Contenido y continente
Baj¨® del para¨ªso del pop y se hizo persona all¨ª donde el pop suena a juguete de incultos. Era Bj?rk, rodeada por una cohorte de m¨²sicos con curr¨ªculo impactante por culto, y aplaudida, m¨¢s bien venerada, por un p¨²blico que hubo de hacer casi heroicidades para conseguir una localidad. S¨ª, la noticia estaba servida, y hab¨ªa de titularse con algo as¨ª como 'el pop triunfa all¨ª donde vive la ¨®pera'. Por fin, la cultura popular hollaba un recinto sagrado que s¨®lo antes Llu¨ªs Llach hab¨ªa utilizado para su m¨²sica, por fin se demostraba que todas las m¨²sicas pueden escribirse con may¨²scula. S¨ª, Bj?rk triunf¨® -?quien se siente defraudado tras pagar una fortunita?-, hizo casar electr¨®nica y ac¨²stica, toc¨® sus mejores temas, grit¨® tal y como s¨®lo ella sabe hacerlo, y todo el mundo qued¨® satisfecho.
Bj?rk
Teatro del Liceo. Barcelona, 4 noviembre.
La cuesti¨®n era si realmente hab¨ªa que montar semejante n¨²mero para que las canciones de Bj?rk quedasen cre¨ªbles. Se dec¨ªa que el equipo de la artista hab¨ªa chequeado muchas salas de conciertos para buscar las mejores ac¨²sticas, pero luego result¨® que tanto ella como el coro utilizaron amplificaci¨®n, despreciando as¨ª las posibilidades ac¨²sticas del local. Hablando del coro sin necesidad de hacer bromas sobre su origen y la forma en la que fueron escogidas sus componentes: ?el papel que tuvo en el concierto, muy limitado, justifica el n¨²mero de voces y su papel escenogr¨¢ficamente central en el escenario? Vayamos a por Matmos, d¨²o experimental electr¨®nico que dio fe de lo tortuoso de su propuesta en su actuaci¨®n previa a la de Bj?rk. Pues, la verdad, se me ocurren varios artistas electr¨®nicos espa?oles capaces de hacer lo que Matmos hizo en directo. Claro que no tienen tanto pedigr¨ª. ?Y la orquesta?, ?54 m¨²sicos para cuatro pinceladas?
Pudo el LiceoEn fin, errados van los que pretenden ver en lo antedicho una cr¨ªtica al divismo de Bj?rk. El concierto fue hermoso y tuvo momentos llenos de sensibilidad, pero pareci¨® que para adaptar repertorio y temas a los locales en los que iban a sonar se realiz¨® un esfuerzo innecesario que s¨®lo acab¨® perjudicando al p¨²blico -pocos pudieron asistir- y a las propias canciones, revestidas con un aura de cultura con may¨²sculas que s¨®lo acaba por demostrar que el pop, el resto del pop, es s¨®lo cultura con min¨²sculas. Vamos, que el Liceo pudo a la artista, que la l¨ªrica se impuso a las canciones, que el continente determin¨® el contenido.
Es por ello que, al margen del resultado art¨ªstico del concierto, cabe destacar que lejos de prestigiar al pop lo contin¨²a denigrando como si fuere un arte menor que s¨®lo con 54 m¨²sicos en el foso tiene alg¨²n sentido profundo. O sea que visto lo visto, y lo que se vio no obligaba a que el recital tuviese lugar en el Liceo, Bj?rk consigui¨® prestigiar su m¨²sica desprestigiando la de los dem¨¢s. Se podr¨¢ decir que cant¨® bien, cierto pero siempre en el registro que la caracteriza, que el repertorio estuvo bien escogido, que ella llen¨® de magnetismo el escenario, que hac¨ªa gracia verla tan poco ¨¢gil en un escenario tan estirado y que hubo momentos de belleza. S¨ª, todo esto es cierto, pero no lo es menos que todo aquello pareci¨® fruto del deseo de trascender. ?Y no hab¨ªamos quedado en que Bj?rk ya hab¨ªa trascendido como artista?
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