EE UU debate sobre el uso de la tortura para arrancar informaci¨®n a los detenidos

La pol¨¦mica sobre la tortura se inici¨® semanas atr¨¢s, cuando el FBI admiti¨® su impotencia ante el silencio en que se encerraban cuatro detenidos relacionados con Al Qaeda y con los sucesos del 11 de septiembre. Algunos altos cargos del FBI plantearon la posibilidad de que esos detenidos fueran extraditados a un pa¨ªs aliado m¨¢s o menos dictatorial, cuya polic¨ªa pudiera interrogarles utilizando 'm¨¦todos contundentes'. El ejemplo de Israel, donde las leyes permiten 'una presi¨®n f¨ªsica moderada' (privaci¨®n del sue?o, duchas heladas y golpes que no pongan en peligro la vida), fue esgrimido como muestra de que algunos sistemas democr¨¢ticos se ve¨ªan obligados a tolerar ciertas cosas en nombre de la 'seguridad colectiva'.

Alan Dershowitz coment¨® que la hip¨®tesis de la extradici¨®n era c¨ªnica. 'Los acontecimientos del 11 de septiembre nos exigen imaginar lo inimaginable y pensar lo impensable', afirm¨®, para sugerir como hip¨®tesis que resultar¨ªa m¨¢s honesto autorizar 'interrogatorios duros' por parte del FBI, bajo la supervisi¨®n de un juez. El abogado defensor m¨¢s prestigioso de Estados Unidos sugiri¨® tambi¨¦n que se permitiera el uso de pentotal s¨®dico, el llamado suero de la verdad. Cient¨ªficos como Ronald Katz, un profesor de anestesiolog¨ªa en la Universidad de California que ha experimentado durante 40 a?os con pentotal s¨®dico, respondieron que el suero de la verdad no era fiable. 'Seg¨²n mi propia experiencia, el porcentaje de gente que responde verazmente bajo el efecto del pentotal s¨®dico es inferior al 50%', dijo Katz.

El historiador Jay Winik aport¨® su voz a favor de la tortura con un art¨ªculo en The Wall Street Journal. Katz record¨® que en 1995 la polic¨ªa filipina hab¨ªa detenido y torturado a un terrorista llamado Abdul Hakim Murad y gracias a las confesiones extra¨ªdas con violencia se hab¨ªa podido impedir un plan de Al Qaeda consistente en colocar bombas en hasta 12 aviones estadounidenses cuando sobrevolaran el Pac¨ªfico. 'Uno se pregunta, por supuesto, qu¨¦ habr¨ªa ocurrido si Murad hubiera sido detenido en Estados Unidos', escrib¨ªa Winik, que manten¨ªa su 'oposici¨®n de principio' a la tortura, pero indicaba que 'durante la guerra' algunas libertades y garant¨ªas civiles deber¨ªan ser forzosamente reducidas.

'En este oto?o de rabia, incluso un liberal puede encontrarse con que sus pensamientos se dirigen hacia la tortura', dice el columnista dem¨®crata Jonathan Alter en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Newsweek. Alter precisa que no defiende el uso de 'porras de goma', sino 's¨®lo algo que permita impulsar la investigaci¨®n, paralizada, del mayor crimen de la historia de Estados Unidos'. Tucker Carlson, joven comentarista republicano de la cadena CNN, fue un poco m¨¢s all¨¢: 'La tortura es mala. Pero piensen que algunas cosas son peores. Y, bajo ciertas circunstancias, la tortura puede ser un mal menor'.

Otro columnista de prestigio, Steve Chapman, se opuso en el diario Chicago Tribune al uso de la tortura, incluyendo la 'moderada' y controlada por un juez, con el argumento de que en Israel se hab¨ªa convertido en una pr¨¢ctica generalizada que afectaba al 85% de los detenidos ¨¢rabes. Pero la ¨²ltima frase de su art¨ªculo dec¨ªa lo siguiente: 'Por lo tanto, no ser¨ªa inteligente la autorizaci¨®n formal del uso de la tortura para combatir el terrorismo. ?Y si alg¨²n d¨ªa la polic¨ªa tiene que intentar salvar Nueva York de una explosi¨®n nuclear? En ese caso conf¨ªo en que har¨¢n lo que deban hacer, y en que ser¨¢n perdonados'.

'Estos comentarios reflejan el miedo de la gente y el instinto de hacer cualquier cosa para enfrentarse al peligro', opin¨® Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch. 'Pero cuando la gente lo piense dos veces, se dar¨¢ cuenta de que hay razones para no abrir esa puerta', dijo, refiri¨¦ndose a la tortura. Amnist¨ªa Internacional elogi¨® al Gobierno de George W. Bush por no 'haberse dejado arrastrar' hacia ese debate.