Detener a 1.000 para cazar a 1
Ashcroft defiende la teor¨ªa de Kennedy: detener a los que escupen para desmontar la mafia
'Robert Kennedy arrestaba a los mafiosos por escupir en una acera y nosotros vamos a seguir esa misma pol¨ªtica agresiva en la guerra contra el terrorismo', ha dicho John Ashcroft, secretario de Justicia de Estados Unidos, al explicar su 'estrategia mosaico', seg¨²n la cual cada pieza (cada sospechoso) es relevante en conjunto y no por separado, por muy nimia que parezca su acusaci¨®n. Que se sepa, no han arrestado a nadie por escupir, pero tampoco se sabe mucho, porque la campa?a de detenciones a oriundos de pa¨ªses musulmanes -unas 1.200 hasta ahora- se realiza bajo un absoluto secreto: no hay lista oficial de detenidos, ni de liberados, ni de cargos, a excepci¨®n de los que han comparecido en los tribunales.
El paquistan¨ª Mohamed Mubeen es uno de esos casos. La semana pasada se present¨® ante un juez de Miami para declarar, nervioso y a trav¨¦s de un traductor de urdu, que no ten¨ªa nada que ver con Mohamed Atta, el l¨ªder de los atentados terroristas del 11 de septiembre. El FBI sospecha lo contrario, porque creen que es demasiada coincidencia que Mubeen se sacara la licencia de conducir s¨®lo 23 minutos despu¨¦s que lo hiciera Atta y en la misma oficina del Departamento de Tr¨¢fico de Florida. Tuvieron que hacer fila juntos, seg¨²n la hip¨®tesis policial. Pero como eso no prueba nada ni es un delito, lo mantienen arrestado por haber entrado ilegalmente a EE UU, mientras encajan su pieza en el mosaico.
El abogado del Estado que intervino en nombre del Gobierno en el tribunal de Miami justific¨® el arresto de Mubeen con el mismo documento que est¨¢ utilizando el Departamento de Justicia, dirigido por Ashcroft, en todos los arrestos alrededor del pa¨ªs. Dice as¨ª: 'A estas alturas de la investigaci¨®n, el FBI sigue recabando miles de pedazos de informaci¨®n que pueden parecer triviales a simple vista, pero que pueden ser cruciales para quienes trabajan en los servicios secretos y los analizan en un contexto amplio'. Con esa simple declaraci¨®n los jueces han negado libertad bajo fianza en todos los casos conocidos.
La mayor¨ªa de los arrestados ha ca¨ªdo en la 'amplia red' lanzada por el FBI por cometer delitos menores, como falsificaci¨®n de documentos, perjurio, entrada ilegal a EE UU o tener un visado caducado. Otros, por haber mantenido contacto con los terroristas o tener un patr¨®n de conducta similar, tipo comprar billetes de avi¨®n desde las mismas terminales de ordenador, estudiar en academias de vuelo, poseer material fundamentalista o manuales de entrenamiento para la yihad. Y algunos, como el mec¨¢nico de aviones egipcio Osama Elfar, porque el FBI 'no puede descartar su implicaci¨®n en los atentados'. El denominador com¨²n es ser hombres de origen musulm¨¢n, entre 20 y 45 a?os.
Los investigadores han dividido a los arrestados en tres categor¨ªas: una primera, en la que hay media docena de sospechosos de pertenecer a Al Qaeda; otra, de unos 20 'testigos materiales' con informaci¨®n relativa a la conspiraci¨®n, y una tercera, en la que est¨¢ el grueso de los detenidos. Ninguno ha sido imputado en EE UU en la conspiraci¨®n de los atentados (s¨®lo tres en Alemania), y ninguno en la primera categor¨ªa de 'c¨®mplices potenciales' est¨¢ cooperando.
Seg¨²n fuentes del FBI, la falta de avance en la investigaci¨®n est¨¢ haciendo reconsiderar la hip¨®tesis de partida que han utilizado hasta ahora, basada en que el ¨²nico prototipo de sospechoso es un hombre musulm¨¢n fan¨¢tico que odia la civilizaci¨®n occidental en general, y en particular, la cultura norteamericana. Ese esquema lo rompe la rama ultraextremista de la militancia musulmana encabezada por takfiris, a la que se sospecha que pertenec¨ªan algunos de los suicidas y que est¨¢ extendida sobre todo por Europa.
Los takfiris -seguidores de la ideolog¨ªa egipcia surgida en los a?os sesenta de Takfir Wal Hijra (Anatema y Exilio)- est¨¢n camuflados en la sociedad occidental y llevan la yihad hasta su extremo. S¨®lo les motiva la crueldad, aunque son muy amables, beben alcohol, salen con mujeres occidentales, se visten con vaqueros, no asisten a las mezquitas ni ayunan durante el Ramad¨¢n, seg¨²n los describe la revista Time en un extenso reportaje de investigaci¨®n.
Duros entre los duros
La mayor¨ªa de los takfiris ha nacido en Europa y se saben mover por el mundo con tanta facilidad que su detecci¨®n resulta casi imposible, seg¨²n los investigadores citados por la revista Time. 'Son como una secta; una vez que entran en ella, nunca salen. Son los duros de los duros, con los que cuenta Al Qaeda para realizar los grandes ataques'. Uno de los suicidas que encajaba en ese patr¨®n era el liban¨¦s Ziad Samir Jarrah. Iba a discotecas, viv¨ªa con una chica y no era 'nada religioso', seg¨²n un t¨ªo suyo que vive cerca de Hamburgo, donde Jarrah y otros tres terroristas organizaron la conspiraci¨®n. Minutos antes de abordar el avi¨®n que luego se estrell¨® contra una de las Torres Gemelas, Jarrah habl¨® con su novia sobre los planes para ir a una boda familiar a la semana siguiente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.