Eolo sopla millonadas

Por este u otro orden, y sin hacer menci¨®n exhaustiva de los filones, se han sucedido en el Pa¨ªs Valenciano las adjudicaciones de las ITV (Inspecci¨®n T¨¦cnica de Veh¨ªculos), los parques tem¨¢ticos, los vertederos y alg¨²n que otro codiciado bocado mercantil que han insalivado las fauces de los grandes grupos econ¨®micos promotores ind¨ªgenas y estatales. Cada pastel de rica miel ha convocado ordenada y disciplinadamente la n¨®mina de firmas previstas y previsibles a la vista de su reiterada concurrencia en el fest¨ªn. No diremos que haya sido un coto cerrado, pero s¨ª hay motivos para sospechar que tanto los llamados como los elegidos para llevarse el gato al agua han sido insaculados -y no por azar- de un mismo elenco de aspirantes pol¨ªticamente correcto y contributivo.

El ¨²ltimo de los filones aludidos es el plan e¨®lico valenciano, un proyecto para convertir el viento en energ¨ªa y reducir as¨ª el di¨®xido de carbono que contamina la atm¨®sfera. Una iniciativa plausible que mover¨¢ 250.000 millones de pesetas que algunos elevan hasta 400.000 cuando haya sido consumada. Un past¨®n que explica sobradamente el inter¨¦s de las firmas, especializadas o no, por hincarle el diente. Firmas constructoras, el¨¦ctricas, bancos, cajas, enjambres financieros y expertos en la materia han comparecido h¨¢bilmente repartidos y encuadrados para optar a la parte que les corresponda. El dios Eolo sopla millonadas y ha de haber para casi todos, si son buenos y han cumplido con parroquia.

Algunos candidatos se quedar¨¢n fuera del negocio, lo que tampoco ha de sorprendernos. El Gobierno de la autonom¨ªa tiene sus propios criterios, que a menudo carecen de transparencia, pero son de un rigor implacable, como bien les consta a los beneficiarios de los mismos, tanto como a los marginados. Anteayer, sin ir m¨¢s lejos, en esta plaza que es el cap i casal, y entre los protagonistas de esta operaci¨®n e¨®lica, se viv¨ªa en permanente sobresalto ante la necesidad -inspirada por quien tiene poder para ello- de reajustar los grupos optantes a fin de que ninguna de las empresas bendecidas por la Administraci¨®n quedase descolgada. Ser¨ªa muy aleccionador averiguar si estas socali?as est¨¢n amparadas por la normativa que propende la Uni¨®n Europea o son, como nos tememos, una trapacer¨ªa m¨¢s del folclore que no cesa. A la primera ocasi¨®n habr¨¦ de consultarle esta duda al vicepresidente primero del Consell, Jos¨¦ Luis Olivas, tan ducho en la materia y tan probo.

Ahora vendr¨ªa al pelo dar cuenta detallada de los cuatro grupos que, presuntamente, han de repartirse el bot¨ªn, mencionando las firmas y linajes que integran cada uno de ellos. Pero no ceder¨¦ a la tentaci¨®n por m¨¢s cr¨¦dito que me merezcan las fuentes informativas. En horas 24 pueden estar bailando otra sardana con distintos compa?eros de colla. Lo bien cierto y confortante es saber que en el reparto de esta funci¨®n no falta ninguno de los actores habituales, como se verificar¨¢ cuando se produzca el parto de los montes fecundados por esta energ¨ªa renovable y ese man¨¢ de euros que ya se palpa. Por fortuna, no habr¨¢ que esperar al Juicio Final para conocer las entretelas de este arreglo, pues ni el m¨¢s potente de los aerogeneradores aventar¨¢ el cabreo de los damnificados. Quedamos a la espera.