de Joan Puig i Ferreter, es ciertamente azarosa. Escrita en 1907, fue estrenada al a?o siguiente en el Teatre Novetats con direcci¨®n de Adri¨¤ Gual. La obra ten¨ªa entonces cinco actos, y su duraci¨®n la hac¨ªa inviable para muchas compa?¨ªas. En 1924, Puig i Ferreter condens¨® la acci¨®n en tres actos, aunque la versi¨®n que el actor dio finalmente por definitiva data de 1928. El pr¨®ximo jueves, la Sala Petita del Teatre Nacional de Catalunya (TNC) recupera la pieza, pero lo hace en una nueva versi¨®n, en cuatro actos, con dramaturgia de Guillem-Jordi Graells.
La dama enamorada que se presenta en el TNC ha sido dirigida por Rafel Duran y est¨¢ protagonizada por Carme Elias, Marc Rodr¨ªguez y Xisco Segura. Tanto el director como la actriz principal se sent¨ªan m¨¢s pr¨®ximos a la obra original que a la remozada por Puig i Ferreter en 1928. Confesaron esta preferencia a Graells, quien, como representante de los herederos del autor, se comprometi¨® a negociar una nueva versi¨®n que tuviera en cuenta una y otra, y tambi¨¦n a participar en su elaboraci¨®n. El trabajo de Graells se centr¨® en recuperar la estructura inicial y en suprimir aquellos personajes y situaciones innecesarios que el propio dramaturgo elimin¨® ya en su ¨²ltima aproximaci¨®n al texto.La obra, de marcado car¨¢cter autobiogr¨¢fico como es habitual en la producci¨®n del autor (Puig i Ferreter rozaba la veintena cuando vivi¨® los acontecimientos inspiradores de la pieza), narra la apasionada y tormentosa relaci¨®n entre una mujer viuda y un amigo de su joven hijo. Las diferencias de edad y clase, las convenciones sociales y, sobre todo, la dram¨¢tica reacci¨®n del v¨¢stago marcan y condenan el amor. Cuando Rafel Duran recibi¨® la propuesta de dirigir el montaje se sinti¨® inicialmente un poco inc¨®modo; 'porque los melodramas me producen un cierto p¨¢nico', dijo. Pero tras comprobar la vigencia de la obra y asegurarse la posibilidad de versionarla se entreg¨® en cuerpo y alma.
'Es un cl¨¢sico porque se aguanta en escena, porque se justifica por ella misma', opina Graells. El director, por su parte, considera que 'es contempor¨¢nea porque los sentimientos son id¨¦nticos a los actuales'. Y reconoce que, aunque el vestuario y la ambientaci¨®n son de principios del siglo XIX, se ha preocupado por eliminar algunos aspectos que se justificaban cuando el dramaturgo escribi¨® la pieza pero chirr¨ªan en la actualidad. Por ejemplo, una de las acotaciones habla de que la protagonista est¨¢ cosiendo, y ¨¦l ha optado por presentarla leyendo.
Para Elias, su papel es extenuante por el ritmo que impone el director, pero tambi¨¦n muy grato por la 'mirada contempor¨¢nea y atrevida'.
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