Del despacho al escenario
Esteban Valdivieso alterna su tarea de alto cargo en la Junta con la de cantautor
Muchos creen que, cuando alguien accede a un cargo p¨²blico, o se hace funcionario, pierde su corazoncito. Como si ser funcionario fuera una especie de categor¨ªa mineral, o acceder a un cargo p¨²blico conllevara la p¨¦rdida del sentido del humor o la capacidad de la ternura. Contra esa idea acaba de revelarse el director del Centro de Documentaci¨®n Musical (CDM)de la Junta de Andaluc¨ªa, Esteban Valdivieso. Lejos de enterrarse en archivos, hojas de libramientos o partidas presupuestarias, Valdivieso ha aprovechado su tiempo libre para rescatar su alma de cantautor. Ahora acaba de publicar su segundo disco. Ha sido saltar del despacho al escenario.
'Cumplo 50 a?os, y tengo que celebrar que he llegado a esta edad y a este tiempo, y tengo que celebrarlo recordando las cosas hist¨®ricas que me pasaron y que no quer¨ªa que se quedaran colgadas', dice el director del CDM para explicar la aparici¨®n de su segundo disco, Estabas t¨² en el mundo, que fue presentado hace un par de noches en directo, en el teatro Isabel la Cat¨®lica, de Granada. El t¨ªtulo viene de un verso de Javier Egea, poeta ya p¨®stumo al que Valdivieso ha puesto m¨²sica, como tambi¨¦n a Pablo Neruda, Juan Carlos Rodr¨ªguez o sus propios temas.
Grabado a trompicones, pagado gracias a un pr¨¦stamo que pidi¨® y echando mano de viejos amigos, tambi¨¦n funcionarios, o incluso altos funcionarios, como Juan L¨®pez, colaborador de la consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, Esteban Valdivieso ha realizado su disco como quien paga una vieja deuda consigo mismo. 'Es una especie de catarsis', comenta. 'Una vez que te desprendes de los hijos, porque ya han crecido, empiezas a buscar otras fuentes de las que beber en la vida'. Luego reflexiona: 'A cierta edad te das cuenta de que hay cosas que ya no pueden esperar, que tienes que hacerlas de una vez'.
?No le ha supuesto dolores de cabeza compaginar su cargo de director del CDM en Granada con su coraz¨®n de cantautor? Dice que no. 'Ha sido, sobre todo, muy delicado', explica. 'He procurado en todo momento que las dos cosas fuesen independientes en la medida de lo posible'. M¨¢s tarde insiste en algo: 'Yo soy cantautor, y m¨²sico, y compositor. Eso es lo que he sido siempre. Mi profesi¨®n es la de catedr¨¢tico de instituto en la asignatura de M¨²sica. Tengo la carrera de Guitarra en el conservatorio. Nada de esto, por tanto, es nuevo'.
En Estabas t¨² en el mundo han colaborado, adem¨¢s, algunos de los mejores m¨²sicos de Granada, como el arreglista Nicol¨¢s Medina, Juan L¨®pez o Puri Fern¨¢ndez Nevot, con quienes hace a?os Valdivieso form¨® un conocido tr¨ªo. Tambi¨¦n recupera canciones que pertenecen a la leyenda local, como Errante, o una pieza de rock, Johnny, te dieron tu fusil. M¨¢s que cantautor, Valdivieso podr¨ªa ejercer de Mick Jagger.
Desempolvando las guitarras
Parecen bichos raros, pero no. No lo son. Dejan por unas horas guardadas en el armario la chaqueta y la corbata, se despojan de la sonrisa g¨¦lida y pol¨ªtica y se olvidan de los navajazos dial¨¦cticos y los puyazos ideol¨®gicos para enfundarse de nuevo en unos vaqueros, intentar afinar una guitarra que ha envejecido con ellos y subirse a un escenario para cantar canciones tan intemporales que pudieron haber sido escritas hace 25 a?os o anteayer mismo. El caso de Esteban Valdivieso no es el ¨²nico ni el m¨¢s extra?o. Hace ya un par de a?os, Enrique Moratalla, entonces delegado de Cultura de la Junta de Andaluc¨ªa en Granada, y hoy viceconsejero, hizo lo mismo: aprovechar los huecos libres que ten¨ªa de madrugada para meterse en un estudio de grabaci¨®n y rescatar canciones de su juventud, algunas, o de esa misma noche, otras. Public¨® un disco que tuvo una muy buena acogida y en el que hab¨ªan colaborado, desinteresadamente, artistas como Enrique Morente o Josep Pons, el director de la Orquesta Ciudad de Granada. Hasta tal punto se entusiasm¨® Enrique Moratalla redescubriendo su faceta de cantautor -fue uno de los integrantes del movimiento Canci¨®n del Sur, en el que estaban, entre otros, Carlos Cano o Ra¨²l Alcover, todos bajo el paraguas po¨¦tico de Juan de Loxa- que decidi¨® abandonar la pol¨ªtica para tener m¨¢s tiempo libre con la m¨²sica. Una petici¨®n expresa de la consejera de Cultura, Carmen Calvo, para que regresara a la vida p¨²blica le ha hecho abandonar de nuevo los escenarios. Aunque s¨®lo temporalmente. Otro caso llamativo de artista camuflado bajo la chaqueta y la corbata de un pol¨ªtico -en este caso, una pajarita- es el de Reynaldo Fern¨¢ndez Manzano, actual concejal de Juventud del Ayuntamiento de Granada y ex director del Centro de Documentaci¨®n Musical de la Junta de Andaluc¨ªa. Fern¨¢ndez Manzano resulta m¨¢s peculiar: en lugar de la guitarra, ¨¦l, cada domingo por la ma?ana, se encierra en cualquier iglesia de Granada que posea un buen ¨®rgano y se convierte en un exquisito concertista que conmueve con sus interpretaciones de Bach y H?ndel. Luego, al terminar, se enfrenta de nuevo a los problemas del botell¨®n.
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